Senadores del oficialismo y la oposición en Estados Unidos denunciaron el jueves el "alarmante" incremento de la minería ilícita en Latinoamérica en la última década, condenando en particular al gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela.
"Las ganancias derivadas de la minería ilícita de oro se han convertido en una fuente principal de actividades financieras ilícitas en la región, superando las ganancias generadas por la coca y producción de cocaína en los últimos años", indica una resolución bipartidista presentada en el Senado estadounidense.
Las prácticas mineras ilícitas "amenazan la seguridad, la estabilidad y el medio ambiente de la región", señala el texto patrocinado por el presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, el demócrata Bob Menéndez, y apoyado por sus correligionarios Tim Kaine y Ben Cardin, y por los republicanos Marco Rubio y Ted Cruz.
La resolución acusa al gobierno de Maduro de "facilitar directa e indirectamente" la minería ilegal, provocando "abusos de los derechos humanos, destrucción de la trama social indígena, deforestación, pérdida de hábitat, degradación ambiental y un aumento de casos de malaria y otras enfermedades en Venezuela".
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Por eso, pide una mejor coordinación regional e internacional entre gobierno e industria para mitigar los riesgos que emanan de Venezuela, y alienta a promover prácticas mineras "legales, reglamentadas y sostenibles" en ese país, así como en Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú, donde reconoce los esfuezos para combatir este flagelo.
Según datos citados en la resolución, Venezuela encabeza las prácticas mineras ilícitas en Latinoamérica, con 90% del oro extraído en el país de manera ilegal, seguido de Colombia y Ecuador, con un 80%; y Bolivia y Perú, con un 30%.
El texto advierte que el flujo de todo el oro producido dentro de Venezuela, que se estima en un total de 75 toneladas anuales, con un valor de mercado de más 4.000 millones de dólares, puede contribuir a financiar grupos armados paraestatales, corrupción y lavado de activos, entre otros delitos.
En Venezuela, la minería ilícita se concentra en la región del Arco Minero del Orinoco, el Parque Nacional Yapacana y la Reserva de Biosfera Alto Orinoco-Casiquiare, donde viven comunidades indígenas de 17 grupos étnicos.
Más de 500.000 personas están involucradas en operaciones mineras en Venezuela, de los cuales un 45% son menores de edad y la mayoría son indígenas forzados a trabajar y amenazados con violencia, según cifras del CSIS, un centro de estudios con sede en Washington.