"Creo que ha llegado la hora de una reforma constitucional para introducir en nuestra Constitución la pena de cadena perpetua para la corrupción e inhabilitación de por vida a la corrupción, de cadena perpetua a la traición a la patria y a los graves delitos contra el pueblo", ha planteado Maduro durante un acto para conmemorar el regreso de su predecesor Hugo Chávez al Palacio de Miraflores tras un intento fallido de golpe de Estado el 13 de abril de 2002.
Maduro ha recordado que "para reformar la Constitución hace falta el pueblo y yo lo convoco a este debate y a una reforma constitucional para introducir ya la cadena perpetua y que esa gente se pudra de por vida en la cárcel", según recoge el portal Efecto Cocuyo.
"Caiga quien caiga", ha advertido Maduro a la vez que ha pedido al fiscal Tarek William Saab que investigue todos los casos de corrupción. "Las puñaladas me las han dado por la espalda gente en la que confié plenamente y creyeron que el poder les pertenecía y se olvidaron del pueblo", ha declarado. "Cuando le clavan la puñalada a Maduro se la clavan al pueblo noble, a la patria (...). Hay arrechera e indignación, pero no se equivoquen traidores y bandidos estén donde estén", ha añadido.
Maduro ha resaltado que solo durante 2023 se han detectado cinco conspiraciones detectadas y cuatro más en lo que va de año que buscan asesinarlo y derrocar a su Gobierno. El mandatario venezolano ha vinculado estos planes con los incendios "provocados" declarados en los últimos días en varias zonas del territorio, incluida Caracas.
"En medio de la sequía empezaron a quemar lugares alrededor de centrales eléctricas hace 15 día para acá, especie de guarimba invisible y silenciosa. Hay una característica en todos los capturados, la mayoría son gente con problemas graves de droga y antecedentes de delincuencia, todos los que quemaron montañas, son los que el pueblo llama los piedreros y confiesan que les están pagando con piedra. Ese método viene de Colombia, de usar a gente en situación de calle", ha denunciado.
En respuesta ha pedido "calma y cordura" con vistas a las elecciones presidenciales de julio y a una campaña en la que ha prometido seguir "en las calles".
El "fascismo" que derrocó brevemente a Chávez en 2002 es el mismo de la actualidad pero los revolucionarios también siguen siendo los mismos, pero "más preparados y resteados". "La silla es del pueblo", ha sentenciado.