Este final de año, ocho países árabes han sido testigos de protestas para condenar el deterioro de las condiciones económicas y exigir mejores niveles de vida. En algunos casos, los manifestantes también han incluido demandas políticas.
Las protestas que se han presentado en Sudán, Marruecos, Libia, Túnez, Líbano, Irak, Jordania y Argelia coinciden aproximadamente con el octavo aniversario de los levantamientos de la Primavera Árabe, que comenzaron en Túnez a finales de 2010.
Algunos manifestantes árabes han sido inspirados por las protestas en curso de los "chalecos amarillos" en Francia, que comenzaron en noviembre para manifestarse en contra de los aumentos de impuestos sobre el combustible, entre otras cosas.
Sudán: del pan a Bashir
Las protestas en Sudán comenzaron el 19 de diciembre, en 14 de los 18 estados de Sudán, incluida la capital, Jartum.
Los manifestantes denuncian una inflación desenfrenada, especialmente el aumento del precio del pan.
Las manifestaciones parecen haberse intensificado esta semana, y algunos manifestantes ahora piden explícitamente la salida del presidente Omar al-Bashir y de su régimen.
Mientras los funcionarios sudaneses logran estimar la cifra total de muertos en las protestas, que en algunos lugares se han vuelto violentas, los grupos de oposición insisten en que al menos 22 personas murieron en los disturbios.
Túnez: ¿un nuevo Bouazizi?
El país que inició la Primavera Árabe en 2011 ahora parece estar presenciando una nueva ola de protestas, que comenzó el 24 de diciembre en la ciudad occidental de Kasserine.
Después del suicidio del camarógrafo de televisión Abdel Razaq Zorgui para protestar contra el empeoramiento de las condiciones socioeconómicas, se han informado sobre varios enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas policiales.
La muerte de Zorgui ha sido comparada con la de Mohamed Bouazizi, un descontento vendedor callejero tunecino que se prendió fuego a sí mismo fatalmente hace ocho años, lo que desató el levantamiento popular que eventualmente acabaría con el régimen de Zine al-Abidine Ben Ali.
A principios de este mes, manifestantes de izquierda – que se llaman a sí mismos "chalecos rojos” - comenzaron a organizar manifestaciones frecuentes contra el empeoramiento constante de las condiciones económicas, sociales y políticas.
Marruecos: continúan las protestas
La última ola de protestas comenzó en Marruecos el 17 de diciembre, cuando trabajadores de los sectores privado y público organizaron manifestaciones en la capital, Rabat, para exigir mejores salarios y condiciones.
Un día antes, Rabat había presenciado una protesta en la que los manifestantes exigieron la liberación de las personas que habían sido arrestadas en protestas anteriores en la región norte del país, Al-Rif.
Cientos de personas fueron detenidas durante las protestas de Al-Rif, en las que los manifestantes exigieron más oportunidades de trabajo y un mayor desarrollo local.
Según informes, varios de los manifestantes detenidos aún permanecen bajo custodia policial.
Libia: ira en el sur
En Libia se han presentado protestas en varias ciudades del sur para exigir más oportunidades de empleo y un mayor desarrollo regional.
El 8 de diciembre, los manifestantes cerraron el campo petrolífero de Al-Sharara antes de que las manifestaciones se extendieran a otras partes del sur de Libia.
Desde entonces, Fayez al-Sarraj, primer ministro del gobierno respaldado por la ONU en Libia, prometió destinar unos USD 85 millones para nuevos proyectos de servicio en la región.
Líbano: tres demandas
Los manifestantes también se han tomado las calles para protestar por el empeoramiento de las condiciones económicas en El Líbano. Las protestas se han vuelto violentas en algunas áreas, debido a que los manifestantes han bloqueando carreteras y obligado al Ejército a intervenir.
A medida que las protestas se han extendido desde la capital, Beirut, a otras partes del país, los manifestantes han expresado tres demandas clave: reducción de los impuestos sobre el combustible, un sistema de salud pública viable y la reemisión de intereses en bonos del tesoro libanés.
La precaria situación económica del Líbano se ha agravado aún más por las disputas políticas que han retrasado la formación del gobierno entrante del país.
Irak: Basora y más allá
Mientras tanto, en Irak las manifestaciones han estallado varias veces en los últimos meses, extendiéndose ocasionalmente a la capital, Bagdad.
Desde el 9 de julio, las provincias del centro y sur, de mayoría chiíta, especialmente la rica en petroleo Basora, se han visto sacudidas por las protestas para exigir mejores servicios públicos, más oportunidades de empleo y el fin de la corrupción en el Gobierno.
En un momento dado, las turbas enojadas en Basora atacaron edificios estatales en medio de la insatisfacción popular con el Gobierno.
Desde que comenzaron las protestas, decenas de iraquíes murieron en enfrentamientos con la fuerza pública.
El 21 de diciembre, los manifestantes en Basora bloquearon las carreteras que llevaban a la sede provincial del Gobierno para exigir la renuncia del gobernador.
Jordania: factura de impuestos impopular
Las protestas también estallaron en Jordania este verano, después de que el Gobierno propusiera un proyecto de ley que, de ser aprobado, aumentaría los impuestos sobre los ingresos. El Gobierno también aumentó los precios de la electricidad cinco veces este año, lo que llevó a un mayor descontento popular.
Después de ocho días de manifestaciones, en mayo, el primer ministro Hani al-Mulki renunció, luego de lo cual Omar al-Razzaz se vio obligado a diseñar un nuevo gobierno.
Pero las protestas se reanudaron a principios de este mes, luego de que los legisladores finalmente aprobaran el impopular proyecto de ley fiscal. Los manifestantes ahora piden la renuncia de Razzaz.
Argelia: "Demostración de fuerza"
El 25 de diciembre las protestas estallaron en Argelia cuando un joven, Ayyash Mahjoubi, de 31 años, murió luego de estar atrapado en un pozo durante seis días en la provincia sureña de Argelia, M'Sila.
Tras la muerte de Mahjoubi, los manifestantes impidieron que una delegación del gobierno llegara al pozo, mientras que los miembros de la delegación fueron apedreados por residentes enojados que atribuyeron la muerte del joven a la negligencia del Gobierno.
Dos semanas ante decenas de miles de personas se manifestaron en la descontenta región de Kabylie para protestar por la suspensión de una serie de proyectos de desarrollo financiados por un prominente empresario local.
Según algunos observadores, la manifestación en Kabylie, en la que participaron varias figuras de la oposición, representó una "demostración de fuerza" contra el régimen gobernante de Argelia.