Los líderes de la Unión Europea (UE) defendieron ante los eurodiputados el histórico acuerdo alcanzado en la cumbre de los 27 al comienzo de la semana, luego de que muchos de los integrantes del legislativo comunitario se lamentaran por el que consideran un presupuesto a largo plazo demasiado reducido.
El Parlamento Europeo deberá pronunciarse antes de finales de año sobre el presupuesto 2021-2027, en el que se basa el plan de recuperación. Sin embargo, desde ya amenazan con rechazar este "marco financiero plurianual" si no se introducen mejoras financieras.
Ante el hemiciclo, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, celebró que el compromiso, alcanzado tras la cumbre maratónica de los jefes de gobierno, enviara una señal de "confianza y solidez".
Von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, consideró que el acuerdo, destinado a relanzar la economía frente a la recesión histórica provocada por el coronavirus, permitía ver "la luz al final del túnel".
Sumando el plan de reactivación y el presupuesto ordinario, la UE dispone ahora de "una fuerza financiera sin precedentes" de 1,8 billones de euros, subrayó.
Pero la "sombra" es "un presupuesto de la UE muy magro", que asciende a 1,074 billones de euros, prosiguió la alemana. "Este presupuesto será un duro trago. Y sé que esta asamblea siente lo mismo", dijo.
Precisamente, el presidente de la Eurocámara, David Sassoli, lamentó los recortes y proponía un presupuesto de 1,3 billones de euros.
Las discusiones sobre el presupuesto a largo plazo de la UE se complican más por la salida del Reino Unido, que deja un hueco de unos 70.000 millones de euros en el próximo presupuesto.
Los eurodiputados reclaman aumentos en los ámbitos del clima, digital, salud e investigación, el programa universitario "Erasmus", la cultura, la gestión de fronteras y el Fondo Europeo de Defensa.
El Parlamento advierte también que "no aprobará" el presupuesto sin acuerdo sobre una reforma de las fuentes de ingresos de la UE.
Considera que el impuesto sobre los plásticos no reciclados no será suficiente para ayudar al reembolso del préstamo contraído para financiar el plan de recuperación, y pide un "calendario jurídicamente vinculante" sobre la introducción de nuevos recursos, que incluyen ingresos por carbono y un impuesto digital.
Sobre el asunto del Estado de derecho, que dio lugar a un compromiso rechazado en el acuerdo de los 27, el Parlamento "lamenta firmemente que el Consejo Europeo haya debilitado considerablemente" el vínculo entre el giro de fondos europeos a un país y el respeto de los valores democráticos.
Los eurodiputados critican también el mantenimiento o incluso el aumento de los "descuentos", rebajas concedidas a cinco países sobre sus contribuciones al presupuesto.
La oposición
En un pleno extraordinario sobre el resultado de los cuatro días de cumbre de los jefes de Estado y de Gobierno, los líderes de los partidos Popular Europeo, Verde, Izquierda Unitaria Europea, Renovar Europa y el grupo Socialistas y Demócratas, han expresado que "hay muchos puntos que queremos criticar".
"Sobre el presupuesto, creemos que no da respuestas a los desafíos de los próximos siete años, tiene que estar más centrado en el futuro", ha resumido el líder del Partido Popular Europeo, Manfred Weber, tras haber celebrado el acuerdo en términos generales.
En la misma línea la eurodiputada del PSOE Iratxe García ha señalado que, aunque el acuerdo "pasará a los anales de la construcción europea", su grupo no aceptará los recortes planteados y trabajará para aumentar la financiación de los programas mencionados.
Para los opositores la propuesta original de la Comisión Europea ha sido "mutilada" a costa de "iniciativas comunes", sin embargo han celebrado que se haya fijado el objetivo de dedicar el 30% de los fondos europeos en medidas para impulsar la transición climática.
Nuevas fuentes de ingresos
Por lo pronto la UE busca nuevas fuentes de ingresos para reembolsar el crédito con el cual financiará su plan de recuperación y aligerar los pagos de los Estados miembros.
El reembolso de la deuda debería empezar a partir de 2026, cuando termine el Marco Financiero Plurianual 2021-2027.
Por el momento, la principal fuente de ingresos de la Unión procede de las contribuciones nacionales de los Estados.
El monto varía según los años: en 2018 las contribuciones representaron el 77% de los ingresos (65,9% de pagos en función de la Renta Nacional Bruta y 11,1% procedentes de los ingresos del IVA). A ese monto se añaden los derechos de aduana y otras fuentes.
Como se mencionó, la tasa sobre los plásticos podría ser otra fuente de ingresos y la Unión Europea espera poder ponerla en marcha el 1 de enero de 2021. Esta tasa la pagarían los Estados miembros "en función del peso de los residuos de embalajes de plástico no reciclados, con una tasa de referencia de 0,80 euros el kilo", con un mecanismo para evitar las contribuciones excesivas.
La Comisión Europea espera ingresos relativamente estables en el periodo 2021-2027, de entre 4.000 y 8.000 millones de euros al año.
También está prevista la llamada tasa sobre el carbono para evitar las diferencias de precio entre productos fabricados en distintas regiones o allí donde la legislación medioambiental es más permisible.
Según las estimaciones de la Comisión, la tasa carbono podría suponer ingresos anuales de entre 5.000 y 14.000 millones de euros. La extensión de la cobertura del mercado de carbono supondría otros 10.000 millones de euros anuales.
En la primera mitad de 2021 se espera una propuesta de "canon digital" que podría entrar en vigor en 2023. La comisión estima que el impuesto a las grandes compañías de internet cuya facturación anual global es superior a 750 millones de euros podría suponer ingresos de hasta 1.300 millones de euros al año.
En sus conclusiones tras la cumbre, los 27 hablan de esta opción en marco del próximo presupuesto plurianual (después de 2027) y en el que la UE intentará "poner en marcha otros ingresos propios, que podrían incluir la tasa sobre las transacciones financieras".