Difícil misión le ha correspondido al exsecretario general de la ONU, Kofi Annan, como es la de disuadir al gobernante sirio de su política represiva contra la población. Llegó a Damasco el lunes y ayer se reunió en el palacio presidencial con el presidente Bashar Al Assad, para conversar sobre la tragedia en el país árabe, por los violentos ataques de las fuerzas armadas sirias. La reciente matanza del viernes en la población de Hula, que dejó más de cien muertos, de estos 38 niños, horrorizó a Annan. El viceministro sirio recalcó que el régimen ha respetado el alto el fuego, vigente desde el 12 de abril. Afirmación que las masacres desvirtúan. Bombardeo posterior del Ejército sirio provocó la muerte de 41 personas, ocho niños entre las víctimas.
La Liga Árabe y la ONU designaron como su enviado especial a Annan, en el propósito de salvar el plan de paz que estipula un alto el fuego, retirada de tropas de las ciudades, liberación de presos políticos, entrada de ayuda humanitaria y empezar un diálogo entre autoridades y oposición. En su encuentro con Al Assad, lo instó a adoptar pasos efectivos para demostrar que es seria su intención de resolver la crisis siria de manera pacífica.