Nada fácil será la tarea que le corresponde a partir de hoy al ministro de Trabajo, Luis Eduardo Garzón, pues arranca la difícil negociación para definir el incremento del salario mínimo mensual para los colombianos.
Las posiciones con que arranca la puja son muy lejanas. Los sindicatos consideran que dada la escalada inflacionaria de este año, el aumento en las tarifas de los servicios públicos por el fenómeno de El Niño y la pérdida de poder adquisitivo de las personas de menores recursos, es necesario que el aumento esté más allá del 9 por ciento. Los empresarios consideran que la economía atraviesa por un enfriamiento, el PIB está bajando y la productividad podría ser negativa este año. Por lo tanto, han dicho que el incremento salarial no debería estar muy por encima del promedio entre inflación causada y proyectada. El Ministerio de Hacienda y otros centros de estudios económicos consideran que es hora la prudencia en esta materia.
Corresponderá a Garzón, antiguo líder sindical y hoy en la orilla del Gobierno, buscar un equilibrio entre esas posturas y maniobrar para que el ajuste salarial sea el más ponderado para empresarios y trabajadores, de forma tal que este año, por fin, el incremento sea acordado y no por la vía del decreto.