Cruzada global contra este ‘enemigo invisible y letal’ que afecta a 126 países, cambiando las costumbres y rutinas de millones de personas. Es la crisis sanitaria más grave del último siglo.
LA NOCHEBUENA del pasado 31 de diciembre traía consigo una mala noticia para el mundo. Nadie presagiaba que de las celebraciones por el fin del año y la llegada del 2020, se desatara una crisis de salud de las magnitudes que hoy vive el mundo.
A comienzos de este año, solo una mínima parte de la población global sabía sobre Wuhan, la capital de la provincia Hubei, en China central, una extensa ciudad que al lado y lado de los ríos Yangtsé y Han albergaba 11 millones de personas, de las cuales 27 presentaban un síndrome respiratorio agudo y cuya salud se deterioraba rápidamente pese a la debida atención médica. Informado las autoridades chinas se profundizaron las investigaciones y en muy poco tiempo, tan solo una semana después, se pudo determinar que era un virus lo que afectaba a este reducido grupo de Wuhan, donde los contagios ya superaban el centenar.
Ese fue el foco y la génesis del coronavirus, posteriormente bautizado como Covid-19. Y desde ese momento, su crecimiento y expansión fue tan rápido como impensable. A la semana, y pese a las medidas de contención, -el 13 de enero- ya había traspasados fronteras detectándose un caso en Tailandia y otro en Japón. A los pocos días, se registraron dos más en Estados Unidos y ante la incredulidad global y facilitada por los desplazamientos (especialmente aéreos), a fin de enero ya eran 10 los países y cinco las provincias chinas con muertes y contagios por el potente e invisible virus.
Fue así no solo como Wuhan se volvió un lugar más que conocido en el mundo, sino que la organización Mundial de la Salud declaró emergencia de salud internacional, instando a los países a tomar medidas urgentes de prevención para contener la expansión del Covid-19, al tiempo que manifestó su preocupación por las naciones que no tenían las condiciones sanitarias para enfrentarlo.
De entonces a hoy, el coronavirus pasó a pandemia registrando su presencia y volviéndose altamente letal en los cinco continentes (América, Europa Asia, África, Oceanía). El único donde no ha hecho presencia es en la Antártida, el séptimo continente en el mundo moderno, donde se considera a América en sus dos divisiones: norte y sur.
Con el pasar de las horas, el reloj que contabiliza los decesos y contagiados por el Covid-19 cambia. Pero la contabilidad hasta la medianoche del viernes señalaba 5.347 muertos y 140.700 contagiados, evidenciado de igual forma que China había superado el pico de la enfermedad y el mismo se está registrando en Europa, con dos países con situaciones preocupantes: Francia e Italia. Precisamente en este último, se informó el viernes, que en tan solo 24 horas se registraron 250 decesos. En ese mismo informe y lapso de tiempo en Irán fallecieron 85 personas y en España, 36.
Con sorpresa, incredulidad, miedo pero también con rapidez ha respondido el mundo ante este ‘enemigo invisible y letal’ del que se creía solo podía ser protagonista de películas de ciencia ficción, ya que si bien la peste, el ébola, la gripe aviar, el SARS y el A1H1 tuvieron sus épocas y fueron combatidas con éxito, nunca como antes en la historia reciente un virus como el Covid-19 se había expandido con tanta rapidez y alta mortalidad.
De inmediato, el imaginario colectivo evocó películas como ‘Soy leyenda’, “Guerra Mundial Z’ o “Virus”, la cinta del coreano Kimg Sung-Su que en 2013 hablaba sobre una pandemia generada por la mutación de una cepa de gripe aviar que nacida en un barrio surcoreano se expandía por el mundo, generando una paranoia impensable.
Premonitoria o no, hoy la realidad supera esa ciencia ficción con el Covid-19. El mundo respira miedo pero también mucha prudencia y prevención, con múltiples medidas a nivel doméstico e internacional, en cada uno de los países, para enfrentar el virus. Las mismas van desde el confinamiento o aislamiento de países enteros como Italia y el cierre de fronteras que han ordenado varias naciones europeas, como estrictos controles sanitarios en terminales aéreas, marítimas y terrestres para detectar posibles contagios y ordenar un aislamiento inmediato.
