Macroeconomía para el desarrollo ¡Cuán lejos estamos! (I) | El Nuevo Siglo
Sábado, 10 de Septiembre de 2011

José Antonio Ocampo enfatiza la vigencia de la restricción de la balanza de pagos para las economías en desarrollo y, en particular, las implicaciones para aquellas que han abierto la cuenta de capitales.


Por Helena Villamizar García-Herreros
Especial para EL NUEVO SIGLO


En la última revista de la CEPAL, Ocampo analiza las claves para una macroeconómica para el desarrollo, las cuales contemplan acertadas políticas anticíclicas como de transformación productiva.


Son aspectos medulares en la tradición de la escuela estructuralista latinoamericana de la CEPAL, y los cuales fueron seriamente erosionados por la ortodoxia de la autorregulación de los mercados. Tanto la crisis de los años treinta como la reciente crisis financiera internacional, invalidaron los postulados de dicha ortodoxia. El pensamiento keynesiano surgido a raíz de la crisis de los años treinta, cuya preocupación se centró en los ciclos económicos y en la inestabilidad inherente a los sistemas financieros y el papel determinante de la demanda en la actividad económica, ha tenido renovada vigencia con la reciente crisis financiera.


Además de las preocupaciones de corto plazo, a partir de las décadas de 1940 y 1950 el análisis económico se ocupó de los temas del crecimiento, atribuyendo al cambio tecnológico un papel motor.


Para las economías en desarrollo Ocampo subraya otros terrenos de fundamental importancia en las contribuciones del pensamiento cepalino: las restricciones de balanza de pagos como determinantes de los ciclos económicos, los mercados laborales duales y el papel crucial de la industrialización como mecanismo por excelencia de transformaciones productivas, dadas sus economías de escala dinámicas y sus mayor capacidad de transmisión del progreso técnico y del aprendizaje.
Estas ideas tienen profundas implicaciones sobre los imperativos de intervención estatal y sobre la concepción del orden económico internacional como un sistema centro-periferia, en el cual es el centro quien da origen a los ciclos y al progreso técnico.


En consecuencia, el foco de atención del análisis económico varía entre ambos polos del sistema. Para el centro, las políticas de estabilización de la demanda agregada, tanto fiscal como monetaria, son el motivo de atención, en tanto que la preocupación fundamental en la periferia es la balanza de pagos y sus efectos procíclicos sobre la demanda agregada, a través de los precios de los productos básicos y de los movimientos de la cuenta de capital, cuya influencia es cada vez más decisivas en los ciclos de estas economías.¡ Cuánta vigencia tiene estas preocupaciones hoy en Colombia así el discurso oficial pretenda que los problemas de balanza de pagos son asunto del pasado dada la considerable revaluación del peso.


Anticíclico


A dichas preocupaciones centrales correspondió un marco de políticas, instrumentos e instituciones, con los fines conjuntos de manejo anticíclico de balanza de pagos, como del propósito de industrialización. Instrumentos como control de cambios y de capitales, aranceles selectivos, impuestos a las exportaciones tradicionales, fomento a las no tradicionales, atención al tipo de cambio, procesos de integración regional, banca de desarrollo, inversión estatal en infraestructura, etc. buscaban la transformación de estructuras de la producción primaria hacia la industrialización, dada la mayor capacidad de este sector de transmitir el progreso técnico; en otras palabras, de crear nuevas ventajas comparativas, lo que según Ocampo, Albert Hirschman denominó el manifiesto latinoamericano, el cual no significaba aislarse del mundo sino redefinir la división internacional del trabajo.


Posteriores desarrollos de la CEPAL han puesto énfasis en políticas anticíclicas tanto de carácter fiscal como del manejo de la cuenta de capitales. En el primer campo esta entidad propone aislar los componentes cíclicos de los estructurales en las finanzas públicas, y crear fondos de estabilización para ingresos transitorios. Frente a los ciclos de financiamiento externo, propone el manejo de la cuenta de capital, que contrarreste los efectos procíclicos sobre la demanda agregada y evite las nocivas sobrevaluaciones en períodos de auge. Igualmente La CEPAL propone políticas internas de regulación macroeconómica prudencial de carácter anticíclico.


Ocampo enfatiza la vigencia de la restricción de la balanza de pagos para las economías en desarrollo y, en particular, las implicaciones para aquellas que han abierto la cuenta de capitales. “Estas enfrentan la presión para reducir tasas de interés durante los auges y aumentarlas durante las crisis. Cuando no ceden a dicha presión y las autoridades optan por una política anticíclica, simplemente desplazan el efecto hacia el tipo de cambio, es decir, hacia la revaluación durante los auges y la devaluación durante las crisis. Esto indica que las autoridades monetarias y cambiarias carecen efectivamente de autonomía y, de alguna manera, solo pueden elegir qué efecto procíclico prefieren”. Estas restricciones denominadas por la literatura económica como 'el trilema imposible', significan la imposibilidad, bajo apertura de la cuenta de capitales, de controlar el tipo de cambio y la tasa de interés al mismo tiempo.

Gravísima limitación para economías en desarrollo, con el “aliciente” de que en dicha apertura y su consecuente revaluación (y posteriores devaluaciones), radica el origen fundamental de numerosas crisis. Y sin embargo, desconociendo las lecciones de la teoría económica y las experiencias históricas, Colombia consagró la apertura de la cuenta de capitales en el TLC con Estados Unidos.


Vulnerabilidad


Ahora bien, el principal efecto anticíclico dice Ocampo, se da por el deterioro de la cuenta corriente inducido por la revaluación y las consecuentes mayores importaciones durante el auge, fenómeno que imprime una gran vulnerabilidad a la economía cuando cambia la dirección de los flujos de capital. Colombia no escapa a esta tendencia, como lo ilustra el deterioro progresivo de su cuenta corriente.


Hay otras políticas de extrema gravedad que alejan a Colombia de la macroeconomía para el desarrollo analizada por Ocampo, como son la especialización productiva y la pérdida de instrumentos e instituciones conducentes a la diversificación de actividades productivas innovadoras basadas en el progreso técnico, el conocimiento y con fuertes encadenamientos productivos. Este será tema de otro artículo.