Actividades como las fusiones y las adquisiciones han presentado un aumento considerable en el país reflejando así el buen comportamiento por el que pasa la economía. Esta es una de las apreciaciones de Andrés Hoyos, socio de la firma especializada en la materia Gómez-Pinzón Zuleta Abogados S.A., quien hizo un análisis sobre el particular.
Hoyos, que recibió recientemente el galardón Client Choice Awards, de la publicación londinense International Law Office como el mejor servicio en el área de Fusiones y Adquisiciones, le pormenorizó a este Diario porqué considera que los inversionistas extranjeros ven en el país la posibilidad de acceder a retornos importantes.
EL NUEVO SIGLO: ¿Cómo está Colombia en materia de fusiones y adquisiciones?
ANDRÉS HOYOS: El tema es el reflejo de lo que está sucediendo en el país, muestra el crecimiento del país y la confianza que tienen los inversionistas en Colombia.
Si lo comparamos con la región, a diferencia de lo que pasaba en los 90 cuando nadie hablaba de Colombia, que las transacciones sucedían en ese momento en Argentina, México, Brasil y Chile y ahora, Colombia se ha destacado en ello.
Colombia no estaba en el radar y muy esporádicamente se hacían transacciones por alguna afinidad, pero hoy en día existe una tendencia a que los inversionistas extranjeros vean en el país la posibilidad acceder a retornos interesantes.
ENS: ¿De cuáles casos se puede hablar?
AH: Por ejemplo, lo que se llaman los fondos de capital privado en años recientes están muy activos en Colombia. Particularmente hemos hecho varias transacciones con esos fondos, incluyendo lo del Banco Colpatria cuando fue comprado por el Banco de Escocia.
También, la participación en sectores de la industria de comidas rápidas, energía, termoeléctrica, generadora de energía, financiera, y sobre todo en el de microcrédito.
Hay fondos capitalizando fuertemente en compañías colombianas como Credivalores y Crediservicios, y actualmente trabajamos en fondos invirtiendo en activos petroleros.
También están los inversionistas institucionales como Corpbanca comprando el Banco Helm. Esa transacción la hicimos aquí y la adquisición por parte de los fondos de la termoeléctrica de Boyacá.
En 2012 coordinamos una inversión aproximada de 15.300 millones de dólares, además de la compra de Carrefour y la que hizo Corpbanca del Banco Santander.
ENS: ¿Cuáles son las principales causas para que la percepción de los inversionistas mejore?
AH: El factor número uno es el hecho de que ven en Colombia un país políticamente estable, eso nos diferencia de nuestros vecinos donde esa estabilidad no está. Obviamente no cuento a Chile ni a Brasil.
Ven en Colombia un Estado de derecho, que protege las inversiones de los extranjeros y los TLC que tenemos actualmente para proteger la inversión de los extranjeros los ven con muy buenos ojos.
Sienten que entran a un país con unas reglas claras y eso va ligado a la seguridad.
Es innegable que el gobierno de Álvaro Uribe les recobró a los inversionistas esa confianza en Colombia pues podían viajar y no los secuestraban
ENS: ¿Cómo definir el comportamiento de este tipo de transacciones en los últimos años?
AH: Van a seguir en auge. En particular veo que el tema de la minería, si es que finalmente podemos organizarnos internamente y sacamos una regulación adecuada, pone a disposición de los inversionistas los recursos que tenemos porque ha habido un rezago.
Además, el sector petrolero seguirá impulsando y últimamente se han cambiado de manos activos muy interesantes en el país.
Por ejemplo, el año pasado en las institucionales se dio el negocio de la compañía Sinoquem, que es la petrolera de la China que compró activos de la Compañía francesa Total acá en Colombia, relacionados con Cusiana.
En los años anteriores vimos movimientos en el sector de comercio interesantes como la venta de Carrefour y seguiremos viéndolos en el sector farmacéutico. Por ejemplo, el año pasado hicimos la venta de Genfar.
ENS: ¿Cree que puede haber un impacto de la Reforma Tributaria en este tipo de transacciones?
AH: Claro, hay varios puntos fundamentales.
Una de las cosas que en las transacciones, fusiones y adquisiciones siempre había sido como una talanquera para los vendedores es que, por ejemplo, alguien que tenía unos activos poseídos por más de dos años, y los quería vender, tributaba al 33 por ciento de la ganancia ocasional. Esto calculado entre el precio de venta y el costo fiscal.
Hoy en día con la Reforma, esa ganancia ocasional bajó del 33 por ciento al 10 por ciento e hizo que muchos inversionistas, incluso colombianos o accionistas de compañías colombianas, decidieran iniciar procesos de ventas porque ven viable tributar a esa tasa.
ENS: ¿Qué otras implicaciones presenta?
AH: Además, eso simplifica las transacciones y hoy en día no vale la pena meterse en temas de estructura, pues los dueños de compañías tributarias empiezan a pagar impuestos con gusto, pero a un nivel razonable.
La diferencia es que los parafiscales van a ayudar a promover las empresas pequeñas, pero las grandes no se verán afectadas con este tipo de reformas.
Hay cosas de la Reforma Tributaria que pueden no ser tan convenientes, como es el caso que una compañía de afuera que tiene activos que representan un alto porcentaje.
Puede ser vista a la luz de la legislación colombiana y de las autoridades tributarias como una compañía que tributaría en el país. Ese es uno de los temas negativos que puede afectar.
ENS: ¿Cómo se podría solucionar?
AH: El Gobierno lo hizo por tratar de mitigar la evasión de impuestos de las compañías de afuera para que no se presentara que cuando se vendiera en el exterior, no tributara en Colombia.
El afán del Gobierno es que esas transacciones indirectas paguen impuesto en Colombia y el objetivo era bueno, pero eso hace que unas compañías que legítimamente tienen un porcentaje en Colombia, automáticamente terminen siendo para efectos colombianos, residentes en Colombia.
Ese porcentaje debería ser mayor.