Teniendo como escenario los diálogos de alto nivel sobre ciudades, transporte y turismo sostenibles en la Cumbre “Río + 20”, que se desarrollará en Bogotá entre mañana y el martes, la Administración distrital hará el lanzamiento de la Política Pública de Ecourbanismo y Construcción Sostenible, cuya visión se concreta en 2024 como una ciudad líder a nivel latinoamericano en la planeación, diseño y construcción con criterios de sostenibilidad.
“El primero de los tres ejes tiene que ver con las prácticas sostenibles, es decir, acelerar la construcción, el diseño y elaboración de cartillas y guías técnicas que permitan a un constructor, a un maestro de obra en un barrio, o a una empresa que desarrolla proyectos grandes, generar técnicas constructivas apropiadas para llevar a cabo en la ciudad en temas como: la movilidad sostenible en donde se priorice la bicicleta y el peatón, el incremento de los parques y las zonas verdes, la generación de más permeabilidad del suelo, el control a los niveles de contaminación del aire y el ruido que afectan la salud de los habitantes y, por último, la construcción de edificaciones más eficientes y sanas en donde se ahorre el agua, la energía y se tengan espacios adecuados para el reciclaje”, explicó Gerardo Ardila, secretario Distrital de Planeación.
Un segundo eje está relacionado con el fortalecimiento institucional. La política plantea una serie de instrumentos normativos y de mecanismos que permitan la aplicación de criterios y prácticas de urbanismo y construcción sostenible en los proyectos urbanos y rurales. Uno de los instrumentos emblemáticos de esta Política será el Código de Construcción, el cual va a ser actualizado en clave de sostenibilidad, de tal forma, que también sea una herramienta que le permita a la ciudad tener edificaciones más sanas y eficientes.
Las edificaciones podrán obtener un reconocimiento y/o certificado, y la Secretaría Distrital de Ambiente será la encargada de otorgar ese valor agregado. “El certificado permitirá que los proyectos tengan un reconocimiento en el mercado con respecto a aquellos que no lo tienen. Eso le va a facilitar a la gente comprar un apartamento o una oficina, sabiendo que el edificio cumple con estándares que le permiten economizar agua y energía, entre otros aspectos”, precisó el vocero de la SDP.
Un tercer componente tiene que ver con la cultura ciudadana, es decir con la capacidad de consumir menos, de tener buenos hábitos al manejar equipos, luces y agua, dentro de las edificaciones. Según el sondeo de opinión realizado en 2013 (474 participantes) por la SDP, entre el 30% y el 50% de las personas preferirían tener una vivienda amigable con el ambiente, con diseños bioclimáticos, sistemas de reutilización de aguas lluvias, sanitarios y griterías ahorradores de agua, así como aparatos ahorradores de energía.
“Así mismo se busca incrementar la formación de nuevos profesionales en estos temas, apoyándose en las empresas constructoras y en gremios de la ciudad, de tal forma que puedan tener mayores capacidades para poder llevar a cabo estos proyectos”, anotó Ardila.
Desde el sector Hábitat se han venido liderando proyectos como “Plaza de la Hoja”, y otros que incluyen Vivienda de Interés Social (VIS) y Vivienda de Interés Prioritario (VIP), que ya están incorporando técnicas constructivas más amigables, al igual que mecanismos para hacer más eficientes las edificaciones, mostrando que es posible hacerlo a un bajo costo.
Hoy en día la ciudad tiene un mercado de edificios eficientes pero sobre todo en sectores de alta capacidad de pago. “Con los proyectos del sector Hábitat estamos mostrando que los edificios y barrios eficientes también pueden estar al alcance de sectores con menos capacidad de pago”, reiteró el funcionario.
En la cumbre también se presentarán los avances que Bogotá ha alcanzado en torno a los Cerros Orientales, lo que va a constituir una oferta nueva de espacio público al oriente de la ciudad, y que busca además promover senderos, caminos, parques y eco-barrios en el sector oriente de la ciudad, en aras de contener el crecimiento urbano hacia los cerros, y poder establecer los mecanismos de conservación y recuperación.