Al menos 10.000 manifestantes se reunieron ayer en Bangkok para protestar contra el gobierno y reclamar una reforma de la monarquía, en un momento en el que aumenta la tensión y que el movimiento prodemocracia gana fuerza en Tailandia.
"Hay 10.000 personas en la manifestación de estudiantes", declaró un portavoz de la policía metropolitana de Bangkok.
Todavía en curso por la noche, la protesta es una de las más importantes organizadas en el reino desde el golpe de Estado de 2014, después del cual accedió al poder el actual primer ministro.
En el último mes se han sucedido manifestaciones casi diarias lideradas por estudiantes para reclamar una reforma de los principales órganos del poder, incluido la monarquía, rompiendo un profundo tabú de la sociedad tailandesa.
Por la tarde, los manifestantes de todas las edades se congregaron alrededor del Monumento por la Democracia de Bangkok, que se construyó en conmemoración de la revolución de 1932 que puso fin al absolutismo.
"Abajo la dictadura", corearon los participantes, muchos de los cuales sostenían carteles en forma de paloma blanca.
Las tensiones han aumentado en las últimas dos semanas en el país con la detención de tres activistas, que fueron liberados después bajo fianza tras ser acusados de sedición y de violar las normas sanitarias contra la pandemia de coronavirus.
Inspirados en parte en el movimiento prodemocracia de Hong Kong y la suerte que pueda correr Taiwán, los manifestantes afirman no tener líderes y han cosechado apoyos en todo el país principalmente a través de campañas en redes sociales.
Su principal blanco es el primer ministro Prayut Chan-O-Cha, un exjefe del ejército que dirigió el golpe de 2014 que instauró una junta en el poder durante cinco años.
Los manifestantes reclaman su dimisión, disolver el Parlamento y cambiar la Constitución de 2017, que otorga amplios poderes a los 250 senadores que lo integran, elegidos por el ejército.
Pero el lunes pasado, ante unas 4.000 personas, los organizadores enumeraron por primera vez 10 reivindicaciones para reformar la monarquía, un acto audaz que sorprendió a todo el país.
Con una fortuna estimada en 60.000 millones de dólares, el monarca Maha Vajiralonkorn, llamado Rama X, igualmente realizó cambios sin precedentes tras acceder al trono en 2016, tomando el control directo de los activos reales y colocando unidades del ejército directamente bajo su mando.
"Es un asunto muy arriesgado y es inaceptable para la mayoría de los tailandeses", había declarado el jueves el primer ministro respecto a las reivindicaciones de los manifestantes, antes de adoptar un tono más suave en un discurso televisado en el que llamó a la unidad y declaró que "el futuro pertenece a los jóvenes".
A la causa de las manifestaciones se suma una de las peores crisis económicas que atraviesa Tailandia desde 1997 debido a la pandemia de coronavirus.
Miles de tailandeses han perdido sus empleos y la crisis ha sacado a la luz las desigualdades en la economía del país, que beneficiaría ante todo a la élite promilitar.