La hora de la verdad electoral en mapa político | El Nuevo Siglo
Domingo, 26 de Julio de 2015

Ayer se cerraron las inscripciones de candidatos a alcaldías, gobernaciones, concejos, asambleas y juntas administradoras locales, lo que pone al país a solo tres meses de unos comicios que podrían recomponer, para bien o para mal, el mapa político.

Son muchas cosas las que están en juego, como ya se ha dicho repetidamente en estas páginas, entre ellas nada menos que cómo podría llegar a ser el posconflicto, como tránsito de la guerra a la paz si las negociaciones de La Habana llegan a buen puerto.

En términos generales se prevé que la representación que tienen en la actualidad los partidos y movimientos políticos en los cargos territoriales no sufrirá drásticas modificaciones.

En ese sentido, el común denominador en las diferentes colectividades es incrementar el número de cargos en comparación a los comicios de hace cuatro años.

Igualmente se espera que los partidos Social de Unidad Nacional (La U), Conservador y Liberal revivan el cabeza a cabeza que sostuvieron en los comicios del año 2011, que al final terminó dejando triunfador a la primera de estas divisas políticas.

La variación en estas cuentas resultaría, principalmente, de un relativamente nuevo jugador.

 

 1. Debut uribista

 

La revelación de la jornada que se avecina sería el uribista Centro Democrático, que justamente por estos días cumplió su primer año de fundación, pero que no obstante ya es la segunda fuerza del Congreso por los relevantes resultados que obtuvo en los comicios de 2014.

Por ello y además por los más de 6 millones de votos que alcanzó su candidato presidencial Óscar Iván Zuluaga en la segunda vuelta presidencial, hay gran expectativa por los resultados que obtendrá la colectividad en las elecciones territoriales de este año.

Aunque difícilmente podrá disputar la supremacía, si se mira desde el punto de vista del número de cargos que se alcance, pues seguramente la mantendrán los veteranos partidos Liberal y Conservador, así como La U, con una década en el escenario, por la organización en materia de estructuras y liderazgos que han podido acumular en todo este tiempo en las regiones, además del trabajo que han realizado en esta oportunidad y la influencia en el electorado de sus actuales legisladores.

 

2. Unidad Nacional

 

Para contrarrestar la anunciada llegada del uribismo, se planteó desde la Unidad Nacional la estrategia de replicar la coalición en las regiones.

Sin embargo, en términos generales la propuesta se fue cayendo como un castillo de naipes por varias razones, que se podrían resumir en que las realidades políticas regionales y locales son distintas a las nacionales.

Uno de los puntos más relevantes es que la aparente cohesión nacional de los partidos queda en entredicho a nivel regional, donde cada tendencia tiene su agenda (muchas veces tiene su propio nombre que, incluso, puede llegar a ser diferente al de la colectividad a la que pertenece).

Un caso que puede servir de ejemplo es el de Medellín, donde el candidato a la Alcaldía por la Unidad Nacional supuestamente es el exsenador Eugenio Prieto, pero donde un sector de La U y del propio Partido Liberal, en el que milita el excongresista, le apuesta a la aspiración de Gabriel Jaime Rico.

Otro caso es el del Valle del Cauca, donde se daba por sentado que las colectividades de la Unidad Nacional, que allí todavía incluían al Partido Conservador, apoyarían al candidato de La U a la Gobernación (candidata, para el caso concreto) sobre la base de que la aspiración a la Alcaldía de Cali fuera para alguien de otro partido (el Liberal, por ejemplo). Pero todo se cayó por cuenta de la decisión de La U de avalar a Angelino Garzón en la capital vallecaucana.

 

3. Candidatos por firmas

Un total de 810 grupos significativos de ciudadanos andaban recogiendo firmas para inscribirse.

Se trataba de 30 candidatos por firmas a gobernaciones,  401 para alcaldías, 6 comités para inscribir listas a las asambleas, 289 para concejos y 84 para juntas administradoras locales.

Donde más comités había registrados era en el Valle con 102 inscripciones, seguido de Antioquia con 95 registros, Cundinamarca y Bogotá con 69 comités inscritos cada uno.

Al cierre de esta edición no había todavía información sobre cuántos realmente habían logrado recoger las rúbricas requeridas. Sin embargo, la sola existencia de tan alto número de candidatos por firmas marcó un récord frente a anteriores comicios, por lo que desde distintos flancos partidistas y políticos se dan diversas opiniones frente a lo que implica tal explosión de candidatos por firmas, empezando por la dificultad que significará la revisión de millones de rúbricas ciudadanas en un lapso de muy pocas semanas.

