“El corretato de la prohibición de las drogas es la masacre”. Así lo aseveró el alcalde Gustavo Petro al inaugurar la IV Conferencia Latinoamericana sobre Políticas de Drogas que se realiza hasta hoy y organizado por Intercambios de Argentina y Acción Técnica Social Colombia.

Mientras los presidentes Juan Manuel Santos y José Mujica enviaron cartas saludando el evento, el mandatario capitalino puso como ejemplo la política de regulación del consumo de drogas de Vancouver, Canadá, comparándola con la iniciativa de los Centros de Atención Médica para Adictos a las Drogas (Camad) que comenzó a implementarse.

“Nuestros pequeños centros de consumo regulado todavía son algo a mediohacer, pero son un lugar donde más de seis mil personas subieron a hablar de lo que les pasa con las drogas”, dijo.

Así mismo, el Alcalde afirmó que “América no saldrá de la violencia si no es capaz de plantear una nueva política de drogas” y que la prohibición de las drogas ha construido rutas del comercio ilícito que solo se pueden edificar a partir del exterminio de seres humanos, haciendo que el correlato de la prohibición de drogas sea la masacre.

Al explicar los motivos de realización de la Conferencia, Graciela Touzé, presidenta de Intercambios, organizadora regional del certamen, afirmó que “queremos promover un debate y hacer uso del derecho democrático a disentir con los discursos y las prácticas dominantes en el campo de las drogas. Y queremos hacer uso de ese derecho con la intención de transformar una realidad que nos incomoda y nos duele”.

Para Julián Quintero, director de la Corporación Acción Técnica Social (ATS) de Colombia, “no estamos aquí para discutir el fracaso de la guerra contra las drogas que ya todos conocemos, sino para concentrarnos en cómo y de qué manera cambiamos este paradigma. Nos interesa definir qué hacemos cuando hay 9 por ciento de prevalencia de VIH en usuarios de drogas inyectables, recordar el aumento de consumo de cocaína en un 75% en escolares y reflexionar sobre que matan más las políticas de drogas que las mismas drogas”.

Por su parte, Bo Mathiasen, titular de la Oficina de Naciones Unidas para las Drogas y el Delito en Colombia (Unodc / Onudd) instó a “no criminalizar a las personas que consumen drogas”. También informó que, según estadísticas de su oficina, apenas el 5 por ciento de la población del mundo consumió alguna droga ilícita una vez en su vida y el 0,6 por ciento de la población adulta mundial tiene un consumo problemático de drogas. “El gran desafío hoy son la prevención y el tratamiento”, aseveró.

A su turno, el viceministro de Política Criminal y Justicia Restaurativa del Ministerio de Justicia y del Derecho, Farid Samir Benavides, estableció una vinculación entre las formas ilícitas y la violencia tanto en el caso de las drogas como de la minería ilegal. “Tenemos expectativas en superar los rezagos al desarrollo causados por el tráfico”, aseguró.

Desde el Consorcio Internacional sobre Políticas de Drogas (IDPC), Coletta Youngers, explicó que esta coalición de organizaciones no gubernamentales de todo el mundo comparten la mirada crítica sobre los efectos de la  Convención de Estupefacientes aprobada por Naciones Unidas en 1961 que “no logró los resultados deseados y tuvo impactos no deseados”.

Youngers señaló que “es la primera vez que siento que hay un debate real y por fin no sólo por expresidentes sino también por presidentes en ejercicio, como Juan Manuel Santos y Otto Pérez”.