La selección japonesa de fútbol empató sin goles ante una Grecia que jugó con 10 futbolistas durante toda la segunda mitad, este jueves en Natal, y ambas escuadras se complican su pase a unos octavos de final del Mundial donde sí estará Colombia, clasificada tras este resultado.
Los hombres del argentino José Pekerman lideran el Grupo C con seis puntos, seguidos de Costa de Marfil con tres. Nipones y helenos cierran la llave con un punto en dos encuentros.
Japón y Grecia se enfrentaban en esta segunda jornada a un encuentro crucial en la competición. Las urgencias llamaban a la puerta de ambas escuadras tras caer el primer día ante africanos (2-1) y sudamericanos (3-0), respectivamente.
Las derrotas provocaron la misma situación en ambas selecciones: dudas, críticas y la necesidad de empezar a sumar con la esperanza de seguir vivos en el torneo.
El técnico italiano de Japón, Alberto Zaccheroni, consideró que, para ello, debía sentar en el banco a su estrella del Manchester United, Shinji Kagawa, mientras que su homólogo en Grecia, el portugués Fernando Santos, volvió a apostar por Konstantinos Mitroglou en la punta de ataque.
Los asiáticos arrancaron el choque con mayor determinación, con la idea clara de atacar desde el primer minuto, sin complejos. Sus rivales esperaban rezagados para aprovechar lo que mejor saben hacer: castigar los errores de sus contrincantes, salir al contragolpe y no errar sus ocasiones frente al arco.
Así, el capitán Makoto Hasebe probó suerte a los dos minutos con un disparo sin demasiado peligro y su compañero, Yuya Osaka, hizo lo propio poco después con otro remate, que detuvo el arquero heleno Orestis Karnezis (19).
Osako maldijo su escasa fortuna a continuación cuando un tiro suyo dibujó una espectacular parábola que se marchó rozando el larguero griego (20).
Japón imponía sus señas de identidad, amasando el balón, combinando sin prisas, buscando profundidad en espacios cerrados, pero le faltaba pegada, su carencia endémica en los últimos tiempos.
Como no estaba Kagawa fue Keisuke Honda, el otro talento internacional de los nipones, el que levantó de sus asientos a los espectadores con un gran lanzamiento de falta que sacó Karnezis con dificultades (28).
Al borde del descanso, uno de los mitos griegos, Konstantinos Katsouranis, uno de los héroes que levantó la Eurocopa de 2004 y hoy está a punto de cumplir 35 años, fue expulsado por doble amonestación y Giorgios Karagounis, de 37, otro de los futbolistas presentes en el Olimpo del balompié griego, entró en el terreno de juego para recomponer la resquebrajada formación de los suyos.
Sólo un buen remate de Vasilos Torosidis (39) inquietó al portero Eiji Kawashima en los primeros 45 minutos.
El árbitro salvadoreño Joel Aguilar señaló el inicio de la segunda mitad y Georgios Samaras intentó marcar el gol del Mundial con un disparo sorprendente desde el centro del campo al ver adelantado a Kawashima. El balón se fue por encima del travesaño pero el mensaje ya estaba lanzado: "seguimos vivos y vamos a por el partido", parecían espetar los griegos.
Kagawa no tardó en entrar por Osako (57) y Kawashima tuvo que esforzarse al máximo de nuevo en una suerte donde Grecia imparte cátedra: el balón parado. Gekas cabeceó un centro lateral y el meta se estiró hasta Japón para despejar con las yemas de los dedos un remate nacido para romper las mallas.
Grecia estaba con un jugador menos pero no se notaba. Sufría poco y llegaba con peligro.
Yoshito Okubo tuvo el gol con un remate con la izquierda cuando el arquero ya estaba vencido pero el balón voló a las nubes (68). El carrilero diestro Atsuto Uchida quiso solidarizarse con su compañero y falló de nuevo un tiro a boca de jarro y con todo a favor (71).
Pegada y Japón, dos términos antónimos en esta Copa del Mundo.
Grecia pudo incluso ganar al final (80) pero el último testarazo de Samaras se marchó desviado.