Las bacrim desangran a Buenaventura | El Nuevo Siglo
Jueves, 8 de Noviembre de 2012

Una grave situación a raíz de los asesinatos, desplazamientos y amenazas en Buenaventura y su zona de influencia en la Costa Pacífica, donde en octubre hubo 33 muertes violentas, denunció ayer el defensor del Pueblo, Jorge Armando Otálora.

Citando cifras del estatal Instituto de Medicina Legal, Otálora precisó que de las 130 muertes violentas registradas durante los primeros 10 meses de 2012 en Buenaventura, el principal puerto colombiano sobre el Pacífico, 33 de ellas ocurrieron en octubre pasado.

El funcionario atribuyó la situación al enfrentamiento entre bandas criminales conformadas por antiguos paramilitares, que han incrementado las acciones violentas contra la población civil, dentro de una estrategia para "establecer su dominio" en la zona.

Al respecto, dijo también que las acciones de bandas conocidas como Los Urabeños, Los Rastrojos y La Empresa, han originado entre el 14 y el 31 de octubre pasado el desplazamiento forzado de 2.197 personas pertenecientes a 562 familias de Buenaventura, y advirtió que esta semana podrían registrarse al menos tres nuevos desplazamientos masivos, además de otros individuales.

Otálora aseguró que la situación de violaciones a los derechos humanos y las infracciones al Derecho Internacional Humanitario (DIH) afecta a por lo menos once poblaciones del Valle del Cauca.

 

Alertas

 

En una alerta temprana de agosto la Defensoría advirtió sobre la inminente ola de enfrentamientos armados entre grupos ilegales de Buenaventura, que hoy provocan el desplazamiento de 2.000 personas en ese puerto.

Distrito de Buenaventura y municipios de Pradera, Florida, Tuluá y El Dovio, se encuentran en Alerta Temprana por parte del Comité Interinstitucional de Alertas Tempranas (Ciat).

Según un informe de la Defensoría del Valle, en las últimas semanas se han registrado cuatro desplazamientos intraurbanos masivos en el Distrito de Buenaventura que han afectado a cerca de 2.000 personas, víctimas de amenazas, asesinatos selectivos y asesinatos ‘ejemplarizantes’ como tres casos conocidos de personas desmembradas. La causa de los desplazamientos en estos barrios es generada, al parecer, por el enfrentamiento entre dos grupos armados ilegales.

El defensor Otálora se mostró preocupado por el notable incremento de homicidios durante octubre pasado, según cifras ya citadas del Sistema de Información Red de Desaparecidos y Cadáveres (Sirdec), de Medicina Legal.

La dinámica del conflicto corresponde al escenario de riesgo advertido por el SAT de la Defensoría del Pueblo en la última nota de seguimiento (012 de 2012 emitida el 23 de agosto de 2012), de acuerdo con la cual se observa con preocupación la materialización de lo que ya había señalado la Entidad.

En dicha nota, la Defensoría advertía sobre las posibles acciones armadas dentro de los barrios: atentados con granadas de fragmentación, ametrallamientos, enfrentamientos armados entre los grupos ilegales por la disputa del control territorial, desplazamientos individuales o masivos intraurbanos, desapariciones y amenazas de muerte contra los pobladores.

Desde el 14 de octubre se han desplazado 269 personas (62 familias) en el Barrio Bellavista; el día 26 salieron 163 personas (49 familias) del Barrio La Carmelita; el día 30 salieron 184 personas (40 familias) del barrio 6 de Enero, y el día 31 se reportó el desplazamiento de 1.581 personas (411 familias censadas) del barrio Juan XXIII.

 

 

 

 

 

Invasión a Buenaventura

 

Con la presencia de un nuevo grupo armado ilegal (Los Urabeños) en Buenaventura, se incrementan las acciones violentas contra la población civil, esto para establecer su dominio y destruir posibles órdenes y normas así como posibles “formas de cooperación” de las comunidades con el grupo armado ilegal hegemónico anterior (Los Rastrojos) quienes contrataban labores sicariales y de otro tipo como La Empresa, una oficina de cobro que con la llegada de Los Urabeños divide sus filas.

