LA BARCA DE CALDERÓN | El Nuevo Siglo
Jueves, 21 de Febrero de 2013

Una Barca en la mesa. La Barca del lunes último, en la que el exministro Álvaro Leyva abogó por un pacto bilateral entre Gobierno y Farc que permita un avance de las conversaciones de paz sin que tengan como telón de fondo más muertes de soldados y policías, fue a parar a la mesa de La Habana el mismo día en el que se iniciaba la quinta ronda de negociaciones.

Iván Márquez y De La Calle. Obviamente, la propuesta fue acogida por los comisionados de la insurgencia, encabezados por alias ‘Iván Márquez’, en tanto que la delegación gubernamental, presidida por el exvicepresidente Humberto de La Calle, mantuvo la línea de conducta que en materia de cese el fuego ha observado el presidente Santos: No a la tregua bilateral. 

Nuevas reacciones. Al correo electrónico de La Barca continuaron llegando pronunciamientos en favor y en contra de la iniciativa de Leyva, quien la amplió el miércoles, en declaraciones al diario El Espectador.

José Félix Lafaurie Rivera. Este dirigente ganadero,reconocido  miembro del sanedrín del expresidente Uribe, sintetizó su postura en veinte palabras: “El mismo cuento de siempre. Ya no es creíble. Leyva no se ha actualizado. Se reedita cada vez que hay algo”.

Un exmagistrado. Óscar Jiménez Leal asumió una posición distinta: William, para mí el doctor Leyva tiene un extraordinario know how en materia de consecución de la anhelada paz que el país ha venido desperdiciando, pues nadie como él conoce el Estado colombiano y a la subversión  por dentro y le ha prestado grandes servicios a la nación.

Desde el Eje. El escritor y periodista Jaime Lopera Gutiérrez consignó así su concepto: Una propuesta insólita al doctor Leyva sería negociar con las Farc la posibilidad de hacer un enorme acuerdo en torno de la erradicación conjunta de los cultivos de coca y la entrega de los callejones de salida de la droga hacia Centroamérica, entre otras cosas. Es decir, hacer un acuerdo con grandeza, como la firma de la paz de los mil días en el Winsconsin, los grandes convenios de Nelson Mandela con la minoría blanca de Sudáfrica o, cuando menos, algo parecido a la paz política que (guardadas proporciones) generó el Frente Nacional. Inaudito, claro: la contraprestación por ese acuerdo sería muy alta y supongo que las grandes potencias no verían con buenos ojos que el negocio terminara, como, en su momento, la tímida resistencia de Inglaterra con los cultivos de opio en el Asia. Pero incorporar a ocho o diez mil  guerrilleros bajo este gran sombrero mexicano es algo que se puede debatir. Saludos, Jaime Lopera.

Mensajero regañado. “Barquero Calderón: No hay derecho a que usted le dé cabida en su columna a la crítica tan descomedida que le lanza el señor Eduardo Mackenzie por el simple motivo de haberle sacado en su entrevista al exministro Álvaro Leyva la primicia sobre la propuesta de la tregua bilateral. Este señor pretendió apalear al mensajero, en vez de cascarle al remitente. (Aureliano Gallo. Bogotá)”.