De igual forma la adopción de normas sanitarias mínimas como el lavado de manos, el uso de tapabocas para quienes estén resfriados, el cambio en las relaciones interpersonales, especialmente desde abandonar el saludo de beso o con la mano y la desinfección de elementos de uso cotidiano se han adoptado en todo el mundo, el que también vive desde esta semana una ausencia total de eventos masivos como los deportivos y los espectáculos y tiene en riesgo las multitudinarias celebraciones masivas de la Semana Santa.
Así, la vida cotidiana de los miles de millones de habitantes del planeta se ha alterado en todos los ámbitos y como la forma más efectiva para enfrentar el Covid-19 es la contención, los gobiernos amén de declarar emergencia sanitaria nacional -como lo han hecho Estados Unidos, España, Italia y Colombia, entre otros- han enfatizado en la campaña de responsabilidad personal frente a la pandemia.
Escuelas, bares, museos y otros lugares públicos como la Torre Eiffel en París, uno de los monumentos más visitados del mundo, cierran hasta nuevo aviso; las bodas, los partidos de fútbol y los espectáculos se posponen y casi nadie va ya a los funerales. Millones de personas anulan sus viajes y limitan sus desplazamientos y los países se blindan.
Las cifras
La bitácora global del coronavirus en orden de fallecimientos y contagios está así: China continental (sin contar Hong Kong y Macao), registró 80.813 personas contagiadas, de las que 3.176 murieron y 64.111 sanaron totalmente. El viernes en la noche se informó que en las últimas 24 horas se habían registrado 20 nuevos casos y 7 fallecimientos, lo que confirma que el país superó el pico de la enfermedad y continúa enfrentándola con relativo éxito.
Después de China, los países más afectados son Italia con 1.266 muertos y 17.660 casos, Irán con 514 muertos (11.364 casos), España con 120 muertos (4.209 casos), y Corea del Sur con 67 muertos (7.979 casos).
Por continentes, Asia sumaba 91.154 contagios (3.278 fallecidos); Europa, 34.708 (1.491), Oriente Medio, 12.371 (525); Estados Unidos y Canadá, 1.839 (41); América Latina y el Caribe, 284 (3); Oceanía, 189 (3) y África, 183 (6).
Entre jueves y viernes se informó que el Covid-19 hizo su aparición en Kazajistán, Ghana, San Vicente y las Granadinas, Etiopía, Sudán, Gabón, Kenia, Uruguay y Venezuela.
En América Latina, los países más afectados son Brasil, con 77 casos; Chile, con 33 contagios; Argentina, con 31 casos y una muerte, Perú y Costa Rica con 22 contagios cada uno; Ecuador, con 17 contagios y una muerte: Panamá con 14 contagios, Colombia con 16, México con 12, Paraguay con 6, Uruguay con 4, Bolivia con 3, Venezuela con dos casos; Cuba con uno al igual que Guatemala.
En Centroamérica, Nicaragua, El Salvador y las Bahamas son los únicos países que en los que, por el momento, no ha hecho presencia el coronavirus.
Todos estos guarismos junto al aislamiento de varios países y el cierre de fronteras evidencian que el mundo vive la crisis sanitaria más grave en el último siglo por este virus que no conoce fronteras ni barreras sociales y pone en evidencia la fragilidad humana pese a todos los avances tecnológicos.
Y, por su parte, la Organización Mundial de la Salud admitió que le es "imposible" calcular cuándo tendrá lugar el pico a nivel mundial de la pandemia, es decir, cuándo podrá empezar a remitir el avance.
