"La vida que se teje": arte para sanar heridas del conflicto | El Nuevo Siglo
Viernes, 13 de Mayo de 2016

La exposición "La vida que se teje", inaugurada esta semana en Medellín, recoge 85 piezas elaboradas por mujeres que han vivido situaciones violentas y busca ayudar tanto a tejedoras como a espectadores a sanar heridas del conflicto armado.

 

La muestra incluye tejidos de campesinas colombianas que han sido víctimas de la conflagración interna que dura ya más de medio siglo, pero también piezas que recogen relatos de violencia de otros países de América Latina.

 

"Hay un gran volumen de trabajos sobre el sufrimiento generado por la guerra, pero también reflexiones sobre la vida cotidiana en las que aunque la guerra es el eje transversal, también hay la posibilidad de que las tejedoras cuenten cómo han tenido que reinventarse y seguir viviendo", dijo a la AFP Beatriz Arias, una de las curadoras de la exhibición.

"La intención no es tan solo mostrar el dolor de alguien, sino también que la ciudadanía entienda que aunque no te hayan matado a nadie tienes responsabilidad de reconocer y sanar como parte de una sociedad que ha vivido tanta violencia", añadió Arias, quien además de tejedora y enfermera es especialista en salud mental comunitaria.

A pesar de las imágenes de dolor que muestran muchos de los tejidos, en la mayoría de ellos resalta el colorido típico del arte latinoamericano y algunas piezas incluso se enfocan en rescatar aquello que las armas no pudieron callar, como el canto de los pájaros.

Veinte de las 85 piezas que conforman la exposición pertenecen a la colección internacional Conflict Textiles, que incluye tejidos de Chile, Perú, Argentina y Brasil, algunas de las cuales datan de los años 1970-1980, cuando esos países vivieron bajo dictaduras de derecha.

 

- Una aguja para olvidar penas -

Las obras de Colombia están basadas principalmente en el conflicto armado interno, que ha enfrentado durante más de 50 años a guerrillas, paramilitares y fuerza pública, dejando al menos 260.000 muertos, 45.000 desparecidos y 6,8 millones de desplazados.

Y como la población más afectada ha sido la de zonas aisladas del país, las piezas colombianas relatan situaciones ocurridas desde en sitios como el selvático departamento de Chocó hasta en comunidades rurales de la región de Antioquia.

Algunas obras fueron hechas, incluso, en conjunto por varias tejedoras, porque aunque "por un lado éste es un trabajo muy íntimo para expresar tus emociones a través del tejido, también toma una gran importancia como acto de contrición colectivo", según Arias.

La exhibición, inaugurada este miércoles y que podrá ser visitada hasta el 10 de julio en el Museo de Antioquia y el Museo Casa de la Memoria de Medellín, será complementada con encuentros de mujeres que cada jueves se reunirán a tejer ante los ojos del público nuevas obras.

Orlinda Mesa, de 53 años, una de las expositoras, relató su vida en un tejido para rescatar los buenos momentos y superar la muerte de uno de sus cuatro hijos, quien según cuenta fue asesinado en 2007 y presentado por el Ejército como un guerrillero muerto en combate, en uno de los miles de casos de ejecuciones extrajudiciales registrados en Colombia.

 

"En el tejido salgo yo cargando leña, cuando conocí a mi esposo, cuando supe la noticia de mi hijo, hay un corazón muy grande que representa a mi familia y también tengo el cementerio", contó a la AFP.

"Si yo tengo el corazón adolorido, yo cojo una aguja y olvido las penas", aseguró esta mujer, que vive a las afueras de Medellín y tuvo que tomar cursos para recordar cómo tejer y poder relatar su historia con hilo y retazos de tela.