Tras la aplicación de nuevas medidas económicas, se ha evidenciado la integración de actividades ilegales de la economía en el cálculo del producto interno bruto colombiano.
Así lo concluyó la subteniente Luddy Marcela Roa, oficial del Grupo Investigativo de Extinción de Dominio y Lavado de Activos de la Dirección de Investigación Criminal e Interpol, en su trabajo de grado titulado “El lavado de activos en la economía formal colombiana: aproximaciones sobre el impacto en el PIB departamental”.
“Se evidenció la contribución del Valle del Cauca, Antioquia, Cundinamarca, Amazonas y San Andrés, sectores que tradicionalmente han estado marcados por la violencia”, señala Roa, quien destaca que Amazonas y San Andrés realizan un aporte pequeño al PIB nacional, pero al comparar las cifras con el lavado de activos, ese porcentaje es elevado.
De acuerdo con un reporte de la Agencia de Noticias de la Universidad Nacional, para el desarrollo de su trabajo, la investigadora se apoyó en cifras tomadas del DANE y de la Policía Nacional, específicamente en lo que respecta a bienes presentados para extinción de dominio, que han sido embargados a organizaciones criminales, o incautaciones de dinero de moneda nacional y extranjera. Estos fueron considerados elementos demostrativos de la inversión que hacen las organizaciones criminales en el lavado de activos y de la forma como contaminan las economías en los departamentos.
La subteniente indicó que Antioquia es una región con bastante participación en el PIB, además es una economía dinámica marcada por la presencia de carteles de la droga y organizaciones criminales.
“Muchos factores delictivos y de informalidad hacen que la economía sea importante y que se vuelva formal”, explicó.
Andrés Julián Rendón, profesor del Departamento de Economía de la Escuela de Economía y Finanzas (EAFIT), señaló: “Cuando la delincuencia funge como instrumento para el crimen, lo que hay detrás es una racionalidad parecida a la que se aplica en cualquier otra actividad económica. Es decir, los individuos que actúan ilegalmente buscan magnificar beneficios y costos”.
La conocida “economía del crimen” ha sido estudiada por distintos expertos para revisar ciertos fenómenos propios de la sociedad colombiana y las causas objetivas de la violencia, por condiciones propias de pobreza y marginalidad.
“Esta es una de las razones por las cuales se ha investigado el comportamiento criminal cuando se usa como medio para capturar rentas”, amplía Rendón.
Precisamente, el profesor indicó que de ahí parte la variación que ha tenido la riqueza en Colombia, pues el narcotráfico transformó la sociedad no solo en sus valores y su forma de ver la vida, sino que se convirtió en un factor perverso de movilidad social.
A propósito del narcotráfico, el libro Las Nuevas dimensiones del narcotráfico en Colombia revela cómo el comercio ilegal y los distintos grupos dedicados al tráfico de drogas han contribuido a la construcción de una nación con un campo subdesarrollado, una industria bastante atrasada y una infraestructura pobre, porque los recursos que llegaron no tuvieron cabida en la economía moderna sino en el mundo rural y la informalidad.
De allí que el autor de este texto Ricardo Rocha señalara que durante más de 30 años de narcotráfico y pese a las capturas, se evidencia una carrera criminal que se profesionaliza porque está inmersa en distintos sectores de la sociedad.
Los expertos invitados al programa invitaron a prestar mayor atención a los temas de prevención del riesgo de lavado de activos y a blindar las empresas, para que esta actividad no se expanda.