La rusa Yelena Isinbayeva, que no pudo lograr su tercer título olímpico en salto con pértiga y se tuvo que conformar con el bronce, es una diva intermitente, la 'Calas' del atletismo femenino, capaz de saltar alto pero también de ofrecer noches decepcionantes.
"Mi decisión cambia cada día. Hoy les digo que lo dejo pero mañana me despierto y decido continuar. Pensé en dejar mi carrera después del oro de Londres, pero después de haber conseguido el bronce pienso que voy a seguir hasta los Juegos de Rio-2016", declaró la rusa tras su participación en los Juegos.
A principios de temporada, Isinbayeva tenía otra idea, y declaró que el término de su carrera sería después del Mundial 2013 que se celebra en Moscú.
Después de cuatro años asombrando al mundo, encadenando recitales en los que era capaz de saltar cinco metros con un máximo de 5,06 (récord del mundo), la exgimnasta de Volgogrado cayó en la mediocridad durante 2009 y 2011.
Durante estos dos años tuvo fallos inexplicables como el 'cero' que se llevó en el Mundial 2009 de Berlín, que sorprendió a sus admiradores.
Isibanyeva, de 30 años, quien comenzó una vida de diva entre Mónaco e Italia, a donde la llevó el entrenador Vitaly Petrov, afrontó un reto el año pasado para volver a ser la que era.
Regresó a su ciudad natal, a orillas del Volga, con el entrenador que la descubrió, Yevgeny Trofimov, al que Isinbayeva llama su segundo padre.
"Puedo decir que he encontrado la maravillosa sensación de volar por encima de la barra. Ahora estoy contenta con todo lo que hago y aprecio cada minuto que paso en el campo, tanto en los entrenamientos como en la competición", declaró entonces la rusa.
Unas semanas antes de Londres, la rusa no ocultó su confianza en poder lograr su tercer título olímpico (tras Atenas-2004 y Pekín-2008).
"Si puedo mantener la forma y evitar las lesiones, no habrá rival a mi altura en Londres, a excepción de yo misma", advirtió la atleta.
En la capital británica, Isinbayeva tuvo que rebajar su euforia al ver que sus adversarias estaban en una forma superior y se quedó sin ser la primera atleta tres veces campeona olímpica de la disciplina de forma consecutiva.
La nueva campeona fue Jennifer Suhr, que consiguió su título superando la barra de 4,75 metros, en su segundo intento.
La 'zarina de la pértiga' se quedó en el tercer lugar con 4,70 metros, por detrás incluso de la cubana Yarisley Silva, que consiguió 4,75 metros, la misma altura que la ganadora, pero que terminó con la plata.
Durante su espectacular carrera, Isibanyeva ha hecho progresar sus récords del mundo centímetro a centímetro, a imagen y semejanza del ucraniano Serguei Bubka, hasta batirlos en 28 ocasiones en pista cubierta y al aire libre, caminando de la mano sus pretensiones deportivas y financieras.
A pesar de la decepción de Londres y, aunque ya ha avisado de que sus opiniones son cambiantes, parece que la 'zarina' sigue teniendo hambre.