Miles de militantes de sindicatos y de partidos de izquierda se movilizaron este miércoles en Buenos Aires hasta la Plaza de Mayo, frente a la Casa Rosada (sede de gobierno), en reclamo de la reducción de un impuesto al salario, entre otras medidas del gobierno argentino.
"No al impuesto al trabajo. Sí a las asignaciones familiares para todos", resumía un gran cartel que se repetía a lo largo de la marcha con gran mayoría de camioneros, constató la AFP.
Convocada por el camionero Hugo Moyano, ex aliado de la presidenta Cristina Kirchner y ahora al frente de un sector opositor de la dividida Confederación General del Trabajo (CGT), logró sumar a un ala de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) y partidos de izquierda pero no tuvo eco entre sectores de clase media descontentos, que el mes pasado realizaron un masivo cacerolazo contra el gobierno.
"Para conducir un pueblo, la primera condición es que haya salido del pueblo, que sienta y piense como pueblo", se leía en una enorme bandera que llevaban los seguidores de Moyano, que ya mostró su intenciones presidencialistas.
El sindicato de camioneros movilizó a los suyos desde distintos puntos del país como lo indicaban sus banderas.
"Venimos por un reclamo de los trabajadores para que se limite el impuesto a las ganancias y por el 82% móvil para los jubilados. Queremos un cambio en la forma de conducir nuestro país", dijo a la AFP, Juan Conde, empleado del Sindicato de Camioneros de Entre Ríos (centro-este).
"Aunque hay cosas que se hicieron bien y que no desconocemos, llegó el momento de estar en la vereda de enfrente (al gobierno), no por capricho sino porque no hay respuesta a los reclamos", agregó.
Así como desde Entre Ríos llegaron cinco buses con sindicalistas, otros 12 viajaron durante dos días desde la patagónica Santa Cruz, explicó Leonardo Pérez, camionero del sector petrolero.
"Estamos cansados, queremos que nos paguen lo que nos deben, nuestros trabajo, nuestros ahorros", señaló a la AFP Teresa, una mujer de 80 años, cómoda entre los manifestantes que le festejaban su vestido floreado, sus zapatos y carteras azules y su elegante sombrero blanco.
Los reclamos contra el gobierno lograron tejer una inusual alianza entre los sindicalistas peronistas y los partidos de izquierda, adversarios históricos en Argentina.
"A pesar de las diferencias que tenemos con la CGT y la CTA creemos que los reclamos son justos. La movilización y los paros siempre sirven", dijo a la AFP Florencia Piris, militante del Frente de Izquierda, profesora de historia y empleada del instituto de estadísticas Indec.