Un referente de Barranquilla es la Cerveza Águila. Allí nació esta marca, ligada a las familias más prominentes de la capital del Atlántico. Uno de sus ‘padres’, el millonario Ernesto Cortissoz. Posteriormente pasó a los Santo Domingo. .
En la Arenosa, Águila pronto se impuso sobre la competencia, la Toro Negro, la absorbió. En 1917 se fundieron en una sola que llamaron Cervecería Barranquilla y Bolívar, de los Cortissoz.
El crecimiento de Cerveza Águila se dio en otras manos. Vendida en 1933 a don Mario Santo Domingo, la tornó de consumo masivo. En 1937 se construyó el Jardín Águila, centro de fiestas al estilo cubano.
La llegada de la cerveza Germania, de Bavaria, implicó fuerte competencia. Don Mario, muy hábil para los negocios, ofreció su empresa para embotellar los productos de la competencia. En 1968 Águila se fusionó con Bavaria, don Mario se volvió accionista, con el 10 por ciento, de la más poderosa compañía cervecera del país. Veinte años después, bajo el control de don Julio Mario Santo Domingo, hijo de don Mario, se pasó del 10 por ciento al 75%. En 2005 fue vendida a SabMiller y continúa Águila su éxito como la segunda cerveza más consumida en el país.