Para algunos analistas, no debería implicar sorpresa alguna que exista tal cantidad de campañas de movimientos significativos de ciudadanos, ya que lo único que está quedando en evidencia es el ejercicio de una facultad legal que permite que los aspirantes a cargos de elección popular uninominal o de cuerpos colegiados que no cuentan o no desean el aval de un movimiento o partido político establecido y con personería jurídica, o prefieran crear su propio grupo político, puedan hacerlo, acudiendo para ello a recoger respaldos entre quienes están habilitados para votar.

Sin embargo, hay al menos otra consideración que se expondrá más adelante.

Por tanto, las autoridades ya encendieron las alarmas y anunciaron “una lupa especial” en seis departamentos (Bolívar, Valle del Cauca, Magdalena, Quindío, Casanare y Meta) en donde “están gastando millones de pesos en recolección de firmas violando todas las normas”, según lo expresó hace dos meses el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo.

4. Feria de avales

 

En entrevista con EL NUEVO SIGLO, Elisabeth Ungar, directora de Transparencia por Colombia, observó que los partidos políticos estaban afanados por ganar estas elecciones al costo que fuera, lo cual se explica por algunas de las cosas que ya se han mencionado en este artículo.

Sin embargo, la consecuencia de ese nerviosismo es el retroceso en diez años, anotó Ungar, en algunas prácticas.

Una de esas prácticas es la denominada feria de avales, con la consecuente proliferación de candidatos, que para esta ocasión han de superar los 100.000.

Mientras algunos analistas concuerdan con Ungar en que se trata de una debilidad, anotando que este masivo registro de nombres es un factor que entorpece el proceso electoral, pues complica la decisión para el votante, para otros no tal retorno a aspectos en alguna medida superados sino que, por el contrario, hoy se ha visto una depuración.

"Los partidos han hecho de los avales una feria. Por esa razón, la gente a la que le niegan un aval su única opción es retirarse del partido e irse por listas de grupos significativos de ciudadanos. En algún momento, el legislador tiene que reglamentar mejor el aval, porque lo están vendiendo, lo están feriando", opinó el exmagistrado del Consejo Nacional Electoral (CNE) Guillermo Mejía.

 

5. Coavales

 

Algunos de los aspirantes que están recogiendo firmas han obtenido además el aval de alguna organización política con personería jurídica.

Una primera inquietud es si eso implicaba doble militancia, lo que ha sido desvirtuado por varios expertos en derecho electoral. Uno de ellos, el abogado Francisco Cuello, sostuvo que “existen ciertas condiciones que establece la Ley, como cuando un candidato es elegido por un determinado partido o movimiento político, lo cual le impide cambiar de partido mientras ostente su investidura. Y si lo quiere hacer, deberá renunciar a su cargo con 12 meses de anticipación antes de inscribirse por otra colectividad”.

El senador Roy Barreras, copresidente de La U, le dijo a este Diario que los coavales son un mal invento porque terminan por diluir las responsabilidades de los partidos.

 6. Paz

 

"Las elecciones de octubre son cruciales para la historia de este país porque los elegidos serán los socios fundamentales del posconflicto", aseguró la semana pasada el ministro Cristo.

El alto funcionario reiteró que "el Gobierno trabajará de la mano con todos los mandatarios electos independiente de su filiación política" e hizo un llamado a los colombianos para que "entiendan el valor de su voto y la incidencia del mismo para el país".

Que eso lo haya dicho el vocero del Gobierno no es de extrañar, pero que diga algo semejante el líder del uribismo pone de presente la importancia del tema. El senador Álvaro Uribe, del Centro Democrático, afirmó el jueves que “nuestros candidatos serán respetuosos de lo que otros partidos o personas piensen en materia de paz. Aquellos que hemos apoyado en otras ciudades de Colombia les hemos dicho, cuando están originadas sus candidaturas en otros partidos, les hemos dicho: mire, nosotros tenemos unas ideas sobre la paz, tenemos discrepancias, pero lo que pedimos de ustedes es que nos respeten esas ideas y nosotros respetamos las de ustedes”.

 

 7. “Independientes”

 

 No pocas veces al hacer referencia a alguno de los candidatos por firmas, dado que no tienen como principal aval el de una colectividad política, se les califica de “independientes”, pero frecuentemente se trata de un error porque el dirigente dista mucho de serlo.

No se puede negar que una buena parte de los aspirantes por la vía de las firmas no son necesariamente independientes o constituyen alternativas políticas, sino que en realidad se trata de personas que por alguna circunstancia no encontraron cupo en los partidos tradicionales, les negaron el aval o perdieron en consultas internas y frente a ello, antes que someterse a la disciplina interna de sus colectividades, prefieren armar toldo aparte.