Europa, a medida marcha
Italia fue primer país del Viejo Continente en sufrir los devastadores estragos del Covid-19 y el que continúa como el principal foco del mismo. Con 17.660 casos y 1.266 fallecidos, su capital se ha convertido en ciudad fantasma por la orden de aislamiento. La tradicional Plaza San Pedro, en el Vaticano está desolada así como sus cientos de atractivos turísticos no solo en la capital, sino en todo el país. Todos los comercios, salvo los considerados esenciales, están cerrados y los habitantes están en sus casas. Al igual que la mayoría de los aeropuertos ante la decisión de varias naciones de anular sus vuelos desde y hacia dicho país.
Entre tanto en Francia, donde se registran casi 3.000 contagios y 61 muertos, el turismo también ha caído al mínimo y al igual que hicieran otros países europeos, cerró todos los centros educativos, casi todos sus centros turísticos como los emblemáticos Museo del Louvre y la Torre Eiffel y prohibió las concentraciones de más de 100 personas.
En España, segundo país de Europa más afectado por la pandemia, con más de 4.200 infectados y 120 fallecidos, casi la mitad en Madrid, las autoridades declararon estado de alarma y declararon en cuarentena cuatro localidades de la región de Cataluña, donde no funcionan ni colegios ni universidades.
Durante ese periodo, se adoptarán medidas "excepcionales", echando mano de recursos públicos, privados, civiles y militares, anunció el presidente del gobierno, Pedro Sánchez. "No cabe descartar que en la próxima semana alcancemos desgraciadamente los más de 10.000 afectados", advirtió.
Otros países europeos, como Eslovaquia y República Checa, cerraron por su cuenta fronteras y prohibieron la entrada para los viajeros de ciertos países.
En este contexto, la reina Isabel II de Inglaterra pospuso sus compromisos oficiales y el Reino Unido anunció la cancelación de las elecciones municipales de mayo, a diferencia de Francia, que las mantuvo para hoy, según lo previsto.
En América Latina, donde el Covid-19 hace presencia en todos los países, Argentina, Chile, Colombia, Venezuela y Perú anularon vuelos, impusieron cuarentenas, aislamientos voluntarios y restricciones para los viajeros que provengan de Europa, China y otras zonas afectadas por el virus. Al igual reforzaron controles sanitarios y campañas de prevención.
El impacto económico y político de la pandemia por el momento es impredecible. Sin embargo, en el primero de ellos se puede asegurar que será de una posible recesión global, dados los estragos que ya ha causado en el turismo, el transporte (aéreo y marítimo), el comercio, actividades deportivas y culturales que debieron cancelar todos los eventos programados para este mes y el siguiente.
Un primer termómetro de ello, es decir del retroceso crecimiento económico mundial para este 2020 fueron los mercados bursátiles, los que el jueves pasados vivieron una hecatombe, registrando cierres en rojo varias de las bolsas mundiales, especialmente las europeas que marcaron los peores resultados en décadas.
Y aunque varios países anunciaron medidas financieras excepcionales y organismos multilaterales evalúan flexiblización en los créditos para paliar el choque económico, el panorama no pica alentador y el pánico financiero crece. A ello hay que sumarle la ‘guerra por el petróleo’ que ha llevado a una baja cotización del crudo (US$32 por barril), afectando los planes económicos en decenas de países que están basados en los ingresos del llamado ‘oro negro’.
En el terreno político es muy temprano para saber las consecuencias y el alcance que tendrá el Convid-19 en los gobernantes. Sin duda, los ciudadanos juzgarán a quienes respondieron mal o tardíamente a la crisis y pasarán la respectiva cuenta de cobro electoral. Y, sin duda, la situación se les tornará más grave por la inevitable afectación económica, que de antemano se puede señalar, será grave.
Por ahora, la vida de todos ha cambiado. Desde las costumbres hasta las rutinas porque nadie quiere que este ‘enemigo sin rostro’, el Covid-19, siga expandiéndose, cobrando vidas y acrecentando el miedo. Lo único cierto es que los cinco continentes están unidos en esta ‘tercera guerra mundial” /Redacción internacional.