La invasión de Los Urabeños, como lo hicieron en otras épocas los paramilitares al mando de Carlos Castaño, según los organismos de inteligencia se ha ejecutado por hombres provenientes de Urabá, enviados con la misión específica de sacar a La Empresa.

"Se les ha visto reunidos a varios de ellos, con motos y carros, en algunos barrios y la gente no denuncia. Hay que hacerlo porque necesitamos conocer qué están haciendo estas personas y a que se dedican", se quejó el coronel Oscar Gómez, comandante del Distrito Especial de Policía de Buenaventura.

Se dice que se ha observado en los últimos días la presencia de personas extrañas en barrios como Bellavista, Pampalinda, Camilo Torres, Transformación y Pueblo Nuevo, en los cuales se han producido balaceras.

Armas largas y mini-uzis son las más usadas por estos hombres de tez negra, mestizos y con acento de la costa norte.

Otálora llamó la atención de las autoridades para que pongan en funcionamiento planes de contingencia y atención humanitaria, contar con recursos económicos para atender los desplazamientos masivos y garantizar la seguridad de la población que está en medio de esta confrontación.

La guerra a muerte entre los miembros que siguieron fieles a La Empresa y Los Urabeños recién llegados cobra víctimas casi todos los días.

Esta situación se viene presentando desde la muerte de un hombre en el barrio La Independencia, que al parecer era uno de los jefes de La Empresa, grupo delincuencial conformado por paramilitares, delincuentes comunes, personas vinculadas al narcotráfico.

Este grupo controla el microtráfico de cocaína y marihuana, extorsión y boleteo(aplicando vacunas a los comerciantes, especialmente tenderos, comerciantes de las plazas de mercado, y otros tipos de actividades), en varias zonas del puerto.

"Estamos implementando planes especiales para hacer frente a estos hechos comenzando con la llegada de agentes especiales preparados en este tipo de confrontaciones entre bandas armas, al tiempo que se reforzaran las medidas de seguridad", precisó el coronel Gómez.

Según Gómez, Los Urabeños "se han encontrado con una Fuerza Pública bien constituida que les ha hecho frente con golpes certeros y efectivos", indicando que se han hecho varias capturas, decomisado armas y vehículos.

Una serie de medidas fueron tomadas en un reciente consejo de seguridad, en el cual se acordó la reactivación de algunos planes de trabajo que había en conjunto con la Armada Nacional para patrullajes, controles viales y la colaboración ciudadana a través de los cuadrantes de la Policía.

"No permitiremos que esos criminales que han llegado a la ciudad corten la racha de tranquilidad que hemos venido disfrutando este año, donde hemos logrado disminuir en un 52 por ciento los índices de violencia", dijo el coronel Gómez.

El Gobierno local anunció un plan especial de apoyo a la Policía con aportes económicos para la movilización de motocicletas y vehículos de la Policía."Necesitamos también la colaboración de la comunidad, es fundamental que apoyemos a la Fuerza Pública, porque juntos podemos", dijo la secretaria de Gobierno, Ledis Torres.

"Se va hacer un esfuerzo mucho mayor, pero ante todo vamos a seguir garantizando la paz y tranquilidad en Buenaventura, donde no permitiremos que nadie venga a perturbar la misma", sostuvo Torres.

 

 

Los Urabeños

 

En texto de Carlos Espitia, de la Unidad Investigativa de Indepaz (Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz), titulado Los Urabeños no son simples bacrim, se relató cómo el grupo surgió en el Urabá antioqueño, en el año 2006, tras la desmovilización del Bloque Élmer Cárdenas, al mando de Fredy Rendón, alias el Alemán. Desde entonces y hasta abril de 2009, su hermano Daniel Rendón, alias don Mario, fue el comandante de este grupo.

Tras su captura en 2009, los hermanos Úsuga David tomaron el mando. Inicialmente se denominó Héroes de Castaño, luego se conocieron como Autodefensas Gaitanistas de Colombia y tras una alianza con Henry de Jesús López, alias Mi Sangre, adoptaron el nombre de Los Urabeños.

Dairo Antonio Úsuga, alias Otoniel, es en la actualidad el jefe máximo de Los Urabeños.

