El 1 de febrero los candidatos de ambos partidos se medirán en el crucial estado. Trump es favorito en su partido y Clinton tiene una ventaja considerable en el suyo. Pero las sorpresas se pueden dar: Cruz, de un lado, y Sanders, del otro.
TANTO los aspirantes republicanos como los demócratas saben que el lunes se juegan la primera batalla de esta larga carrera por la nominación a la presidencia. A seis días del “Caucus” en Iowa, sistema para definir a los delegados que elegirán al candidato de su partido, existen favoritos, Trump y Clinton, que aunque ostentan una simpatía electoral predominante no están exentos de un posible batacazo de los segundos en las encuestas.
Donald Trump, quien lidera todos los sondeos republicanos a nivel nacional, es un convencido de la lealtad de sus electores. A pesar de sus inoportunas declaraciones, manifiesta que su discurso “Volvamos América otra vez grande” es tan convincente, que por más que sus posturas sean controversiales, no va perder el apoyo electoral.
"Tengo los más leales seguidores. Puedo pararme en el medio de la Quinta Avenida (de Nueva York) y disparar a alguien, y no perderé votos", dijo Donald Trump, cuando se dirigía a un puñado de seguidores en Iowa. Su declaración, tan fuera de la retórica común de los políticos, ha hecho eco en todas las redes sociales y en sus rivales, que lo han tildado de “loco”.
Ted Cruz, principal contradictor del millonario, ha pisado al ring los últimos días. Empuñando los guantes y frunciendo el ceño, atacó a Trump, diciendo que “representa los valores de Nueva York” (pro aborto, pro drogas, pro matrimonio entre parejas del mismo sexo).
Pero por más que Cruz, a quien se le había visto mirando desde la barra la cacería de lobos, se involucre de lleno en una guerra verbal con Trump, las encuestas no mienten –aunque para algunos sí- y avizoran un triunfo del multimillonario en Iowa. Según el último sondeo de CNN, Trump gana con un 37% de apoyo y Cruz obtiene 26%. Sin embargo la de la universidad Quinnipiac otorga al primero 31% contra 29% del segundo.
Iowa es el primer paso de muchos otros que hay que dar. Pero su importancia radica en que es un estado con un efecto premonitorio. Los expertos dicen que los resultados obtenidos marcan tendencia para el resto de la campaña; por ejemplo, en 2008, allí Hillary empezó a quemarse y Obama despegó, mientras que años atrás ocurrió lo mismo con Carter.
Al establecimiento republicano, sin embargo, le aqueja día y noche la idea de un Trump haciendo campaña a nombre de su partido. Les causa temor. Por eso, buscan de una u otra forma desbancarlo de la nube en la que vuela, por más que ella sea tan alta como las torres del magnate en Nueva York.
En un editorial de la revista National Review, magazín conservador y ampliamente leído por los republicanos, se señala que Trump: “no merece de apoyo conservador en el caucus y primarias. Es un oportunista político filosóficamente que sería una basura en el amplio consenso ideológico conservador dentro del Partido Republicano en favor de un populismo de libre flotación de un hombre de fuerte matices”
Así, la revista continúa su diatriba contra Trump y dice que en materia internacional no sabe nada, en particular, en el tema nuclear. “Está obsesionado con el robo de petróleo de Irak y sugirió casualmente hace unas semanas un crimen de guerra - matando a las familias de los terroristas- como una táctica en la guerra contra el terror”, concluyó, demostrando el sentimiento generalizado del establecimiento republicano.
Pero Trump sigue vapuleando su melena. La semana pasada, Sarah Palin, líder del Tea Party, se adhirió a su campaña, un respaldo que se traduce en muchos votos. Además, los candidatos del establecimiento, Rubio y Bush, no despegan, teniendo como único rival a vencer a Ted Cruz, difícil contrincante, pero al igual que él, un “outsider”.
Clinton, un continuismo que a veces tambalea
Del lado demócrata el panorama pinta distinto. En la noche del lunes, Hillary Clinton y Bernie Sanders se presentaron ante un grupo de estudiantes en Des Moines, capital de Iowa, evidenciando una vez más la distancia entre sus proyectos y la voluntad, propia del continuismo, de que aquellos postulados se parezcan a los de Obama.
Las distancias no son tan largas. Sanders, que al principio se veía como un simple contestatario capaz de animar a un puñado de rebeldes jovencitos, hoy está a 6 puntos de Clinton (48%) en Iowa, según una encuesta de Fox News. De ahí que la encopetada ex secretaria de Estado iniciara su intervención hablando sobre la encuesta y haciendo alusión al descalabro que sufrió en 2008, cuando enfrentó a Obama en ese céntrico estado.
En tal sentido, Hillary reconoce que su rival le respira en la nunca, pero se pavonea con su exitosa carrera como secretaria de Estado y Primera Dama para ganar votos. Se presenta como aquella mujer única e irremplazable destinada a manejar las riendas de Estados Unidos con la suficiente “experiencia para asumir todos los aspectos del trabajo de Presidente”
En particular, Clinton ataca a Sanders por su desconocimiento en el ámbito internacional. Sin embargo, el controvertido socialdemócrata recibe abiertamente las críticas de su contrincante y ataca, sin mella alguna, su punto débil: su voto a favor de la guerra en Irak. “Yo voté en contra de la guerra de Irak", dijo Sanders, en oposición a Hillary que apoyó la ofensiva armada contra el régimen de Sadam Hussein, una elección que en el escenario demócrata está muy mal vista, dado la tendencia partidista contra el intervencionismo.
Pero Clinton contesta con sus logros como secretaria de Estado en las negociaciones con Israel, Palestina y China.
En todo caso Sanders, no escatima un solo minuto en asegurar que la moral en la política está por encima de la experiencia, demostrando que si bien no conoce tan bien el mundo, si toma decisiones éticamente correctas. "La experiencia es importante, pero el buen juicio es más importante aún", insistió el candidato de 74 años, quien prometió estar bien de salud, a pesar de su elevada edad.
¿Otra vez se quemará Hillary? En las primarias se puede decir que no. Si bien Sanders es fuerte en Iowa, en los demás estados la diferencia es abismal. Su estilo socialdemócrata, anti Wall Street y antivalores liberales no le llega muy bien a gran parte del electorado demócrata. Por tal motivo Clinton, quien ante grandes contrincantes suele ceder, tiene casi asegurada su nominación. No está de más, sin embargo, concebir un escenario en el que Sanders le gane la carrera demócrata. Hay que esperar el resultado del Caucus y las primarias.