Paralizada por los recortes y las curas de austeridad y con una coyuntura mundial más que sombría, el PIB de la economía italiana se contrajo en el tercer trimestre 0,2% y ya no quedan dudas sobre la recesión que se avecina.
Por primera vez desde finales del 2009 y después de haber crecido de un 0,3% en el segundo trimestre, la tercera economía de la eurozona, afectada por la crisis de la deuda, registró una caída del 0,2% en el tercer trimestre de su Producto Interior Bruto (PIB), según el Instituto de Estadística italiano (ISTAT).
A nivel anual, el PIB registró un crecimiento del 0,2%.
La baja actividad económica se reveló mayor de lo calculado por los economistas que estimaban una disminución del 0,1%, según los datos de Dow Jones Newswires.
En base a las últimas estadísticas -baja de la producción industrial y de los pedidos industriales de octubre- un periodo de recesión, que se caracteriza por una contracción del PIB durante al menos dos trimestres consecutivos, no deja dudas en Italia.
La entrada en recesión es admitida inclusive por las autoridades del nuevo gobierno liderado por el tecnócrata Mario Monti.
"Estamos en recesión", declaró ayer el ministro de Desarrollo Económico, Corrado Passera.
Para los economistas no quedan dudas: "No hay duda alguna", admitió Giuliano Noci, profesor de la Universidad Politécnica de Milán.
Tras una ligero aumento del PIB de un 0,6% para el año, Roma apunta a una contracción de 0,4% en 2012 con un crecimiento débil del 0,3% en 2013.
La federación de industriales, Confindustria, pronostica una recesión mayor (-1,6% en 2012).
Todo parece indicar que no serán suficientes los planes de austeridad que se aplican desde el año pasado para calmar el acoso de los mercados por la colosal deuda pública (120% del PIB).
Esta semana, el Senado deberá ratificar un nuevo plan, que contempla recortes por 20.000 millones de euros hasta 2014 y que contiene impopulares medidas como la reforma del sistema de jubilaciones y la creación de nuevos impuestos.
Dos planes, por un monto de 60.000 millones, fueron adoptados a mediados del año por el gobierno anterior, que esperaba así frenar los ataques de los mercados.
"Tienen un efecto recesivo", sostiene Fabio Pammolli, director del centro de estudios Cerm, quien considera que el aumento de impuestos "afecta el consumo y se demuestra a los inversores que el Estado no logra reducir su peso", comentó.
Según los datos divulgados por ISTAT, el consumo disminuyó del 0,3% en el tercer trimestre y las inversiones del 0,8%.
Noci considera un "error" haber prometido a la Unión Europea que Italia logrará en el 2013 el equilibrio fiscal.
"Se podía aceptar un déficit contenido para descongelar recursos para el crecimiento", aseguró.
Para el economista Monti, Italia no tenía salida y corría el riesgo de terminar como Grecia, es decir en bancarrota.
Además de la austeridad, Italia, que tiene una economía muy industrializada y de tipo exportadora, sufre los efectos de la crisis del euro: sus exportaciones disminuyeron del 1,6% en el tercer trimestre y las importaciones del 1,1%.
Frente a ello prometió reducciones fiscales para las empresas que contraten nuevo personal de manera de estimular el crecimiento.
Pero los planes no parecen convencer a los sindicatos, que temen una reforma del mercado laboral que arrase con el modelo social alcanzado en un siglo de luchas, mientras los gremios rechazan las liberalizaciones./AFP