El enviado de la ONU a Irak, Martin Kobler, hizo un llamamiento a la calma en ese país tras la reciente ola de violencia relacionada con protestas contra el gobierno, que ha causado más de 190 muertos en cuatro días y que continuaba este viernes con varios atentados contra mezquitas sunitas.
"Hago un llamamiento a la conciencia de todos los líderes religiosos y políticos para que no dejen que la ira gane a la paz y para que utilicen su sabiduría, porque el país se encuentra en una encrucijada", declaró Kobler en un comunicado.
En total, más de 200 personas han muerto y otras 300 han resultado heridas desde el pasado martes en Irak, un gran número de ellas en enfrentamientos entre fuerzas de seguridad por una parte y manifestantes y hombres armados sunitas por otra.
Este viernes, tras la oración musulmana semanal, cuatro personas murieron y otras 50 resultaron heridas en atentados perpetrados contra cuatro mezquitas sunitas de Bagdad y sus alrededores, afirmó un responsable del ministerio del Interior y varias fuentes médicas.
El peor ataque tuvo lugar en la mezquita Al Kubaisi, en el sur de Bagdad, cuando estalló una bomba que mató a cuatro personas e hirió a 36, según estas fuentes.
En el norte de la capital, dos bombas causaron al menos 11 heridos cerca de las mezquitas Al Shahid Yusef y Malikal Asht, y otro artefacto hirió a por lo menos tres personas cerca de la mezquita Al Razaq.
Paralelamente, las fuerzas de seguridad iraquíes retomaban este viernes el control de la ciudad de Suleiman Bek, situada en la provincia de Saladino y tomada el miércoles por hombres armados que finalmente aceptaron retirarse de ella.
El retiro de estos hombres fue posible gracias a la mediación de jefes tribales y de responsables gubernamentales, explicó Shalal Abdul Baban, un responsable administrativo del sector, y Ahmed Aziz, jefe adjunto del consejo municipal de Suleiman Bek.
El general Ali Ghaidan Majid afirmó el miércoles por la noche a la AFP que se había dado un ultimátum de 48 horas a estos grupos para que salgan de la ciudad, so pena de lanzar una ofensiva.
El general Majid había indicado que según los servicios de inteligencia, unos 175 hombres armados se encontraban en Suleiman Bek: 25 presuntos miembros de Al Qaida y 150 del "Ejército de Naqchbandis", un grupo rebelde violentamente opuesto al gobierno y particularmente activo en la región de Kirkuk. Ese grupo tiene entre sus filas a ex oficiales del ejército de Sadam Husein.
El ejército afirmó que su intervención del martes cerca de Huweijah, al origen de la oleada de violencia, apuntaba al Ejército de Naqchbandis.
Este viernes por la mañana, siete hombres armados murieron en enfrentamientos contra las fuerzas de seguridad en Kirkuk (norte), según fuentes militares y médicas.
El martes, atentados contra mezquitas sunitas dejaron ya 13 muertos.
La violencia comenzó el martes en Huweijah (norte), cuando la policía intervino en una manifestación sunita, que se celebran desde hace cuatro meses para protestar contra el primer ministro Nuri al Maliki. Esto produjo el estallido de enfrentamientos entre manifestantes y antidisturbios, seguidos de ataques en represalia contra las fuerzas de seguridad en varias regiones.
Estos hechos violentos son los más sangrientos desde que en diciembre comenzaron las manifestaciones contra Maliki en las provincias de mayoría sunita del norte del país.
Desde hace cuatro meses, manifestantes sunitas reclaman la dimisión de Al Maliki, un chiita acusado de acaparar el poder y marginar a los sunitas.
Abdelghafur al Samarrai y Saleh al Haidari, dos dignatarios religiosos que dirigen una fundación sunita y chiita respectivamente, advirtieron contra un conflicto confesional y pidieron a las facciones políticas que se reúnan este viernes para poner fin a la violencia.
El encuentro está previsto en la mezquita Um al Qura, en Bagdad, a las 17H00 (14H00 GMT), pero por el momento no se conoce con exactitud quienes participarán.
Irak vivió ya una oleada de violencias interconfesionales durante 2006 y 2007, que dejó miles de muertos tras un atentado contra un lugar santo chiita en Samarra.
AFP.