Luís Alberto Erazo, de nuevo en libertad | El Nuevo Siglo
Domingo, 27 de Noviembre de 2011

 

El alivio y la alegría de los familiares del sargento de la policía Luis Alberto Erazo, que lo recibieron en Bogotá tras 12 años de secuestro, contrastaba con el dolor de cuatro familias que deberán enterrar ahora a sus compañeros -tres policías y un militar- asesinados por sus captores en medio de combates entre el Ejército y la guerrilla Farc.
 
Erazo, de 40 años, llegó al aeropuerto militar de Bogotá en una pequeña aeronave y de inmediato fue introducido en una ambulancia que lo trasladó al hospital de la policía, donde se reencontró con su compañera Elvira, su hija Gisela, de 16 años de edad, y otros familiares.
 
El sargento, herido en la mejilla por esquirlas de granada, no hizo ninguna declaración a la prensa, y no hubo acceso a los medios en el hospital.
 
El uniformado sufrió heridas en el rostro por granadas que lanzaron guerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc) cuando al comenzar los combates el sábado escapó de sus captores y se internó en la espesa selva de Solano, en Caquetá.
 
Flor, hermana del sargento, aseguró que “toda la familia está feliz por la noticia”, mientras que su hija Gisela, que cumplió 16 años el sábado, lo consideró como “el mejor regalo”.
 
Tras los enfrentamientos, los militares hallaron los cuerpos de otros cuatro secuestrados por las Farc, tres policías y un militar, asesinados por sus captores, de acuerdo con el ministro de la Defensa, Juan Carlos Pinzón.
 
Los restos de los tres policías -el coronel Édgar Yesid Duarte, el teniente Elkin Hernández, y el teniente Alvaro Moreno- y del sargento del Ejército José Libio Martínez, quien con casi 14 años de cautiverio era el secuestrado más antiguo de Colombia, serán trasladados también a Bogotá, donde se les realizará la necropsia.
 
 
Paz
 
El papa Joseph Ratzinger (Benedicto XVI) llamó ayer a que termine la violencia en Colombia.
 
“El Santo Padre está apenado por estas trágicas noticias”, se consignó en una nota oficial transmitida a la embajada colombiana en El Vaticano.
 
Ratzinger “ora por las familias de las víctimas y por el amado pueblo de Colombia en este momento de sufrimiento y llama a que termine la violencia”, dijo.
 
ONU y OEA
 
La oficina en Colombia de la Alta comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos condenó “enérgicamente” el asesinato y lo calificó de crimen de guerra, en un comunicado publicado ayer. 
 
“Estos asesinatos atroces reflejan una terrible falta de humanidad y un desprecio total por la vida. Merecen el repudio más fuerte y provocan una profunda tristeza por el inmenso sufrimiento de los secuestrados y sus familias”, dijo Christian Salazar, representante de la oficina en Colombia.
 
“Estos hechos irracionales no son una práctica aislada o esporádica. Son crímenes de guerra que podrían constituir crímenes de lesa humanidad. Son el producto de la deshumanización progresiva del conflicto armado interno”, añadió.
 
También el secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, condenó “enérgicamente el vil asesinato”, considerando que “este hecho representa una grave violación al Derecho Internacional Humanitario de personas que han sido privadas de la libertad por tantos años por este grupo armado, y un crimen de lesa humanidad que merece el rechazo de toda la comunidad nacional e internacional”.
 
Ley
 
El senador vallecaucano Roy Barreras, del Partido Social de Unidad Nacional (La U), autor y ponente del denominado Marco Jurídico para la Paz, anunció que como inevitable consecuencia de este crimen suspenderá en la ponencia el artículo 2 del acto legislativo que se refería precisamente a la posibilidad de otorgar beneficios políticos a quienes se desmovilizaran.
 
Según Barreras, en la ponencia que radicará hoy, presentará “solamente el artículo 1 que contiene los instrumentos de justicia transicional que necesita el Gobierno  para evitar el colapso de justicia y paz y de leyes similares”. 
 
“En estas circunstancias es imposible siquiera pensar en derechos políticos para quienes actúan con esta crueldad y torpeza. Simplemente no se lo merecen”, puntualizó Barreras, para quien “con el fusilamiento cruel y cobarde de personas indefensas, las Farc hacen cada vez más difícil una salida política al conflicto”.
 
AFP