La delgada línea entre el bulling y la extorsión | El Nuevo Siglo
Lunes, 22 de Septiembre de 2014

El dialogo y la confianza entre padres e hijos, docentes y estudiantes, deben ser los principios fundamentales para evitar casos como el ocurrido en Guamal (Meta). Un caso de Bulling, burla y presión a una compañera de colegio, se convirtió en extorsión.

Una niña de 12 años, recibía permanentes ataques verbales de varias alumnas del mismo colegio. Todo comenzó con apodos, luego pasó a amenazas y terminó en una exigencia económica de 200 mil pesos, que la menor sorteó hurtando el dinero a uno de sus familiares, propietario de una panadería. Esto con el supuesto fin de que la insurgencia no atentara en contra de su familia.

Las adolescentes extorsionistas, al enterarse que la víctima había extraido el dinero a escondidas, aumentaron las intimidaciones y empezaron a pedir 50 mil pesos diarios, a través de cartas en las que se hacían pasar como integrantes de un grupo al margen de la ley, afirmando que si no quería que su familia se enterara que es una ladrona debía cancelar dicha cantidad.

La niña permaneció en silencio hasta que su tía encontró uno de los mensajes, y la llevó ante el Gaula  para que fueran identificados  los autores de las amenazas. Los investigadores con apoyo de unidades de Infancia y Adolescencia, iniciaron un proceso de acercamiento entre los padres y la menor, hasta que ella confesó el verdadero origen del chantaje.

Con esa información, se coordinó una cita a la que acudió una de las adolescentes en representación de las demás, las cuales en dos meses alcanzaron a recibir 2.500.000 pesos. En esta oportunidad intervinieron los investigadores del Gaula y aprehendieron a la menor de 12 años, en la misma panadería de la cual la menor había hurtado el dinero a su tío, ubicada en el sector céntrico de Guamal (Meta). En el operativo, la joven victimaria fue sorprendida en el momento que recibía por parte de la víctima la suma de 600 mil pesos, una prueba irrefutable de que estas menores convirtieron sus juegos y chanzas en extorsión. La infractora quedó a disposición de la comisaría de familia en Guamal (Meta).