Es común escuchar a personas que dicen ser expertas en educación que la escuela tiene que cambiar, a pesar de que jamás han pisado un salón de clases. Se la pasan criticando el modelo tradicional de educación, que nunca definen, y únicamente clasifican a las nuevas generaciones en millenials, centenials, generaciónes Zetas y Yes, como si con un rótulo fuera suficiente para enseñarle a una nueva generación. Aún así, se paran en auditorios a decir que el mundo cambió y que por lo tanto la educación tiene que cambiar, sin mayores argumentos.
Muchos de estos expertos en educación solo se mueven por los intereses comerciales y económicos de grandes grupos tecnológicos interesados en que las instituciones educativas se llenen de tabletas, plataformas y costosos productos digitales, con el argumento que los jóvenes de hoy son multitareas y viven en un mundo hiperconectado. El Gobierno, por su parte, interesado en exponer impresionantes estadísticas entrega tabletas para resolver los problemas de la educación del país. La tendencia es tan ilógica como si hace 30 años se midiera la calidad de la educación por la cantidad de tableros y de tizas compradas.
Mientras tanto, las voces locales que abogan por pedagogías mejor estructuradas tienen poca voz. Además, la evidencia empírica de las investigaciones sobre los procesos de aprendizaje no son tenidos en cuenta en la política pública. Suena mejor el discurso y las cifras. A pesar de que las investigaciones han demostrado que los famosos jóvenes multitareas no existen y concluyen algo lógico, sabido por los profesores desde hace mucho tiempo, el aprendizaje depende de la creación de hábitos y de las habilidades de educador para desarrollar los procesos de pensamiento en sus estudiantes y no en entregar tabletas para que se formen navegando en Internet.
La más reciente investigación del centro de estudios en ciencia y educación de la Universidad de Harvard afirma que los estudiantes que toman notas en computadores portátiles y tabletas obtienen calificaciones significativamente peores que los que lo hacen a mano, porque se distraen en páginas de internet, en las redes sociales y viendo videos. A pesar de todas las promesas y facilidades de la tecnología, las infinitas fronteras de la información, los métodos tradicionales de cuaderno y esfero resultan más efectivos. Los investigadores analizaron las calificaciones de más de cinco mil estudiantes y encontraron que además de que en promedio los estudiantes del entorno digital tienen más bajos resultados, los jóvenes con mayores dificultades de aprendizaje son los más afectados.
El Gobierno ha destinado grandes recursos para la compra de tabletas y de computadores para educar, a pesar de la limitada conectividad que tienen la mayoría de instituciones educativas del país. Hay colegios desde el Magdalena hasta Vichada donde hay un cartel de Vive Digital, pero sus estudiantes no conocen el Internet. Los resultados del último índice sintético de calidad también fueron contundentes, los colegios que recibieron materiales de texto, y formación docente obtuvieron mejores resultados que los colegios que hicieron inmersión en las tecnologías para la educación.
Las herramientas digitales son útiles en el aula y para el aprendizaje, no se puede desconocer que un estudiantes que sabe manejar “prezi” puede hacer presentaciones académicas efectivas, pero la tecnología es una herramienta en un entramado donde se debe priorizar la formación docente, la compra de materiales didácticos, la implementación de metodologías de aprendizaje y promover lo que algunos erróneamente llaman “la escuela de antes”, como el aprendizaje para la comprensión, la escuela activa o la participación democrática y colaborativa de los estudiantes.
Así que sería valioso abrir un debate con los expertos tecnológicos para saber ¿Qué quieren decir con la escuela tradicional? ¿Por qué está obsoleta? Y ¿por qué la tecnología en el aula es considerada la ruta para mejorar la educación?
*Geógrafo, magíster en Estudios Políticos
Profesor universitario
Autor y editor de libros y de revistas especializadas en educación.
**Historiador
Profesor, periodista y especialista en educación.
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