Latinoamérica, con un mercado en alza que atrae comercio e inversiones, puede ser uno de los motores que empujen a la recuperación en Europa eliminando barreras y aportando su experiencia en la superación de crisis, consideraron el martes en Madrid ministros de Finanzas de la región.
"En un entorno internacional complejo" América Latina es "una región de oportunidades, con una población joven, en pujanza económica y un mercado en crecimiento", subrayó el ministro español de Economía, Luis de Guindos, en la apertura de un encuentro de responsables de Asuntos Económicos iberoamericanos.
"Estamos convencidos" de que "a medio y largo plazo continuará siendo uno de los motores del crecimiento económico mundial", agregó ante ministros y viceministros de Finanzas y representantes de grandes empresas españolas, reunidos para preparar la XXII cumbre Iberoamericana, que tendrá lugar el 16 y 17 de noviembre en Cádiz.
Esta fortaleza de la economía latinoamericana "es una buena noticia para la Unión Europea (...) en un momento de dificultades, de dudas, en los que se empieza a hablar de una recesión suave en la zona euro", aseguró De Guindos.
Así, el comercio bilateral entre América Latina y España, que se duplicó en la última década, "es una avenida con dos direcciones, que permite tanto que Iberoamérica como España se favorezcan de estas relaciones", afirmó, subrayando que las exportaciones españolas a la región se incrementaron en un 20% en 2011.
El ministro español hizo sin embargo hincapié en la necesidad de una mayor liberalización de estos intercambios.
"Todas las medidas que vayan en contra de estos flujos comerciales introducen inseguridad jurídica y afectan a la inversión (...) lo cual es perjudicial desde el punto de vista de nuestras poblaciones", afirmó.
Por ese motivo, "es importante que desde el sector público generemos políticas de fomento del comercio y la inversión" y "eliminemos las barreras burocráticas", añadió.
Las empresas españolas se vieron expuestas en los últimos meses a expropiaciones que, como la de YPF a la petrolera Repsol por parte de Argentina o la de la Transportadora de Electricidad a Red Eléctrica de España por Bolivia, provocaron inquietud sobre la seguridad de otras compañías que operan en la región.
También el secretario general Iberoamericano, Enrique Iglesias, consideró que el comercio internacional puede contribuir a la salida de Europa de una crisis que, de alargarse, amenaza con afectar a América Latina.
"Es necesario estar atentos a los riesgos asociados a un deterioro de la crisis o a una recuperación demasiado lenta de la zona euro", advirtió. Porque "tales eventos, pueden (...) provocar una desaceleración de la demanda global de materias primas y por tanto frenar el tirón exportador" de Latinoamérica, subrayó.
En opinión de Iglesias, la región, que "pasó difíciles años 80 y difíciles años 90" debe aportar su experiencia en la superación de crisis, "para beneficiarnos todos de lo que hemos hecho bien y lo que hemos hecho mal".
Y coordinar sus propuestas económicas para "hacerse escuchar en los espacios de debate y decisón" como el G20, al que pertenecen Brasil, México y Argentina.
En este sentido, las cumbres iberoamericanas, uno de los primeros foros que reunió a los países de la región desde su creación en 1991, ofrecen la oportunidad de debatir "cuáles son los desafíos y cómo podemos trabajar para resolverlos", afirmó el secretario de Estado español de Cooperación, Jesús Gracia.
La reunión, que transcurrió después a puerta cerrada, debía contar con las intervenciones de los ministros de Finanzas de Guatemala, Sergio de la Torre, Panamá, Frank de Lima, Uruguay, Fernando Lorenzo, y Costa Rica, Edgar Ayales así como de empresarios como Francisco González, presidente de BBVA, y Juan Pablo San Agustín, vicepresidente de CEMEX.