Como se recordará, López fue detenido  la semana pasada en un restaurante de Buenos Aires, Argentina.

Según el VII informe sobre grupos narcoparamiliatares de Indepaz,

Los Urabeños durante 2011 hicieron presencia en 211 municipios de 18 departamentos. Es el segundo grupo narcoparamilitar en términos de presencia municipal después de Los Rastrojos.

 

Metástasis

 

El panorama que revela el informe citado por Espitia sobre la influencia y penetración de estos grupos delincuenciales no es esperanzador.

De los 32 departamentos de Colombia, Amazonas y Vaupés son los únicos que se salvan de este fenómeno, que día a día preocupa más a los organismos de seguridad.

Lo que empezó como pequeños grupos en territorios específicos donde se procesaba coca, se fue transformando en verdaderas maquinarias de guerra, aupadas por las mafias del narcotráfico, con injerencia en el poder local, vía intimidación o vía infiltración en el Estado.

La recomposición de las bacrim, añade el informe, tiene tres razones fundamentales: la continuidad de remanentes de grupos paramilitares que se desmovilizaron, su reagrupamiento alrededor de mandos medios que no se desarmaron y el crecimiento de grupos ilegales creados por narcotraficantes.

En medio del panorama de presencia de bandas criminales organizadas se destaca la fuerza y la expansión de dos grupos específicos: Los Rastrojos (207 municipios) y Los Urabeños (181 municipios).

Según Indepaz, “llama la atención la recomposición de estos grupos precisamente en las áreas donde fueron fuertes las autodefensas y el bloque central Bolívar y en donde el gobierno, desde la anterior administración, viene hablando de los mayores avances en consolidación territorial”.

Se nota una dinámica en su expansión, con una estrategia clara: copar toda la costa Pacífica, la Caribe o las fronteras.

 

 

 

Se destraba marco legal antibacrim

 

En algunas semanas se iniciará en la Comisión Primera de Senado el trámite del proyecto de ley que busca crear un marco para combatir a las bandas criminales (bacrim).

Como lo publicó ayer EL NUEVO SIGLO, el senador Armando Benedetti, del Partido Social de Unidad Nacional (La U), ponente de la iniciativa, ya está trabajando con su equipo de trabajo en la ponencia positiva del proyecto, la cual traerá varios cambios con respecto al texto original.

Aunque no se pudo determinar la fecha de entrega, la Unidad de Trabajo Legislativo (UTL) del Senador está ultimando detalles para que el texto alcance a ser debatido antes del período de vacancia de fin de año del Congreso.

Se trata del proyecto de ley número 97 de 2012 Senado, “por medio del cual se dictan medidas para combatir los grupos criminales armados y organizados, dentro del territorio nacional”, radicado el 22 de agosto por el senador Juan Lozano, copartidario de Benedetti.

La iniciativa no busca establecer las herramientas jurídicas para que las bandas se sometan a la justicia o dejen las armas, sino que busca establecer los parámetros para que la Fuerza Pública pueda luchar contra esos grupos criminales con la misma contundencia que lo hacen con las Farc.

La propuesta surgió luego de que se analizara que las bacrim no hacen parte del conflicto y en ese momento la responsabilidad de combatirlas pasa a manos de la Policía Nacional, sin embargo, las estrategias que usa la entidad para combatir la delincuencia común deben ser distintas a las que se usan para combatir las estructuras que tienen las bandas criminales.

“El Estado tiene un desafío mayúsculo, porque quedamos simplemente con las herramientas policivas que se utilizan para combatir a los delincuentes y bandas de barrio, para enfrentar organizaciones que tienen armas largas y que ejercen control territorial, que se financian con el narcotráfico, que tienen organizaciones sofisticadas en diferentes regiones, es inapropiado”, explicó el senador Lozano, quien agregó que por la forma que tienen de operar las bacrim y los métodos de financiación ilegal que tienen los hace parecer más bandas de paramilitares que grupos delincuenciales de barrio. “Por más policías que tengamos, con las herramientas ordinarias de la Policía Nacional vamos a tener una enorme dificultad para enfrentar a las Bacrim, vamos a tener dificultad para garantizarle la vida y la seguridad a los compatriotas”, indicó.