El margen de impunidad que esté dispuesta a concederles la sociedad a los integrantes del Secretariado de las Farc estuvo ayer en medio de las declaraciones de altos funcionarios del Estado, poniendo en evidencia que es punto clave del proceso de conversaciones de paz que el Gobierno adelanta con la guerrilla en La Habana.
El debate se da en momentos en que se desarrollaba el foro sobre participación en política que concluye hoy en Bogotá, organizado por las Naciones Unidas y la Universidad Nacional, en el que no toman parte Gobierno ni Farc, sino que recoge propuestas de diversas organizaciones de la sociedad civil para afinar criterios sobre una futura participación de la guerrilla en la vida política del país, que serán remitidos el 20 de mayo a las dos delegaciones negociadoras.
Elegibilidad
En La Habana, el jefe del equipo negociador del Gobierno, el exvicepresidente Humberto de la Calle, declaró que “una cosa son las garantías renovadas de participación, las cuales garanticen a las Farc su incursión segura en la política, y otra muy distinta la decisión sobre la situación de sus dirigentes”.
“La pregunta sobre quién de ellos, en cada caso, puede ser elegido, corresponde al punto donde se aborden los temas de justicia.
Ese es un asunto que debe ser tratado más adelante en el escenario de la justicia transicional, en el que no solo cuenta la voluntad del gobierno”, precisó De la Calle.
“Hay decisiones de otras ramas del poder y hay compromisos internacionales de Colombia”, manifestó, para luego agregar que “también es crucial la actitud de la guerrilla. Es esencial su voluntad para garantizar la reparación, la verdad, la justicia y la garantía de no repetición”.
“Y, por fin”, remató, “en esta materia, será la voluntad de los colombianos la que señale el límite al cual podemos llegar como sociedad”.
Sistema electoral
En otro comunicado, leído por el jefe guerrillero Luis Alberto Albán, alias Marcos Calarcá, las Farc consideraron que el foro puede aportar luces para poder superar la violencia que, según el documento, sufre Colombia desde hace más de 65 años y que explicarían por qué las fuerzas alternativas recurrieran a la lucha armada para reclamar sus "legítimos derechos".
Albán insistió en la postura de las Farc a favor de una Asamblea Constituyente para refrendar los acuerdos que se alcancen en la mesa de diálogo; calificó de fraudulento, corrupto y clientelista el sistema político y electoral imperante, para cuya transformación la guerrilla ha presentado un centenar de propuestas al gobierno que preside Juan Manuel Santos.
Las conversaciones de paz entre las Farc y el gobierno colombiano comenzaron el 19 de noviembre en La Habana, con una agenda de cinco puntos, pero desde el inicio están centradas en el primero de ellos, el problema agrario, que dio origen al conflicto.
La participación política será el segundo tema que abordarán ambas partes, luego de culminar la discusión del tema agrario.
Apoyo conservador
Con resoluciones de apoyo al proceso de paz en Colombia, terminó el encuentro realizado por la Organización Demócrata Cristiana de América (ODCA) y la Unión de Partidos Latinoamericanos (UPLA) en Panamá, para analizar la situación política y los desafíos a los que se enfrenta la democracia en cada uno de sus países.
Según lo informó el Directorio Nacional Conservador (DNC), su presidente el senador Efraín Cepeda, actual vicepresidente de esas dos organizaciones internacionales (ODCA Y UPLA), lideró este acompañamiento que concluyó con dos declaraciones a favor del proceso de paz de Colombia, suscritas por los 36 partidos políticos pertenecientes a la ODCA y las 19 colectividades pertenecientes a la UPLA, que representan a 25 países del continente los cuales sumaron sus voces para respaldar al Gobierno de Colombia y al Partido Conservador en los esfuerzos para buscar el fin del conflicto “reiteramos nuestro compromiso con el pueblo de Colombia que ha sido víctima durante más de 50 años de confrontación armada en su voluntad de reconseguir la paz”.
En el mismo sentido destacaron la importancia de estos diálogos como “la oportunidad histórica para demandar a las Farc, el cumplimiento de la agenda de negociación ya establecida con miras a firmar un acuerdo de paz sin dilaciones”.
