Italia estrenó este lunes un gobierno dispuesto a impulsar el crecimiento económico en un momento en que la política de austeridad defendida por Alemania es más criticada que nunca por los países más gravemente afectados por la recesión.
El nuevo primer ministro italiano, Enrico Letta, advirtió de que una de sus prioridades será luchar contra la austeridad impuesta por la Unión Europea (UE) y fomentar el crecimiento económico, sobre todo para combatir el desempleo, que roza el 12%.
"Será un gobierno europeo y europeísta", prometió Letta, cuyo primer viaje al exterior será el martes a la sede de UE, a la que instó a transformarse en "motor de crecimiento duradero" para los países del viejo continente.
El nuevo jefe de gobierno italiano recibió el domingo el apoyo del presidente francés, François Hollande, quien considera que Francia e Italia deben "unir esfuerzos" porque "Europa tiene que movilizarse más que nunca para retomar el crecimiento".
En la mira de ambos, la política alemana en un momento en que los indicadores confirman desde hace meses que los países del sur de la Eurozona no van a volver a recuperar enseguida el crecimiento a pesar de las medidas de austeridad a las que se encuentran sometidos desde hace tiempo, como esperaba Berlín.
Hollande ha visto estos días cómo varios miembros de su partido, el socialista, se rebelaban contra la política de austeridad preconizada por Alemania.
El presidente de la Asamblea Nacional, Claude Bartolone, ha llamado a la "confrontación" con la canciller alemana, Angela Merkel. El gobierno se apresuró a tranquilizar a Berlín, aunque sin renunciar a sus diferencias.
"Debate sí, lucha no", sintetizaba el ministro de Relaciones Exteriores francés, Laurent Fabius.
Aunque Berlín fingía que ignoraba esas críticas, está indudablemente en el centro de los llamamientos a una mayor flexibilidad presupuestaria, tanto por parte de Estados Unidos como del FMI, de la Comisión Europea y de los países sumidos en la recesión y obligados a fuertes recortes económicos.
Alemania se niega a ser el chivo expiatorio: "Sé que Alemania recibe criticas en otros países europeos"; "se están oyendo voces muy críticas, pero los que hablan verdaderamente en nombre de nuestros países, hablan de forma inequívoca", declaró este lunes el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble.
También en Francia "hay quienes están a favor de nuestra labor", defendió, interrogado por las recientes críticas de los socialistas franceses, en una conferencia de prensa en Granada (sur de España) junto a su par español, Luis de Guindos.
"En Alemania tuvimos un déficit muy alto, que hemos superado con éxito. Sabemos que se lo debemos a la estabilidad de la zona euro" y "no creemos que fuera un consejo adecuado pedir a otros que resuelvan nuestros problemas", señaló, en referencia a los países más afectados por la crisis y la defensa alemana de los recortes frente a las políticas de fomento del empleo que reclaman esos países.
España, sumida en la recesión y con un desempleo récord del 27%, admitió el viernes que necesita dos años más para reducir su déficit y que su PIB no va a recuperarse tan rápido como esperaba.
Por su parte, el primer ministro irlandés, Enda Kenny, se unió este lunes a los países que desde hace meses reclaman políticas de estímulo del crecimiento durante una visita a su par portugués en Lisboa.
"Creemos que Europa puede hacer más en favor del crecimiento y del empleo", declaró, recordando los recortes económicos puestos en marcha tanto en Irlanda como en Portugal.
Según la prensa alemana, los ataques a Merkel se explican por las elecciones legislativas previstas dentro de cinco meses en su país.
Los alemanes "no votarán sólo sobre la composición del próximo parlamento, sino también sobre la suerte de muchos otros países. Por eso Europa quiere meterse en la campaña electoral alemana", según el Süddeutsche Zeitung.
Merkel será atacada por "negar el dinero" a los países en crisis, pero estos ataques la "ayudarán", ya que "la gran mayoría de los alemanas son escépticos frente a los planes de ayuda" a los países en crisis y "apoyan la política de la canciller", recuerda ese diario.