Letonia se convirtió oficialmente en el decimoctavo país de la Unión Europea que adopta el euro como moneda, pese a las fuertes reticencias de la población de este país báltico, que teme un alza de los precios.
Con los fuegos artificiales que marcaron el paso al año 2014, los dos millones de letones dijeron adiós a su moneda nacional, el lats, introducido en 1993 para reemplazar el rublo de la era soviética.
De forma simbólica, el primer ministro letón, Valdis Dombrovskis, retiró de un distribuidor automático un billete de 10 euros.
"Es una gran ocasió para el desarrollo económico de Letonia", dijo el primer ministro, insistiendo en que el gasto debe ser "responsable" para evitar un endeudamiento excesivo.
Letonia es el cuarto país europeo ex comunista que adopta la moneda común, después de Eslovenia en 2007, Eslovaquia en 2009 y Estonia en 2011.
Letonia esperaba haber entrado en el euro en 2008. Sin embargo, la crisis mundial arrancó de cuajo esa esperanza, infligiendo a su economía una caída del 25% del PIB en 2008-2009, la recesión más grave del planeta, de la que el país se ha recuperado de forma sorprendente.
"Gracias a estos esfuerzos, Letonia entrará en la zona euro más fuerte que nunca, enviando un mensaje de ánimo a otros países comprometidos en un proceso de ajustes económicos difíciles", dijo en Bruselas el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso.
Letonia es la segunda república báltica que adopta la moneda común, después de Estonia en 2011.
En 2015 se espera que Lituania haga otro tanto, completando la entrada del trío de países bálticos en una zona euro que sigue acusando los efectos de la crisis de la deuda.
Miedo a un alza de precios
La entrada en el euro no suscita gran entusiasmo entre los letones, que temen una fuerte subida de los precios, aunque las opiniones favorables están ganando terreno.
Según un sondeo efectuado en diciembre por el instituto SKS, el 25% de los letones aprueba la adopción de la moneda única, y el 50% está en contra.
Leonara Timofejeva, de 56 años, es de quienes creen que el euro le complicará la vida a los letones.
"Todo el mundo espera que los precios suban en enero", dice a la AFP.
En un bar del barrio popular de Teika, en Riga, los asistentes están más interesados por la celebración del Año Nuevo que por las ventajas e inconvenientes del euro.
"Puede que los precios aumenten. Tanto peor. Pero mi sueldo aumentará también, y las cosas irán bien", confía con optimismo a la AFP uno de los presentes, Karlis.
En una parada de tranvía, Renata, una madre de familia, cuenta que ha comprado por adelantado a su hermana un abono de transporte público para el nuevo año.
"Tiene miedo de que los precios suban, tal y como pronostican las revistas, y a pesar de lo que dicen las autoridades", cuenta Renata.
En los últimos meses, el gobierno ha llevado a cabo una importante campaña de información sobre el cambio de moneda, para convencer a la población de lo conveniente de esta decisión.
El primer ministro hizo valer que la entrada en la Eurozona ayudará a la economía del país facilitando los intercambios, y reforzando la confianza de los inversores extranjeros.
Las dos monedas circularán en el país durante las dos primera semanas de enero. A partir de ahí, el euro reemplazará por completo la divisa nacional./AFP