Tres hechos se sucedieron ayer con igual número de protagonistas que buscaban acogerse a los beneficios de la Justicia Especial para la Paz, JEP.
De una parte, se le negó la inclusión al hacker Andrés Fernando Sepúlveda porque no integró la guerrilla, ni ningún otro grupo armado.
De acuerdo con lo señalado, lo que hizo fue abrir una oficina donde utilizó información inteligencia para venderla al mejor postor. La solicitud de inclusión a la Justicia Especial para la Paz la hizo su abogado y argumentó que sus conductas fueron en el marco del conflicto y por tanto su condena a 10 años podría ser objeto de amnistía y así acudir a la libertad condicional.
La solicitud fue enviada al juez tercero de ejecución de penas en Ibagué que este viernes la rechazó tras considerar que la pretensión del hacker y su defensa estaba alejada de los requisitos mínimos para acceder a los beneficios de la Justicia Transicional.
De otro lado, el juzgado 29 de ejecución de penas negó la libertad condicionada que había solicitado el exministro Diego Palacio para acogerse a la Jurisdicción Especial para la Paz, JEP, la decisión se tomó el pasado 12 de mayo y dice textualmente “negar la libertad transitoria condicionada y anticipada”.
El juzgado al parecer consideró que los hechos que rodearon la condena del ex ministro por la yidispolitica no tendrían relación el conflicto armado.
Palacio fue condenado por el delito de cohecho por la compra de votos para la reelección del ex presidente Álvaro Uribe y a principios de este año había enviado su solicitud para ser acogido a la JEP.
Finalmente, Marilú Ramírez, alias Lulú, la guerrillera de las Farc que fue condenada a 27 años de prisión por infiltrarse en la Escuela Superior de Guerra en el 2006 y activar un carro bomba, envió su solicitud y el acta de compromiso a la secretaria de la Jurisdicción Especial para la Paz, JEP, para quedar en libertad y someterse a la Jurisdicción Especial para contar la verdad.
Siendo parte de la Red Urbana Antonio Nariño de las Farc, tomó el curso Integral de Defensa Nacional con el único fin de infiltrarse, no se perdió ninguna clase, ni ceremonia militar, incluso se hizo amiga de los uniformados de la Escuela y altos mandos militares.
La guerrillera se movía por todas las instalaciones militares, visitó la base aérea de Apiay en el Meta y la base militar de Tres Esquinas en el Caquetá. Hasta que fue capturada en el 2007 en el barrio Kennedy de Bogotá, la prueba reina en su contra fue el computador de Carlos Antonio Lozada.
La orden para su libertad está en manos de un juez de ejecución de penas y se conocería en los próximos días.