Muchas dudas dejó la participación de los equipos colombianos en la fase de grupos de la Copa Libertadores de América, en la que Nacional confirmó que tiene con qué aspirar al título, pero se fueron Santa Fe y Cali, este último con el lastre de ser último de su serie y con un montón de goles en contra que da vergüenza.
Es claro que los directivos de Nacional, su cuerpo técnico y los jugadores saben lo que quieren y cómo lograrlo. Por ello el plantel fue armado para sumar una nueva corona en la Liga Águila y confirmarse como el rey de copas criollo.
El único partido en el que los dirigidos por Reinaldo Rueda no brillaron fue ante Huracán el pasado martes, tal vez porque ya eran primeros de su grupo y se notó una especie de relajamiento tanto por parte del técnico como de los jugadores, aunque es innegable que buscaron ganar, pero esta vez no fueron contundentes.
Invictos, con cinco de los seis partidos ganados, 12 goles a favor y ninguno en contra y 16 puntos de 18 posibles, dice a las claras que la Máquina Verde se tomó en serio esta edición de la Libertadores y que está dispuesto a repetir la gesta de 1989 cuando ganó el preciado trofeo en una inolvidable final ante Olimpia de Paraguay, en el estadio El Campín de Bogotá, en la que el héroe fue René Higuita.
Un técnico experimentado, una nómina costosa y rendidora y el apoyo económico de la organización Ardila Lulle, respaldan los anhelos de los aficionados de ver a su equipo levantar por segunda vez la Copa Libertadores, aunque no se puede olvidar que de acá en adelante hay borrón y cuenta nueva y que para pensar en el título hay que ir paso a paso.
Ahora a Nacional le espera en octavos de final Huracán, el mismo rival al que le ganó en Argentina y empató en Medellín, pero es de suponer que el Globito le dará pelea por esa garra que lo acompaña.
Sin embargo, los paisas parten como favoritos y con argumentos de sobra. Solo queda que confirmen en estos juegos de ida y vuelta lo que hicieron en la fase de grupos y que sigan sacando la cara por el fútbol colombiano.
Acá queda una duda: ¿es Nacional el único club colombiano realmente competitivo a nivel internacional? Los resultados parecen decir que sí, pero debe seguir ratificándolo.
La cruz
Nacional fue la cara de la moneda y la cruz se la repartieron Santa Fe y Cali. Surge la pregunta ¿son equipos hechos para entre casa?
Siempre se ha dicho que equipo que sale a empatar pierde y eso le sucedió a Santa Fe frente a Cerro Porteño el miércoles.
Varios errores cometió el técnico Alexis García, quien dijo que no iba confiado sino con confianza a Asunción, pero más pareció que llegó desconfiado, armó un equipo para defenderse y sacar el punto que necesitaba para clasificar, pero el mundo se le vino encima con las expulsiones y se le esfumó el paso a octavos.
Es indudable que los Cardenales vendieron cara la derrota, como también que si hubiera arriesgado un poco más cuando tenía los 11 hombres en la cancha, otra hubiera sido su suerte en la Copa.
En favor del técnico García hay que decir que algunos jugadores no le ayudaron mucho, aunque sí hay que resaltar la jerarquía de Luis Manuel Seijas. Queda otra duda: ¿le faltó reforzarse mejor? Sí, faltaron delanteros de categoría.
Además, ¿la salida del técnico Gerardo Pelusso afectó? Claro que sí y no es que García no sea capaz, sino que el uruguayo tenía un patrón de juego definido, no improvisaba y acá lo que quedó al descubierto es que lo que ocurría en el camerino y que determinó el cambio de estratega afectó considerablemente.
Y queda otro tema preocupante: Cali. Los errores se cuentan al por mayor. Increíble que un técnico de la experiencia de Fernando Pecoso Castro haya cometido tantos errores y que se haya dejado meter gato por liebre con los refuerzos. Bianchi y Delgado no aportaron nada, el único que ha dado resultado es Sambueza y queda otro interrogante, ¿por qué los jóvenes que le dieron un título a la afición ya no rinden?
Lo de los azucareros raya en la vergüenza. Tres puntos producto de tres empates en casa, 18 goles en contra y dos goleadas dolorosas, una en Bolivia y otra en Argentina, que muestran a las claras que el nivel del fútbol colombiano, salvo Nacional, está muy lejos de ser competitivo a nivel internacional.
La mala campaña le costó el puesto a Fernando Pecoso Castro quien a su regreso de Argentina fue notificado de que su nueva aventura en el cuadro azucarero terminó. Seguramente hoy se confirmará a Mario Yepes como su sucesor.
El lastre
Aparte de la vergüenza por la eliminación, una catastrófica del Cali, queda un aspecto para que las autoridades colombianas tomen medidas drásticas, como podría ser el cierre de fronteras.
En Buenos Aires, los hinchas del Cali protagonizaron grescas, esgrimieron cuchillos; en Lima fueron sorprendidos algunos seguidores del Nacional atracando y los de Santa Fe no se quedaron atrás, generando desorden.
Un muy mal precedente que está convirtiendo a los hinchas colombianos en indeseables a donde van y que de paso le hacen mucho daño a la ya maltrecha imagen del país. El problema parece haberse salido de las manos, la Cancillería tiene que entrar a interceder para que los liberen, pero no se toman medidas.