“Los outsiders” salen empoderados de Iowa | El Nuevo Siglo
Miércoles, 3 de Febrero de 2016

Quién  iba pensar que Hillary Clinton estuvo cerca de vivir la misma experiencia de 2008: la derrota en Iowa frente a un “outsider”. O que el magnate Donald Trump  iba a quedar no de segundo, sino de tercero entre los votantes republicanos. En realidad, estos dramáticos escenarios no se presentaron para estos candidatos, pero estuvieron cerca, muy cerca, de concretarse la noche del lunes. En Iowa se supo que los favoritos no son tan favoritos y pueden sufrir percances en su carrera por la Casa Blanca.

 

Ted Cruz, el hijo de emigrantes cubanos, evangélico y de posiciones radicalmente conservadoras, le arrebató el primer puesto a Trump, en la mayor sorpresa de la noche. Se quedó con el cotizado grupo de electores evangélicos que lo empoderaron para celebrar en Des Moines, Iowa.

 

Como si se tratara de un cuento de hadas, un latino ganó en un estado de predominancia blanca (80%). Reforzado por un discurso ideológico, que se opone a los matrimonios de parejas del mismo sexo y al exceso de libertad religiosa, Cruz sedujo al electorado de Iowa que demostró que una base programática le es más atractiva que la blasfemia sin sustentación que prodiga Trump.

 

Marco Rubio también cantó victoria la noche del lunes. A primera vista suena extraño ya que obtuvo el tercer lugar entre los candidatos republicanos. Sin embargo, esa palabra, tercer o “tercería”, que se acerca más a la realidad del aspirante, resulta una muestra veraz de lo que muy seguramente le va pasar a Rubio.

 

Apoyado por el 23% de los votantes, el otro aspirante latino cautivó a una proporción importante de votos y catapultó su perfil como candidato del “establecimiento”. Al tratarse  de un partido que suele oponerse a la inmigración, se ve extraño que los republicanos de base apoyen a un latino de 42 años. Pero su candidato, Jeb Bush,  nunca despegó, y ante la incómoda realidad de Trump y Cruz a la cabeza,  el partido se la tiene que jugar por alguien que represente sus intereses.

 

Rubio salió rumbo a New Hampshire tan fortalecido como Cruz.  Si el partido le da un espaldarazo se puede convertir en un serio aspirante para competir contra los demócratas. De ser así,  los sacrificados de esta alianza serían los “outsiders”, Trump y Cruz, que se pelearían por el voto independiente republicano, ante un Rubio que contaría con el apoyo de la maquinaria y las bases.

 

Pero esta es una hipótesis post-Iowa distanciada de las candidaturas de los aspirantes. Por el momento, el único que ha dicho que se retira de la nominación ha sido Brian O´Malley, que pertenece al Partido Demócrata. Ni siquiera el mismo Bush, del lado republicano, ha anunciado su adiós a la nominación, pese a contar con un apoyo muy bajo, lo mismo que sus pares Rand Paul, Santorum y Christie.

 

Hillary sigue asustada

Hillary siempre la pasa mal al comienzo de una campaña por la nominación del Partido Demócrata. Así le pasó contra Obama en Iowa y el lunes, precisamente allí, pese a obtener una exigua diferencia que le dio la victoria, casi revive la pesadilla de hace 8 años.

 

Bernie Sanders, el afamado líder socialista, durante toda la jornada le pisó los talones, las rodillas y casi la mira de arriba hacia abajo. Los porcentajes entre ellos parecían un frenesí de números que nunca iban a parar. Clinton, sin embargo,  esperó en silencio hasta que uno de sus asesores le dijo que saliera a reclamar la victoria, pese a que la exigua diferencia persistía.

 

La exsecretaria de Estado tiene todo a su favor: bases, maquinaria y dinero. Pero no arrasa en las votaciones ni en las encuestas. En parte esto se debe a los correos y las fundaciones en África que la involucran en presuntos escándalos de corrupción. Y, en parte, a la sombra exitosa del mandato de su esposo Bill, que la acompaña a cada uno de sus mítines, pero se convierte en objeto de una comparación incómoda en la mente de cada uno de sus votantes.

 

Clinton, sin embargo,  ganó con un 49,8% de los votos del Caucus y sigue como favorita en la nominación demócrata, pese al elevado crecimiento del experimentado líder socialista, Bernie Sanders, cuya campaña se ha vuelto viral en las redes sociales y entre los jóvenes, tratando de repetir la experiencia de Obama en 2008.

 

Los “outsiders” son favoritos

Si bien fueron más los ganadores que los perdedores en Iowa, al final del Caucus se ratificó la tendencia de los últimos días que dice que los candidatos por fuera de las bases de los partidos son favoritos en esta primera etapa de las primarias.  

 

Cruz es el mayor exponente de esa tendencia. Se autodefine como un aspirante ultraconservador, social y alejado de las bases del partido. Pese el auge de Rubio, Cruz es el favorito en el Partido Republicano junto al polémico Trump, en cuyo discurso también se denotan visos anti partido. Trump ataca al “establecimiento” y los que lo rodean. No fue al último debate republicano, alegando falta de garantías de parte de la cadena de televisión Fox New, quien abiertamente está adscrita a la línea de las bases partidistas republicanas.

 

Pero el magnate no es Cruz. Él genera fervor en otro tipo de votantes, definidos por el Wall Street Journal como “independientes, coyunturales y menos políticos”, en oposición a los seguidores del candidato texano que es apoyado por personas social conservadores que tienden a ser evangélicas y reúnen, al parecer, un mayor número de votantes.

 

Bernie Sanders, por el lado demócrata, fue el otro ganador del Caucus de Iowa. Como se ha dicho, quedó a un 0,2% de Clinton y es favorito en la siguiente jornada electoral en New Hampshire, poniendo en graves aprietos a la campaña de la ex secretaria de Estado que se verá obligada a visitar condado por condado para convencer a los votantes que la apoyan.

 

“Comenzamos esta campaña 40 o 50 puntos detrás de Hillary", dijo Sanders en CNN, demostrando que su aspiración presidencial es limitada de recursos pero enorme en materia de apoyos y colaboraciones. “Antiwallstreet” y “antiestablecimiento”, Sanders ha logrado cautivar a muchos indecisos y escépticos. Es un fenómeno que crece cada día más, en detrimento de Hillary Clinton, quien sigue liderando las encuestas. Sanders ya le advirtió en Iowa el potencial de su campaña. Y todo indica que en New Hampshire le dará su primera bofetada.