Concluidas las elecciones y la de mayor expectativa, la segunda vuelta presidencial, se ha destacado la impecable labor de la Registraduría, en cabeza de su titular. Sin embargo, amerita el reconocimiento nacional el trabajo de los jurados de votación. Casi seiscientos mil distribuidos en 89 mil mesas en todo el país fueron protagonistas en las jornadas electorales.
Un cometido de enorme responsabilidad, la atención al elector en el momento de sufragar. Verificar la identificación del ciudadano, autorizar la introducción del voto en la urna. También el conteo de los votos. Además son garantía de la transparencia del proceso electoral desde el comienzo hasta el final del escrutinio de mesa.
El desempeño de los jurados de votación, óptimo, y amerita el reconocimiento de todos los colombianos. Fueron igualmente vigilantes. El éxito en todas las jornadas electivas también se les debe a estos excelentes servidores, determinantes del limpio proceso electoral realizado en el país. Estos ciudadanos son designados mediante un sorteo aleatorio que se hace dos meses antes del día de la elección. La Registraduría Nacional del Estado Civil realiza el sorteo para designar las personas que prestarán el servicio como jurados dentro de los tiempos establecidos en el calendario electoral.