Los sobrevivientes del mortal terremoto y posterior tsunami siguen enfrentando escasez de comida y agua potable.
Aumentó a 1.407 la cifra de muertos tras el terremoto de 7,4 grados de magnitud y posterior tsunami del pasado viernes en Indonesia, anunció el miércoles la agencia de gestión de desastres del país.
La Junta Nacional de Indonesia para la Gestión de Desastres (BNPB) también informó que 519 cuerpos ya han sido enterrados.
Anteriormente, Sutopo Purwo Nugroho, un portavoz del BNPB, indicó que alrededor de 800 personas se encuentran en los hospitales gravemente heridas, mientras que unas 62.000 personas están desplegadas y se albergan en 24 campamentos de la región.
Las víctimas del desastre tienen dificultades para encontrar suministros básicos tales como alimentos y agua potable.
Las personas en Palu, localidad de la isla Célebes, instalaron tiendas de campaña frente al ayuntamiento de la ciudad en un intento por obtener ayuda más rápido, pero también esperan apoyo extranjero.
Entre tanto, hay informes de incidentes de saqueo en las ciudades afectadas por el terremoto de Palu y Dongala.
El presidente indonesio, Joko Widodo, visitó Palu para inspeccionar los esfuerzos de rescate. El presidente le pidió al Ejército y a la Policía desplegar efectivos para ayudar a los equipos de rescate.
Por su parte, el secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, expresó por medio de su cuenta de Twitter sus “profundas condolencias a todos los que han perdido familiares y amigos”. El funcionario aseguró que ha seguido “de cerca la tragedia en Indonesia; nuestros corazones están con los afectados por el terremoto y el tsunami”
Guterres informó que la ONU se está movilizando para apoyar los esfuerzos de rescate y socorro dirigidos por el Gobierno.
La tragedia en Célebes podría ser la segunda más grande en la historia del archipiélago, después de que un tsunami en 2004 golpeara la isla de Aceh, dejando más de 170.000 personas muertas.