Pekín ha interrumpido el embarque de petróleo en agosto y septiembre alegando falta de pagos por parte del régimen. Analistas estiman que las medidas impuestas por Washington también han llevado al gigante asiático a tomar distancia de Maduro. Sin embargo, Rusia sigue firme con los chavistas
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LAS sanciones impuestas por la comunidad internacional contra el régimen de Nicolás Maduro han empezado a dar resultados. La capacidad de acción -política y económica- del gobernante chavista es cada vez más limitada. Pero la transición política que se deriva de ello es, por ahora, poco viable.
Maduro sigue gobernando desde Miraflores. El monopolio del Estado, al menos a nivel doméstico, está en sus manos, así tenga innumerables deficiencia en todos los frentes. Enfrentado al chavista, Juan Guaidó, presidente encargado, le ha apostado por mantenerse vigente a nivel nacional y apostarle a una ofensiva internacional que cada vez es más directa.
Inevitablemente, la ofensiva internacional se ha convertido en el principal mecanismo que tiene la dirigencia opositora para presionar una salida negociada en Venezuela. La crisis, sin embargo, no para. Los venezolanos siguen huyendo del país, ante la mirada impávida del régimen. Pero, no parece haber otra vía que seguir el camino planteado: cerco diplomático, sanciones, presión, y más presión.
Hace unos días, un diplomático le decía a este Diario que el camino de las sanciones es más largo, pero menos trágico -indudablemente- que el uso de la fuerza. Y, esa es la paradoja del momento en Venezuela. ¿Existe otra manera de, al menos, ilusionarse con una transición política, que no sea el de las sanciones, con sus desaciertos y aciertos?
Paso a paso
Cuba porque sí, Cuba porque no, solía pensar Sergio en Memorias del Subdesarrollo, ese magnífico filme de Gutiérrez Alea. La presencia omnipresente de la isla ahora se ha transformado y, 60 años después, está en Venezuela. Los análisis comparados del país, casi siempre, se hacen con base en lo que ha pasado con el régimen comunista. ¿Si Castro, y su hermano, sobrevivieron a las sanciones, por qué los chavistas no lo van a hacer?
Por ahora, no es el momento de responder esa pregunta. Las condiciones, de tiempo, modo y lugar, son muy diferentes y la coyuntura venezolana tiene condiciones diferenciadores, como, por ejemplo, una oposición política en permanente activismo; lo que se está viendo hoy.
No solo se encuentran paralelos en el verde olivo de sus uniformes. Hay varias similitudes que inevitablemente han llevado a que la ofensiva internacional de Guaidó enfrente un mundo multipolar dominado por Rusia y China, que intentan bloquear la salida del régimen chavista.
Venezuela se ha convertido en un asunto geopolítico y los chavistas han venido trabajando en mantener sus alianzas, como parte del ‘Plan de la Patria’ que Maduro lanzó a comienzos de este mes para contrarrestar la ofensiva opositora.
Aunque Moscú se mantiene leal al chavismo, Pekín ha empezado a distanciarse del régimen. Los hechos de los últimos dos meses lo demuestran y le dan, en cierta medida, la razón a aquellos sectores, locales e internacionales, que abogan por la implementación paulatina de las sanciones, así estas, después de 60 años, hayan fracasado en Cuba.
En dos ocasiones, China ha interrumpido el embarque de petróleo en agosto y septiembre. Además, la empresa china HQC ha suspendido sus trabajos de ampliación en Sinovensa, por la falta de pagos por 52,12 millones de dólares, según El País de España. Según el economista y analista, Alfredo Toro Hardy, adicionalmente, la China National Petroleum se “negó a llevarse unos 5 millones de barriles de petróleo comercializado desde Venezuela”.
Este panorama tiene una sola explicación: Pekín, molesta, además por la falta de pago, prefiere evitar las sanciones anunciadas por Washington contra todo aquel que efectúe transacciones con el régimen chavista, decisión que fue tomada hace mes y medio en el denominado ‘embargo’.
Lentamente, como se ve, las grandes potencias que sostienen a Nicolás Maduro en el Palacio de Miraflores han empezado a quitarle apoyo. Creer que lo hagan por un interés democrático es ingenuo; poco le importa la democracia a Pekín. Más bien, ha tomado esta decisión por la inviabilidad del modelo de Maduro, que no ha sido capaz de cumplirles los pagos; además, les genera problemas: sanciones.
Delcy Rodríguez, la vicepresidenta de Maduro, ha hecho todo lo posible para que China no pierda su interés en su gobierno. Pero de aquel gigante que, en su totalidad, llegó a financiar 60.000 millones de dólares en Venezuela, poco queda.
La inversión china cada vez es menor y su voluntad para dar préstamos depende de un complejo panorama (apenas creció 6,2%, cuando lo hacía, una década atrás, a dos dígitos). Ni siquiera la diplomacia chavista ha logrado que la petrolera china acepte “participaciones minoritarias en las refinerías a cambio de apoyo financiero y técnico para salvarlas”, explica Toro Hardy.
Rusia a lo cubano
Mientras China retrocede, Rusia avanza. The Moscow Times ha anunciado que fuentes comerciales le han confirmado que Rosneft, la estatal petrolera de ese país, se convirtió en el mayor comprador de crudo venezolano en julio y la primera quincena de agosto.
En efecto, las exportaciones de Pdvsa a Rusia han aumentado considerablemente en los últimos dos meses: en julio el 40% y el 66% en lo que va de agosto, según los programas de exportación de la firma y los datos de Refinitiv Eikon.
El aumento se da al mismo tiempo en que Estados Unidos anunció más sanciones, el ‘embargo’, contra Venezuela. Moscú, para algunos analistas, sin embargo, seguirá importando crudo de Pdvsa como parte de los acuerdos de servicio de la deuda después de prestar dinero a Caracas en años anteriores.
¿Esta deuda, pagada en crudo, sería objeto de sanciones? Elliott Abrams, representante especial del Departamento de Estado para Venezuela, esta semana ha respondido esta pregunta: “En algún momento tendremos que explorar las posibilidades de qué medidas de represalia podemos aplicar a Rosneft (petrolera rusa)”.
Ya China comienza a ceder ante los posibles efectos que pueden tener las sanciones impuestas por Washington. Falta ver qué hará Rusia. Es cuestión de tiempo. Tiempo que algunos sectores no quieren tener.