“Estas declaraciones suscritas por los partidos Demócrata-Cristianos del continente a los cuales pertenecen activamente expresidentes de otros países, se convierten en un respaldo importante de la comunidad internacional al proceso y ratifican el compromiso del Partido Conservador de acompañar la voluntad de paz del Gobierno”, sostuvo el comunicado del DNC.
Desmovilizados y partidos
David Roll, profesor de la Universidad Nacional (UN), sostuvo ayer que es posible que grupos guerrilleros entreguen las armas, se transformen en una opción política y lleguen al poder.
Momentos antes, Fabio Giraldo, de la Universidad de Antioquia, había explicado que “el fin de la política es el Gobierno” por lo que “no tiene sentido que la guerrilla deje la guerra y no se le permita participar en política”.
Giraldo no tiene dudas sobre la necesidad de garantizar la participación de los desmovilizados en política, así como del miedo que sentirán los exguerrilleros que incursionen en el debate público por una posible violencia de retaliación.
Así, terminó su intervención proponiendo que, como incentivo para que dejen las armas, las Farc ocupen el 10 por ciento de los asientos en el Senado y la Cámara durante dos periodos electorales.
Pero, para ello, se debe romper con ciertos mitos en torno a los partidos políticos, más aún si se está en un proceso de paz. El profesor Roll, de acuerdo con lo informado por la agencia Unimedios, asegura que entre ellos están: que los partidos son innecesarios; que es inminente su desaparición; que la izquierda y los partidos no son compatibles; y que un partido de izquierda no puede ganar elecciones.
Más importante todavía, aseguró que otro “mito” es creer que “es imposible convertir un grupo guerrillero en un partido político y mucho menos que gane una elección”.
El académico de la UN dijo que solo hay que entrar a Google para darse cuenta de que no es cierto: José Mujica, en Uruguay; Dilma Rousseff, en Brasil; y Daniel Ortega, en Nicaragua. Todos ellos pertenecieron a una guerrilla y hoy son presidentes de sus países por vías democráticas.
Carlos Guzmán, de la Universidad del Norte, resaltó la importancia de los partidos políticos como instrumentos de participación: “Más de 189 países viven en democracia. Todos ellos tienen como gobernantes a líderes que salen de los partidos políticos. Estos son consustanciales a la democracia”.
Pero surge la inquietud de cómo hacer para que los ciudadanos acepten a los desmovilizados como una opción política, teniendo en cuenta que una buena parte de los colombianos no reconocen a las Farc como un actor legítimo.
Mónica Pachón, de la Universidad de los Andes, aseguró que “la información disminuye la oposición al proceso. Por eso, es crucial que los medios de comunicación informen adecuadamente, que presenten los pros y los contra y que no entren en el juego de la polarización, que a veces para la política es tan rentable”.
La profesora Patricia Muñoz, de la Universidad Javeriana, coincidió en esta posición.
Estas y otras reflexiones fueron presentadas en el panel académico “La participación política y ciudadana para contribuir a la paz”, que tuvo lugar en el marco del foro organizado por la UN y la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Constituyente, no
“Definitivamente una Asamblea Nacional Constituyente no”, declaró ayer el ministro del Interior, Fernando Carrillo, a propósito de la reiterada petición sobre ese tema.
“Nosotros ya lo hemos dicho: seguramente vamos a someter los acuerdos de La Habana a la refrendación popular, por la vía de una consulta”, expresó Carrillo.
Reforma electoral
Representantes de diferentes sectores que discuten en el foro sobre participación política coincidieron en que una reforma electoral es necesaria para la construcción democrática de la paz.
El senador Roy Barreras, del Partido Social de Unidad Nacional (La U), comenzó su intervención diciendo que “se necesita más coraje y valor para hacer la paz que para hacer la guerra”.
De acuerdo con la información de la agencia Unimedios, Barreras insistió en que es más fácil afirmar que en el conflicto armado del país todos somos víctimas, pero es más difícil decir que todos somos victimarios.
“Las Farc deben hacer ese reconocimiento de responsabilidades, deben pedir perdón a sus víctimas”. Hizo hincapié en que habrá justicia transicional: plena garantía del esclarecimiento de la verdad y garantías de no repetición.
Además, expresó que las minorías quieren ejercer la política sin armas, para lo que es necesario una “reforma política electoral para la oposición con o sin paz”.
