Solo quedan seis meses para finiquitar negociaciones posbrexit | El Nuevo Siglo
Foto archivo AFP
Miércoles, 24 de Junio de 2020
Redacción internacional
El premier británico Boris Johnson busca que se aceleren las tratativas con la Unión Europea y que el tratado de libre comercio esté listo este año

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El 23 de junio de 2016 se celebraron elecciones en el Reino Unido para que la ciudadanía se pronunciara frente a su permanencia o no en la Unión Europea. La trascendental decisión, que era motivo de diversos choques políticos desde el momento mismo de su integración en 1973, se resolvió en un reñido resultado electoral que arrojó que cerca del 52% de los votantes prefería abandonar al bloque comunitario y recuperar su autonomía.

Tras cuatro años de accidentadas e infructuosas negociaciones, la salida del Reino Unido solo se materializó el 31 de enero de este año y en ese momento se inició el llamado “periodo de transición”, lapso que está vigente hasta el 31 de diciembre del 2020 y durante el cual las relaciones comerciales entre las partes continuarán como hasta ahora, mientras negocian una nueva relación en la  materia. Esto con la única excepción de los órganos de decisión e instituciones comunitarias, que Londres sí tuvo que abandonar a pesar de que mantiene su contribución financiera y beneficios del retorno en fondos estructurales y de la política agraria común.

Sin embargo a seis meses de que venza el período de transición, preocupa al gobierno inglés el escaso avance de las negociaciones, que adicionalmente se han visto afectadas por la pandemia del Covid-19. De no llegarse a ningún acuerdo antes de octubre, no habría tiempo suficiente para que los parlamentos de las partes ratifiquen lo pactado y, entonces, las relaciones comerciales pasarían a regirse por las normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y se impondrían aranceles que podrían afectar las economías, ya de por sí maltrechas por el efecto de la pandemia.

Las negociaciones han sido especialmente difíciles en puntos como la pesca, las condiciones de competencia equitativa y las fronteras.

Este proceso reviste, como es apenas natural, una importancia política adicional para el primer ministro Boris Johnson, quien no quiere repetir la suerte de su predecesora Theresa May. Como se recuerda, ella no logró que la Cámara de los Comunes aprobara alguno de los 3 acuerdos que presentó sobre el Brexit y, al final, optó por renunciar.

Johnson, que tras forzar elecciones y ganarlas ampliamente a finales del año pasado, tiene un escenario político más favorable. De hecho, ha hecho de la salida de la UE su principal bandera política y programática. Es más, en días pasados pasado participó en una conferencia de “alto nivel” con la presidente de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el Consejo Europeo, Charles Michel, con el fin de desentrabar las conversaciones, darles celeridad y llegar a un acuerdo pronto. Como resultado de la reunión las conversaciones se retomarán la primera semana de julio y se esperan grandes avances.

Sin prórroga

Vale mencionar que el periodo de transición puede ser prorrogado por una única vez, hasta diciembre del 2022, si se hace la solicitud antes del 1 de julio de este año. Por esta razón, la Comisión Europea ha recomendado al Reino Unido que la solicite para poder continuar las negociones con mucho mayor tiempo.

Sin embargo Michael Gove, ministro del gabinete inglés, fue claro: “he confirmado formalmente que el Reino Unido no ampliará el período de transición y ha pasado el tiempo de pedir prórrogas". Su pronunciamiento se hizo tras una reunión con el vicepresidente de Relaciones Institucionales de la Comisión Europea, Maros Sefcovic, quien agregó que el ministro británico explicó que "no pedir la prórroga fue la promesa que se dio a los ciudadanos británicos en la campaña electoral" y debe cumplirse.

El proceso

Desde la década de 1990 existe en Inglaterra una fuerte oposición a las políticas comunitarias sobre todo a partir de la aprobación de la libre circulación de bienes, servicios, capitales y personas en toda la UE. Fue tal oposición, que el Reino Unido nunca las adoptó por completo.

Ante el creciente descontento popular el entonces primer ministro David Cameron prometió celebrar un nuevo referéndum sobre la permanencia en la comunidad y ante su derrota en 2016, renunció y fue sucedido por Theresa May.

May, entonces, inició las negociaciones para la salida del acuerdo y tras los hechos mencionados terminó dimitiendo en julio de 2019, cuando fue reemplazada por Johnson, quien de manera decidida cumplió a sus electores: retomó las negociaciones del ‘divorcio’ y está decidido a finiquitarlas en los plazos inicialmente establecidos a pesar de las dificultades que se afrontan en este momento.

El referendo sobre la permanencia del Reino Unido en la Unión Europea (Brexit) arrojó que el 51,9% de los votantes era partidario de abandonar la UE, frente a un 48,1% que querían permanecer. Sin embargo vale mencionar que en Londres y países como Escocia e Irlanda del Norte predominó la opción perdedora.

Entre las consecuencias de la salida de la UE es importante mencionar que Escocia había decidido permanecer en el Reino Unido para evitar su salida de la Unión, decisión que ahora podría ser revisada.

Liderazgo de Johnson

Johnson convocó a elecciones en diciembre de 2019 y tras su aplastante victoria logró materializar el Brexit el 31 de enero de 2020, fecha que había puesto como máximo plazo en su discurso de victoria y que cumplió. El Primer Ministro británico logró los suficientes votos para conseguir la aprobación del acuerdo de salida que ya había negociado con Bruselas y ahora impulsa el tratado de comercio posterior.

Como se recordará, el principal argumento de la campaña a favor de la salida fue que con el Brexit los británicos iban a "recuperar el control" sobre sus propios asuntos, en particular sobre sus fronteras, lo que permitiría un mejor control de la migración.

Johnson ha afirmado que está convencido de que puede firmar un tratado de libre comercio con la UE antes de que termine 2020, tal y como lo hizo con el acuerdo de salida y que May no pudo hacer aprobar porque incluía cláusulas como la de salvaguarda que buscaba garantizar que no hubiera una frontera muy estricta entre la República de Irlanda e Irlanda del Norte.

Tras los éxitos de Johnson es de esperar que una vez más cumpla lo pactado y logre un acuerdo con la Unión Europea en los términos establecidos.