Manifestaciones en Panamá dejan un menor muerto | El Nuevo Siglo
Viernes, 19 de Octubre de 2012

Un niño de 10 años murió y al menos 13 personas resultaron heridas por los disturbios desencadenados en Colón (norte) tras la aprobación de una ley que autoriza a Panamá a vender tierras en la zona franca de esa ciudad.

Los enfrentamientos entre policías y manifestantes obligaron al gobierno a decretar el toque de queda a las 16H00 locales (21H00 GMT).

"Tuvimos varios heridos incluyendo un niño de aproximadamente 10 años, que falleció" por una lesión en el abdomen, presuntamente causada por una bala, dijo a periodistas el doctor Mariano López, director de urgencias del hospital Manuel Amador Guerrero de Colón.

"No sé qué tipo de bala fue, pero fue una herida que le causó la muerte", precisó López, quien aseguró que tras las protestas el hospital recibió "seis heridos de bala y varios de perdigón".

Según un informe policial, ocho agentes resultaron heridos -tres de ellos de bala-, así como cinco civiles durante los disturbios, que incluyeron ataques a comercios, gasolineras y vehículos policiales.

Las autoridades no precisaron el número de detenidos que, según medios locales, se contarían "por decenas".

El toque de queda se extenderá "el tiempo que sea necesario" en Colón, para evitar "regímenes de anarquía" y "un saqueo sistemático que no tiene que ver con la protesta", afirmó el alcalde Dámaso García.

El presidente panameño, Ricardo Martinelli, sancionó el viernes una ley, previamente aprobada por el Congreso, de venta de tierras fiscales en la zona libre de Colón, iniciativa que sectores de la oposición rechazan y califican como un capricho del mandatario.

Según la nueva ley, el 35% de lo recaudado por las ventas iría a un fideicomiso a cargo de autoridades de Colón para inversión social, mientras que el 65% restante ingresaría al tesoro nacional.

El gobierno sostiene que en 10 años Colón recibirá inversiones por 390 millones de dólares, provenientes de la venta de terrenos y los impuestos correspondientes.

"No hay necesidad alguna de tener a los colonenses sufriendo de esta manera, con esta incertidumbre, por el capricho de vender los terrenos de la Zona Libre", dijo el líder del opositor Partido Revolucionario Democrático (socialdemócrata), Juan Carlos Navarro.

Martinelli intentó calmar los ánimos. "La venta va a redundar en beneficio de (la provincia de) Colón", dijo en una entrevista en el canal TVN-2.

El pueblo colonense "es el que va a ser beneficiado con la venta", insistió el mandatario, quien acusó a "incitadores" de oponerse al proyecto "por razones políticas" e "intereses mezquinos".

Pese a los mensajes del presidente, una turba incontrolada bloqueó las calles centrales de Colón con neumáticos incendiados y se enfrentó a la policía con piedras, obligando a cerrar comercios, de acuerdo con imágenes de televisión.

Durante las protestas se produjeron actos vandálicos, como saqueos de comercios, y la policía efectuó disparos al aire para dispersar a los manifestantes, lo que provocó escenas de caos y pánico.

"El pueblo colonense está en las calles resistiendo, el pueblo está pacíficamente en las calles y la policía nacional está reprimiendo a este pueblo tirándole bala viva", dijo a periodistas uno de los manifestantes, quien aseguró que las protestas continuarán.

Los sindicatos anunciaron protestas para las próximas horas por la decisión gubernamental, que califican de negocio ilícito de miembros del gobierno.

El gremio empresarial también rechazó la ley, porque las tierras "son patrimonio de todos los panameños y su disposición sólo debe darse luego de un amplio debate y consenso".

Con más de 3.000 empresas en operaciones, la zona franca panameña movió en 2011 mercancías por más de 29.000 millones de dólares y aportó 1.700 millones de dólares a los 23.200 millones del Producto Interno Bruto de Panamá.