La descolorida Colombia | El Nuevo Siglo
Viernes, 7 de Marzo de 2014

Por: Pablo Uribe Ruan

 

Lo que mostró Colombia en el amistoso contra Túnez fue más negativo que positivo, y terminó evidenciando que el equipo tiene un  déficit tanto en la  creación de juego colectivo como en  su parte defensiva.

En el partido cada línea tuvo sus defectos, sin embargo, la defensa fue la que más falló. El mal papel que jugó la línea defensiva se traduce en tres cosas: falencias en  el juego aéreo, deficiencia en la marca en pelota quieta y falta de escalonamiento cuando el rival ataca.

Túnez ganó casi todo por arriba, pero no sólo eso, el gol de ellos vino de un centro que terminó con una salida errada de Ospina. Y si bien Yepes y Amaranto están mal, sobre todo Mario Alberto que está lento, el mal funcionamiento de la defensa provino no sólo de los zagueros, sino a mi manera de ver, de un planteamiento táctico equivocado; ya que Valencia era el único volante que le hacía los doblajes a los laterales, dejándole al rival un espacio libre por las bandas para centrar o para patear cuando el recuperador se replegaba hacia un lado.

También es evidente, por más que nos moleste, que la Selección no tuvo una idea clara de juego. Pocas veces la ha tenido.  Por lo general la Selección en cada partido varía su funcionamiento como equipo, hay veces hay juego en conjunto, hay veces no (como el miércoles). Pero en la mayoría de los casos los partidos los resuelven las individualidades que terminan supliendo la incapacidad del equipo para generar fútbol colectivo.

Parece que a Brasil vamos a llegar así, con mucha calidad a nivel individual, pero sin capacidad para crear juego. Apelar a las individualidades no está mal, siempre y cuando haya algo de juego en conjunto, pues en ausencia de alguna de ellas, qué vamos a hacer en el Mundial.