El vocero de la Mesa Nacional de Organizaciones Afrocolombianas recordó la masacre de Bojayá, en la que hubo 120 muertos y más de 60 heridos y muchos desaparecidos, como muestra de la injusticia histórica y de la violencia contra la población afrocolombiana.
Reclamó una reforma electoral: “En el país no vale la participación de los sectores organizados porque las elecciones y las curules tienen precio desde el Consejo Electoral y son robadas por las maquinarias que compran a los jurados de votación”.
Y el delegado de las zonas de reserva campesinas (ZRC), César Jerez, destacó la acción de cuarenta mil campesinos en la exigencia rotunda a las partes (Gobierno y Farc) de llegar a acuerdos para solucionar el problema de la tierra, terminar el conflicto y allanar el camino hacia una paz verdadera con justicia social.
Para Jerez, la participación política comprende “el reconocimiento de los campesinos como sujetos de derechos políticos en la definición, a través de una nueva institucionalidad agraria”.
Por su parte, Clara López, presidenta del partido Polo Democrático Alternativo, reiteró que “es necesario que se concreten fórmulas de participación política para los alzados en armas que ingresen a la vida civil”.
Insistió en que el proceso de paz requiere unas reglas de juego en justicia transicional como garantía para hacer política: “Así como Colombia ocupa el primer lugar en desigualdad económica, también ocupa el primero en materia de desigualdad política”.
Olga Amparo Sánchez, de la organización Mujeres por la Paz, habló sobre la revolución sin ejercicio de la violencia y la forma distinta de hacer política de las mujeres con la que están reivindicando sus derechos.
“Como sujetos de derechos, como electoras, a través de la resistencia, hacemos frente, ejercemos resistencia. Hemos dado a nuestros hijos a la guerra: a la insurgencia, a los paramilitares, a la fuerza pública. Y el país tiene como compromiso no seguir sacrificando nuestros hijos”, manifestó.
Y demandó para las mujeres un poder electoral autónomo, un estatuto de oposición: “las mujeres queremos democracia en la cama y acuerdo de paz en La Habana”.
Por su parte, Ómar Calderón, vocero de la Unión Patriótica, hizo un recorrido histórico por la labor de este movimiento político y aseveró: “una izquierda sabe gobernar; una participación política requiere condiciones de no repetición y fórmulas de poder compartido”.
Luis Fernando Arias, delegado de la Organización Nacional Indígena, expresó: “la principal petición de nuestro movimiento, que es pueblo y sociedad civil, es que el fiscal, el procurador, el defensor y el contralor sean elegidos por el pueblo”.
Para Antonio Navarro, representante del movimiento Progresistas, “la participación política no solo debe ser para las elecciones después del proceso de paz, debe ser garantía de continuidad de la paz y de la democracia, del futuro que merece Colombia”.
Como mecanismos de participación política, John Sudarsky, vocero del Partido Verde, puso sobre la mesa la idea de que los desmovilizados por primera vez participen en las elecciones de marzo de 2014.
Y afirmó que uno de los mecanismos reales para combatir la ausencia de democracia participativa es una reforma electoral que “mantenga igualdad de votos con curules y que garantice un sistema electoral mixto”.
El panel concluyó con la intervención de Piedad Córdoba, representante de Marcha Patriótica, con un discurso en el que mencionó algunas cifras de desigualdad del país por las cuales la paz no es posible.
“Donde hay discriminación no hay paz. Donde la salud es un negocio no hay paz. Donde hay veinte millones de hombres y mujeres en pobreza extrema no puede haber paz. Donde seis de cada diez campesinos vive de la violencia no puede haber paz. Donde veinticinco millones de colombianos y colombianas no ejercen su derecho electoral no puede haber paz”.
Y propuso “la construcción de una rama del poder popular, la promulgación de estatutos de régimen electoral para combatir el clientelismo, la implementación del voto electrónico, la creación del estatuto de la oposición, una reforma doctrinal de las fuerzas militares y la democratización de los medios de comunicación”.
Garantías políticas
En el segundo día del foro de participación política, los organizadores del certamen señalaron que las garantías electorales, es uno de los temas principales que ha sido tratado por los participantes.
