El anticristo en Cartagena. Como consecuencia del apoteósico evento de presentación en Cartagena de la novela “La Misa ha terminado”, del prolífico escritor Gustavo Álvarez Gardeazábal , autor de “Cóndores no entierran todos los días”, y paralelo al Hay Festival, del que fue excluido el irreverente tulueño, quien lo opacó con un tsunami de alegría y color, acompañado de bocanadas demoniacas de fuego, con un desfile de tambores y heraldos en zancos, una banda papayera marcando el paso, saltimbanquis rompiendo el paso, rompiendo el ritmo, y Gardeazabal desfilando desde el hotel Santa Teresa hasta el restaurante Portón de San Sebastián, haciendo el delirante paseíllo abrumador que concitó toda la atención de nacionales y extranjeros , según lo relataron al Barquero los agudos periodistas Yolián Fernando Chaves y Mauricio Ríos.
La convocatoria. La Barca de Calderón quiere reconocer el éxito de la convocatoria del "voltaire tulueño", que desfiló al lado de la prestigiosa contralora Sandra Morelli y Raimundo Vélez, asesor del registrador Carlos Ariel Sánchez, y su distinguida esposa Marlene Rojas; la ministra Cecilia Álvarez Correa; la directora del SENA, Gina Parody; el ex Auditor General Iván Darío Gómez Lee y señora; el empresario Mauricio Botero Restrepo, el expresidente de Confecámaras Eugenio Marulanda, el gobernador del Valle Ubeimar Delgado, el presidente de Carvajal Bernardo Quintero y el expresidente del Consejo Superior de la Judicatura Rubén Darío Henao y su señora. También estuvieron el exgobernador del Valle Humberto Alzate, el abogado Harvey Rincón y señora, el dirigente valluno Juan Fernando Reyes, las distinguidas azucareras Elsa Doronsoro y Ana Lucía Paz, la mujer cartagenera representada en doña Carmelita Villadiego y la heredera del imperio bancario Grullon.
El iconoclasta. Como buen iconoclasta, Gardeazabal ha sido un crítico feroz de la sociedad colombiana desde todos sus ángulos, pero debo dejar constancia de que en esta ocasión a Gardeazabal se le fue la mano. No obstante la importancia de la obra y el contenido de la misma, Gardeazabal trató de manera infame al estamento sagrado de la Iglesia Católica. No dejo de reconocer mi desazón por haber leído esta novela que narra la historia de dos sacerdotes, Martín Ramírez y Rogelio Briceño, y de dos obispos, el colombiano Casimiro Rangel y el jesuita Antonio Viazzo, quienes llegan a ser cardenales con posiciones opuestas.
La santa ira. En señal de protesta por la forma como El Barquero ha tratado en la Barca a Gardeazabal, una distinguida dama se retiró del evento por considerar que Calderón ha vilipendiado a Gardeazabal con sus escritos. Tan pronto lo vio llegar, salió como volador sin palo...
Récord en ventas. La novela logró el récord máximo de ventas al ser no solamente escogida por El Tiempo como el libro más vendido en Colombia, sino al tener que ordenar una nueva edición de 5.000 ejemplares cuando solo han transcurrido 12 días de ser puesta en librerías.