El primer ministro turco Recep Tayyip Erdogan intentaba este jueves limitar las consecuencias negativas para su gobierno del escándalo de corrupción que motivó una amplia remodelación del gabinete en la noche del miércoles.
Erdogan anunció en la noche del miércoles esta remodelación, horas después de la renuncia de los ministros de Interior, Economía y Medio Ambiente. Los dos primeros estaban en el ojo del huracán tras la detención de un grupo de 24 personas, entre ellas sus hijos, en el marco de una amplia investigación anticorrupción.
Este jueves, un fiscal turco dijo que se le impidió lanzar una nueva investigación que forma parte de esta amplia indagación anticorrupción.
"Todos mis colegas y el público tienen que saber que a mí, como fiscal, se me impidió lanzar una investigación", afirmó Maummer Akkas, añadiendo que la justicia recibe presiones a través de la policía.
El diario Milliyet había afirmado antes de este anuncio que Erdogan había dicho que los fiscales planeaban investigar a los hijos del primer ministro, quienes dirigen grandes empresas e incluso al propio jefe de gobierno. "El principal objetivo de esta operación soy yo", declaró Erdogan.
Por su parte, el diario opositor Cuhurriyet pronosticaba un "terremoto" en la cumbre del Estado.
Ya en la noche del miércoles, miles de manifestantes pidieron la renuncia de todo el gobierno en varias ciudades del país, como Estambul, Ankara o Esmirna (oeste) y corearon de nuevo consignas de la ola de protestas sin precedente en el país en las primeras tres semanas de junio.
"La corrupción está en todos lados", "la resistencia está en todos lados", coreaban los manifestantes, en su mayoría jóvenes.
Hubo llamados a manifestarse nuevamente el viernes en la plaza Taksim, en Estambul, epicentro de la protesta del pasado verano boreal.
La remodelación del gobierno anunciada el miércoles incluyó la salida del ministro de Asuntos europeos Egemen Bagis, cuyo nombre fue citado por la prensa en este caso.
Bagis, quien no está por ahora procesado por la justicia turca, fue reemplazado por un diputado del Partido de Justicia y del Desarrollo (AKP), en el poder desde 2002, Mevlut Cavusoglu.
Además de Bagis, diez ministros fueron reemplazados con motivo de ese cambio, entre ellos el de Interior Muamer Güler, de Economía Zafer Caglayan y Medio Ambiente Erdogan Bayraktar, renunciantes.
Fueron reemplazados por Efkan Ala (Interior), hasta ahora subsecretario de Estado ante el Primer ministro, y los diputados Nihat Zeybekçi (Economía) e Idris Güllüce (Medio Ambiente y Urbanismo).
Como estaba previsto antes de que estallara el escándalo, los ministros de Justicia, Familia y Transportes, candidatos en las elecciones municipales de marzo próximo, también fueron reemplazados.
Para el líder del principal partido de oposición, el Partido Republicano del Pueblo (CHP), Kemal Kiliçdaroglu, Erdogan "formó un gobierno que no se le opondrá en nada".
Erdogan ha afirmado que las investigaciones forman parte de un "complot" y criticó los ataques de la cofradía de Fethullah Gülen, que era hasta ahora uno de sus partidarios, a la que acusa implícitamente de urdir este presunto complot con el objetivo, según él, de destruir los avances políticos y económicos conseguidos en los últimos diez años.
Esta guerra fratricida ha cambiado el panorama político nacional, de cara a las elecciones municipales y presidenciales de 2014.
"No habrá tregua. Por el contrario, esta guerra se volverá cada vez más violenta hasta transformarse en una lucha por la supervivencia de cada una de las partes", estimó Rusen Cakir, editorialista liberal y especialista del AKP de Erdogan y de Gülen./AFP