Alejo Vargas, director del Centro de Pensamiento y Seguimiento al Proceso de Paz de la Universidad Nacional, afirmó que intervinientes nacionales y extranjeros han considerado la necesidad de dar garantías para que los desmovilizados de las guerrillas participen en la contienda electoral.
“El tema de garantías sí ha sido expresado tanto en las intervenciones por participantes internacionales como los nacionales. Es claro que el Estado tiene que garantizarles la seguridad física y reglas del juego equitativas a los grupos que se desmovilicen y que van a participar en política”, subrayó Vargas.
De la misma forma, el delegado de las Naciones Unidas en Colombia, Fabrizio Hochschild, dijo que para que las organizaciones armadas den este paso, el Ejecutivo tiene que brindar las condiciones necesarias: “Tiene que haber garantías. No se puede hacer política sin garantías”.
En su intervención, Hochschild fue claro en decir que el foro no resolverá la forma como las Farc se convertirían en un partido político, sino que será un insumo para que se defina la mejor fórmula: “No hay receta universal para importarla a Colombia. Pero sí hay ciertos principios transversales para promover la paz de acuerdo a las intervenciones nacionales e internacionales”.
Añadió el representante internacional que “la transformación de la guerrilla a grupo político es algo que necesita tiempo, paciencia y capacidad de liderazgo”
Sobre la refrendación de los acuerdos, Vargas dijo que este proceso debe cumplir con la Constitución: “Si uno revisa la Constitución, los acuerdos tienen que tener un carácter legal, porque no sustituye al Congreso. Pero pueden ser leyes, reformas constitucionales. Podría ser el referendo, mecanismos de tipo plebiscitario o eventualmente una Constituyente”.
“Se deben respetar todas las voces, incluso las que están en contra. No se puede hacer un llamado a la inclusión y al tiempo querer excluir los que no piensen igual, incluso las voces que no están aquí”, puntualizó Hochschild.
Estados Unidos
“Estados Unidos continuará prestando su apoyo a Colombia durante este proceso”, afirmó el director general de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid), Rajiv Shah, luego de reunirse con el presidente Juan Manuel Santos, ayer en la Casa de Nariño.
Shah informó que “el objetivo de la reunión era transmitir el mensaje del presidente Obama y del secretario Kerry sobre las reuniones de paz”.
Voces ciudadanas
1.200 personas participaron en las 20 mesas de trabajo instaladas en la segunda jornada del foro sobre participación política.
Vargas detalló que el 60 por ciento han sido hombres y el 40 por ciento, mujeres. También dijo que el sector de movimientos y partidos políticos (con el 22 por ciento) es el que más representantes ha tenido, seguido por el de las organizaciones de mujeres (con el 10 por ciento).
Nueve puntos de la ONU
No existen fórmulas universales. Pero, a partir de las experiencias internacionales y de las intervenciones nacionales, Hochschild enunció nueve principios transversales para alcanzar la paz:
1. Cada conflicto tiene su historia, pero esta puede ser un factor determinante. Está en las manos de los actores nacionales cambiar la historia y no repetirla.
2. La guerra como instrumento político tiene límites. Tarde o temprano hay que llegar al diálogo.
3. Los procesos de paz son de largo plazo. “Son una maratón, no una carrera de cien metros”. Se necesita mucha perseverancia, fe y trabajo.
4. Construir la paz necesita un acuerdo sobre los puntos que están en el foco del conflicto y un cambio radical de actitud. Es necesario reconocer que “todos somos de un solo pueblo”.
5. Es posible la transformación de un grupo guerrillero en un partido político. Es un proceso que lleva tiempo y que requiere de líderes.
6. Debe haber garantías y construirse confianza para que se pase de las armas a la participación política de forma democrática. Esto va unido a un cambio de lenguaje.
7. La justicia es fundamental. Las víctimas necesitan que se sepa lo que pasó y un compromiso de que esto no volverá a suceder.
8. Las mujeres tienen un gran papel en la construcción de la paz. Las cifras muestran que en Colombia las mujeres tienen una mejor formación que los hombres. Pero su participación en política sigue siendo muy limitada.
9. Los medios de comunicación deben abrirse y reflejar la diversidad de voces que hay en el país.