Cientos funcionarios españoles manifestaron ayer en el centro de Madrid, entre un estruendo de pitos y bocinas, para denunciar las políticas de austeridad del gobierno de Mariano Rajoy y calentar motores antes de una "gran marcha" prevista para el 15 de septiembre.
Enarbolando banderines rojos de las centrales sindicales UGT y CCOO, miles de personas se congregaron frente al ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas como vienen haciendo cada viernes desde principios de agosto.
Protestas similares tuvieron lugar en otras ciudades del país, según los sindicatos.
Estas movilizaciones "culminarán el 15 de septiembre con una gran marcha en Madrid" para exigir al Gobierno que los recortes sean sometidos a referéndum, manifestó Ignacio, de 51 años, empleado del ayuntamiento madrileño.
Junto a él una pancarta decía: "Quieren arruinar el país. Hay que impedirlo, somos más".
Bajo la presión de los mercados y de sus socios europeos para reducir su déficit a 6,3 por ciento del PIB este año (8,9 por ciento de 2011), 4,5 por ciento en 2013 y 2,8 por ciento en 2014, el Gobierno español presentó un plan de austeridad que prevé recortes presupuestarios y subidas de impuestos por 102.000 millones de euros en dos años y medio.
Los funcionarios están en primera fila de estas medidas.
"Primero nos bajaron el salario un 5 por ciento, luego nos subieron el impuesto sobre la renta, ahora nos han quitado la paga extra de navidad, que representa el 7 por ciento, y llevamos con el sueldo congelado más de tres años", protestó Marisa, de 58 años.
"Y esperamos más, seguramente habrá más", agregó su compañera Flor, de 62 años. Ambas trabajan en un ministerio cercano y como muchos manifestantes prefieren no dar sus apellidos.
"Están aprovechando la crisis para acabar con el estado del bienestar", denunció Marisa, que manifestó todos los viernes de agosto para "mantener la movilización" hasta la cita de septiembre.
Junto a ellas, decenas de personas alzaban los brazos al cielo mientras gritaban "¡Manos arriba, esto es un atraco!" o "No es una crisis, es una estafa".