La visita del secretario de Defensa de Estados Unidos, Leon Panetta, a Perú se da en momentos en que en todo el mundo el debate sobre un nuevo enfoque de la lucha antidrogas está tomando un vuelo inusitado e incluso la discusión llegó a las puertas de las propias Naciones Unidas, en donde se dará el análisis más definitivo.
Es claro que Washington no comparte las tesis legalizadoras y, por lo tanto, insiste en que lo procedente ahora es reforzar la lucha contra el narcotráfico en todas sus instancias. Ese es el objetivo primario de la visita de Panetta a Lima. Lo decidido allí es clave para Colombia, no sólo porque, según la ONU, Perú está desplazando a nuestro país del primer lugar en materia de cultivos de hoja de coca, sino porque la propia DEA considera que el país inca, con un potencial de 325 toneladas anuales, ya también apunta a ser el primer productor de cocaína en el mundo.
Para nadie es un secreto que la iniciativa andina antidroga continúa siendo la herramienta más fuerte para acabar con la expansión de los carteles, las rutas de escape de los capos y las redes de testaferrato y tráfico de precursores químicos y armas.