El nuevo presidente francés, Emmanuel Macron, nombró este lunes primer ministro al diputado conservador moderado Edouard Philippe, antes de viajar a Berlín con la ambición de reafirmar el papel motor del eje francoalemán en una Europa en crisis.
Con la elección de este diputado de 46 años, que no pertenece al movimiento presidencial La República en Marcha (LRM) sino a Los Republicanos, Macron intenta atraer al ala más moderada del partido gaullista para lograr una majoría en la Asamblea Nacional en las elecciones legislativas de junio, condición clave para poder llevar a cabo las reformas liberales y sociales que prometió durante su campaña.
Poco conocido por el gran público, el nuevo primer ministro ya cruzó en el pasado las líneas políticas tradicionales: alcalde por el partido Los Republicanos de la ciudad de Le Havre (noroeste) y próximo al ex primer ministro Alain Juppé, Philippe militó en su juventud en el ala socialdemócrata del Partido Socialista, antes de pasarse a la derecha.
"A priori responde a los criterios: para Macron, es un hombre de derecha que le permite dar una prueba más a su discurso 'reunamos a los mejores para gobernar'", analiza Chloé Morin, del centro de reflexión Fondation Jean Jaurès.
El nombramiento de Edouard Philippe es "una buena operación, rompe la derecha", aseguró a la AFP una fuente cercana a Macron.
La composición del nuevo gobierno francés -que será anunciada probablemente el martes- supondrá un nuevo test de la recomposición política prometida por Macron, elegido con un proyecto "ni de derecha ni de izquierda" al término de una campaña que sacó a la luz profundas fracturas en el país.
En su primer discurso oficial el más joven presidente de la historia de Francia -39 años- prometió el domingo "unir y reconciliar" a los franceses. Horas después deseó "que la globalización y la apertura de nuestro país beneficie a todos".
Otra de sus prioridades es Europa, que el nuevo jefe de gobierno tiene intención de "refundar y relanzar" tras la crisis provocada por el Brexit.
- Encuentro con Merkel -
Para su primer viaje al extranjero, Macron eligió Berlín, donde este lunes se entrevistará con la canciller Angela Merkel, que logró una importante victoria el domingo en los últimos comicios regionales antes de las legislativas de septiembre.
"Hay un deseo de trabajo conjunto en algunas prioridades: la seguridad, la economía, las inversiones y la protección social", precisaron sus colaboradores.
Tras la victoria de Macron el 7 de mayo ante la extrema derecha, Merkel consideró que el joven centrista simbolizaba la esperanza "de millones de franceses y también de mucha gente en Alemania y en Europa". Sin embargo las conversaciones entre los dos dirigentes no serán fáciles.
"Como conservadora, su margen de maniobra con Macron es muy limitado", admitió un ministro alemán que requirió el anonimato. Pero "humanamente, habrá buena conexión".
Para la diputada europea Sylvie Goulard, allegada al nuevo presidente y que podría entrar en su gobierno, "no se prevé un enfrentamiento" con Berlín.
"Hay que ser exigentes con nuestros socios, no solamente con los alemanes, cuando se trata de defender los intereses del país. Creo que los defenderá bien pues nuestros enfoques son cooperativos" afirmó la diputada en la televisión. pública.
La prensa alemana, por su parte, ya ha adelantado cuáles pueden ser las fuentes de desacuerdo entre París y Berlín.
Macron aboga por un "tratado de refundación" de la Unión europea, tras el rechazo por referéndum en Francia de la Constitución Europea en 2005. Pero ese proyecto es mal visto por Alemania.
El nuevo presidente francés contempla, además, un presupuesto, un parlamento y un ministro de Finanzas para la zona euro, pero estos temas pueden crispar en Berlín, ya que tanto la canciller como su partido democristiano, el CDU, están muy apegados a la ortodoxia financiera.
- 'Los alemanes van a pagar' -
"El amigo querido. Macron salva Europa... y los alemanes son los que pagan" titulaba el sábado el semanario Der Spiegel.
Macron fue investido el domingo como sucesor del presidente socialista François Hollande, quien a su vez había reservado su última visita oficial a Berlín, el lunes pasado.
La victoria electoral de Macron revolucionó el panorama político francés, al término de una sorprendente campaña marcada por un resultado histórico de la extrema derecha, la eliminación de los tradicionales partidos de derecha (LR) e izquierda (socialistas), y las profundas fracturas en un país dividido entre los ganadores y los perdedores de la globalización.