Los egipcios aprobaron por estrecha mayoría un polémico proyecto de Constitución defendido por el presidente Mohamed Mursi en la primera parte del referéndum, afirmaron este domingo los islamistas y un grupo de la oposición citando resultados oficiosos.
Casi la mitad de los votantes, o sea 26 millones de personas, estaban llamados a las urnas el sábado, en medio de una grave crisis política que divide al país. El resto votará el 22 de diciembre.
El domingo por la mañana, el Partido de la Libertad y la Justicia (PLJ), rama política de los Hermanos Musulmanes, de donde procede Mursi, aseguraba en su página web que el 56,5% de los electores había votado en favor del proyecto de Constitución.
La principal coalición opositora, el Frente de Salvación Nacional (FSN), que reúne a movimientos de izquierda y liberales, replicó en un comunicado que "no reconocería ningún resultado no oficial". La víspera había acusado a los Hermanos Musulmanes de intento de fraude.
Pero uno de los principales integrantes de la coalición, el movimiento de la Corriente Popular, señaló el domingo por la mañana en su página oficial de Facebook que alrededor del 56% de los electores había aprobado el texto.
Según los resultados preliminares, El Cairo votó "no" en casi un 57% mientras que Alejandría, la segunda ciudad del país, aprobó el texto.
La Comisión Electoral se negó a comentar estas informaciones y no dio cifras sobre la participación.
Las cifras "no serán aprobadas por la comisión electoral hasta que termine la segunda vuelta para no provocar confusión, para preservar el país y en espera de los recursos", declaró a la AFP un miembro de la comisión, Mohamed el Tanbuli.
Los resultados oficiosos de la primera vuelta se basan en los recuentos suministrados por los responsables de los colegios electorales y están lejos de la abrumadora victoria esperada por los islamistas para acallar a una oposición ofensiva.
Además para muchos egipcios el referéndum se transformó en un voto a favor o en contra del presidente Mursi y de los Hermanos Musulmanes
"El analfabetismo sigue siendo un obstáculo"
La tensión entre los partidarios y los detractores de Mursi desembocó al comienzo de diciembre en enfrentamientos en las inmediaciones del palacio presidencial en El Cairo, con un saldo de ocho muertos y cientos de heridos.
En Alejandría, los enfrentamientos entre partidarios y opositores al proyecto de Carta Magna causaron 15 heridos el viernes, y el sábado por la noche la policía repelió un ataque a la sede del partido liberal Al Wafd en la capital.
"Primer día del referéndum, división del país, irregularidades flagrantes, baja participación, desencanto creciente respecto a los islamistas. El analfabetismo sigue siendo un obstáculo", resumió este domingo en su cuenta Twitter el líder del FSN, Mohamed ElBaradei.
El país está profundamente dividido desde que el 22 de noviembre Mursi se arrogó por decreto una serie de poderes excepcionales que protegían sus decisiones y a la comisión encargada de elaborar la Constitución de cualquier recurso judicial.
Frente a las masivas manifestaciones de la oposición que denunciaba una deriva autoritaria, el presidente retiró su decreto pero mantuvo el referéndum sobre el texto que la comisión constituyente acababa de adoptar a toda prisa.
La oposición de los jueces, algunos de los cuales se han negado a supervisar el referéndum, obligó a las autoridades a realizar el voto en dos veces.
La oposición considera que el texto favorece la interpretación rigorista del islam y ofrece pocas garantías para determinadas libertades.
Para los partidarios del "sí", la adopción del texto dotaría al país de un marco institucional estable después de la convulsa transición registrada tras la caída de Hosni Mubarak en febrero de 2011.
"Si gana el 'no', la presidencia de Mursi quedará completamente desacreditada y la presión para que dimita irá en aumento. Si gana el 'sí', es probable que no se detenga el movimiento de protesta, (y) podría radicalizarse", estima Isandr El Amrani, en un análisis para el European Council on Foreign Relations.
Para el experto independiente Hisham Kasem, la adopción de la Constitución podría llevar al país a "la desobediencia civil". Además los islamistas deberán arreglárselas para mantener la economía "en una situación política inestable".