La Asamblea Nacional de Venezuela, que es presidida desde enero de 2019 por el presidente interino Juan Guaidó, terminó su periodo constitucional este lunes y las especulaciones sobre el futuro político del líder opositor van desde su continuidad como mandatario encargado a los ojos del más de medio centenar de países que lo reconocen como tal, hasta su detención y encarcelamiento, como prometió Diosdado Cabello, alta figura del chavismo que tendrá un escaño en la nueva Asamblea y quien acusó a Guaidó, así como a otros opositores, de lo que él llama "crímenes" contra la democracia venezolana.
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La situación no es fácil para Guaidó, quien se autoproclamó como mandatario encargado el 23 de enero del año 2019 y ha tenido que hacer frente a diversas luchas internas entre los partidos de oposición, lo que ha erosionado su aceptación popular.
Poco después de que Guaidó asumirá el poder fue reconocido por las principales democracias del mundo, entre ellas al de los Estados Unidos, país que adicionalmente impuso sanciones petroleras a Venezuela, lo que aceleró la caída de la producción y las exportaciones. Pese a lo anterior el dictador Nicolás Maduro ha logrado mantenerse en el poder gracias al apoyo de las fuerzas armadas de su país y de gobiernos extranjeros como los de Cuba, Rusia, China, Irán y Turquía.
Continuidad de Guaidó
La posesión de la nueva Asamblea que está programada para este martes, ha sido desconocida por diversos actores de la escena internacional como la Unión Europea, bloque que había instado al gobierno de Maduro a posponer las elecciones para establecer condiciones de elección creíbles, pero que el ilegitimo mandatario desoyó argumentado que “las elecciones a la Asamblea deben realizarse según lo ordenado constitucionalmente” a pesar de haber ignorado sistemáticamente esa misma Carta en repetidas ocasiones.
Así las cosas, este martes se posesionarán los ampliados 277 legisladores en comparación con los 167 salientes, que intentarán aprobar una ley antibloqueo que otorgue a Maduro autoridad sin restricciones para firmar nuevos préstamos y acuerdos de empresas conjuntas con inversionistas extranjeros y sentar las bases legales para procesar a Guaidó por cargos de traición y conspiración criminal.
Se espera que la instalación de la controvertida Asamblea genere protestas populares, considerando que el 26 de diciembre pasado el parlamento liderado por Guaidó declaró ilegítimas las elecciones del 6 de diciembre y votó para extender su mandato un año más, decisión que la Corte Suprema de Justicia, de línea oficialista, tachó de improcedente.
El Tribunal, que ya desconocía todos los actos de la Asamblea Nacional desde el inicio de su mandato, cuando la declaró en desacato, señaló ahora de "írrita" cualquier acción de la cámara presidida por Guaidó, para "perpetuar, extender, continuar o prorrogar" su período legislativo.
La Asamblea controlada por la oposición aprobó una reforma del “Estatuto que Rige la Transición hacia la Democracia, por la que se prorroga la vigencia de la autoridad de la propia Asamblea Nacional y legitima así a Juan Guaidó como presidente de la misma y por tanto presidente encargado del país” asimismo agrega que "la presente Ley estará en vigencia hasta el 31 de diciembre del 2021 o hasta que sea derogada por la Ley de Presupuesto del Ejercicio Fiscal 2021, dictada por la Asamblea Nacional; una vez cese la usurpación de la presidencia de la República".
Según la oposición ese documento da piso legal a la continuidad de la Asamblea elegida el 6 de diciembre de 2015 y se espera que sirva de sustento normativo para el apoyo que, los países que reconocen a Guaidó ya han anunciado que mantendrán.
Esta acción se legitima gracias a los resultados del plebiscito en el que más de 6 millones de personas aprobaron prolongar la legislatura.
Fin del fenómeno
En el nuevo Parlamento el chavismo, tendrá 256 de los 277 escaños tras la negativa de los principales partidos de oposición de participar en las elecciones legislativas del pasado 6 de diciembre, calificándolas de "fraude".
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Para algunos analistas como Benigno Alarcón, director del Centro de Estudios Políticos y de Gobierno de la Universidad Católica Andrés Bello, con esta mayoría en el legislativo, el régimen contará con un poder absoluto que le permitirá poner fin a la dualidad de poder “al menos en los términos de 2019… y más aún con la pandemia de covid-19, pues Maduro utilizará, como lo hizo en 2020, sus políticas de confinamiento para mantener a raya posibles protestas”.
De esta forma, hay quienes piensan que la popularidad de Guaidó que llegó a rozar un 80%, seguirá cayendo y su margen de maniobra seguirá disminuyendo hasta desaparecer.
Asimismo, Alarcón asegura que esta dualidad de presidentes "pesa más hacia afuera que hacia adentro… (en) Venezuela todos saben que ese cargo es más simbólico que otra cosa, que no hay forma de ejercerlo porque no hay control de las instituciones".
Maduro "tiene el control del país por la fuerza" y maneja todas las instituciones y "es muy probable que, de no solucionarse la crisis, Guaidó quede como un líder opositor en el exilio" agregó Alarcón.
Pese a lo anterior, Guaidó ha dicho que descarta irse del país pese a amenazas de prisión a lo que maduro ha respondido afirmando que “frente a esas pretendidas ínfulas inconstitucionales de autoproclamar extensiones de mandatos..., que la justicia, ahora sí, de manera férrea, haga su trabajo" y remató diciendo que "¡No me temblará el pulso!".
Para empeorar las cosas vale mencionar que varios parlamentarios opositores salientes, principalmente del partido Acción Democrática, ya anunciaron su intención de no continuar en el cargo y de haber terminado su periodo, lo que deslegitima la continuidad de la Asamblea aprobada en días pasados.
La esperanza
Un elemento fundamental es el papel del nuevo gobierno de Estados Unidos, que encabezará el demócrata Joe Biden desde el 20 de enero, dado el vital apoyo que le dio a Guaidó el saliente presidente Donald Trump, bajo cuya administración, como se dijo, se impusieron amplias sanciones financieras para forzar la salida de Maduro, hasta ahora sin éxito.
"El esquema de política exterior que tiene Estados Unidos para Venezuela no es algo que pueda desmontarse de la noche a la mañana, sobre todo lo que se refiere a sanciones y restricciones políticas, financieras y diplomáticas", remarcó Rafael Álvarez, analista de la firma Iuriscorp.
No obstante, "es posible que veamos estrategias diferentes de aproximación a la crisis, sin abandonar la presión".
Muchos consideran que a pesar del desgaste de Guaidó tras dos años de esperar el milagro de la salida de Maduro, la administración de Biden seguirá luchando por la restauración democracia en Venezuela, pero el transito será arduo y se augura que este será un año de persecución, de autocratización, de pocos avances en lo democrático.
Entre tanto la administración Trump dio un nuevo espaldarazo a Guaidó después de que el Departamento del Tesoro emitiera una licencia que autoriza las operaciones con el líder opositor venezolano Juan Guaidó, en la que refirma su reconocimiento como presidente interino de Venezuela.
Así los “ciudadanos de Estados Unidos tienen autorización para realizar transacciones y actividades con cualquier persona nombrada por Guaidó, la IV Asamblea Nacional o su Comisión Delegada", explica el documento.
Esta orden supone que Washington mantiene el reconocimiento a la Asamblea Nacional elegida en 2015.