El llamado del excandidato presidencial Henrique Capriles a participar en las cuestionadas elecciones parlamentarias de diciembre, contrario al boicot liderado por el presidente interino Juan Guaidó, revela no solo las profundas diferencias entre los opositores del régimen chavista, sino cómo esa circunstancia le da más aire a la dictadura.
Capriles aseguró que no dejará a los ciudadanos “sin opciones” y convocó “al país a movilizarse y luchar (...). No le vamos a regalar a Maduro la Asamblea Nacional”, expresó.
El dos veces candidato presidencial dijo haberse planteado “abrir camino” y “pelear por las condiciones” de los comicios del 6 de diciembre para renovar el Parlamento, único poder en manos de la oposición, y en los que el gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela tiene el camino libre para recuperar el control de la Cámara.
Una treintena de partidos de oposición ya habían anunciado que no participarían en los comicios por considerarlos un “fraude” sellado por la elección de autoridades del Consejo Nacional Electoral por parte del Tribunal Supremo de Justicia, y no por el Legislativo, como establece la Constitución venezolana.
“El dilema entre participar en las elecciones parlamentarias de diciembre o boicotearlas se veía venir desde la liberación esta semana por parte del Gobierno de decenas de contradictores presos”
El dilema entre participar en las elecciones parlamentarias de diciembre o boicotearlas se veía venir desde la liberación esta semana por parte del Gobierno de decenas de contradictores presos.
Guaidó, quien como titular de la Asamblea Nacional, se proclamó en 2019 presidente interino (siendo reconocido por más de 50 naciones) y ejerce como líder de la oposición, consideró que las liberaciones “obedecen a maniobras políticas” y llamó a “no convalidar el fraude electoral de la dictadura”.
“Hoy más que nunca ratificamos nuestra posición de no ir al fraude electoral del 6 de diciembre. Liberar rehenes no es condición mínima de competitividad electoral”, dijo en su momento.
Ruptura
Como muchos defensores del boicot, Guaidó considera que los comicios no contarán con las mínimas garantías y que el gobierno de Maduro buscará que tengan la mayor apariencia de legitimidad posible convenciendo a fuerzas de oposición para que participen.
Esa postura, de no acudir a las elecciones, había sido acordada con las principales fuerzas de la oposición, incluida la facción liderada por Capriles. Sin embargo, ahora el excandidato presidencial, sobre quien pesa una inhabilitación para ejercer cargos públicos por 15 años desde 2018, dijo al respecto que “es un falso dilema participar o no participar. El dilema es luchar o no luchar, y yo he decidido luchar”.
“Nosotros estamos peleando para que las elecciones sean libres y democráticas, esa es nuestra pelea, para que el pueblo venezolano pueda expresarse y que su voto sea respetado, contado”, agregó.
“Capriles insistió en que en Venezuela la oposición enfrenta ‘un régimen que no es democrático (…).El tema es cómo esa elección nos permite seguir abriendo caminos en este país’, precisó”
Capriles insistió en que en Venezuela la oposición enfrenta “un régimen que no es democrático (…).El tema es cómo esa elección nos permite seguir abriendo caminos en este país”, precisó.
“Si vas al proceso, no legitimas a Maduro, es una falsedad (...). Si el régimen no democrático, la dictadura, deja una rendijita, tenemos que meter la mano para después meter el pie. Nadie hubiese imaginado que iban a salir presos (...). Quizás hay una rendijita”, dijo.
“Nadie sabe lo que puede pasar, pero sí estoy seguro que nada va a pasar convocando a no hacer nada o convocando a seguir en la actual situación”, agregó.
Capriles criticó Guaidó, por “jugar a ser Presidente por Internet”, mientras el país necesita “ser salvado”.
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Cuando se declaró presidente interino, Guaidó logró aglutinar bajo su liderazgo a la heterogénea oposición venezolana; sin embargo, a medida que pasan los meses y su estrategia para derribar a Maduro no da resultado, ha crecido el malestar, por lo que políticos opositores de otros partidos han empezado a formularle muchas críticas.
Cero y van dos
Como se recordará, también se desmarcó de la línea seguida por Guaidó, la líder de Vente Venezuela, María Corina Machado, quien reprochó al actual jefe de la Asamblea Nacional por no haber logrado echar a Maduro del poder, más de un año y medio después de autoproclamarse como “presidente encargado” y haber obtenido reconocimiento internacional.
Machado se distanció del plan de unidad propuesto por Guaidó, al considerar que algunas de sus últimas decisiones han resultado un “fiasco” y lo acusó de mantener un diálogo con el gobierno venezolano “a espaldas” del país. “No has desmentido (...) un Gobierno compartido que era y es inaceptable, además de inconsulto”, denunció.
Durante un discurso, Capriles ya había asegurado que “la política que no se hace sobre la base de la realidad termina en el aire, siendo abstracta, como la percibe hoy la mayoría de la gente (…). Convoco al país a movilizarse y a luchar. Eso sí lo sabemos hacer. No nos vamos a resignar (…). Hay que abrir caminos, lo que había se agotó”, remató.
“Ante las grietas que están emergiendo en la oposición, Guaidó ha llamado en los últimos días a la unidad, advirtiendo de que la desunión ‘solo beneficia al régimen’”
En su intervención, Capriles criticó “los dimes y diretes” que enfrentan a los detractores del presidente Maduro en unos problemas que no le interesa a “la mayoría de venezolanos”, pues mientras la oposición se pelea, “el pueblo pasa hambre” o “un jubilado no puede pagarse una mascarilla”. Agregó que “la única manera de salvar” a Venezuela es a través del diálogo y “abriendo caminos políticos”.
Ante las grietas que están emergiendo en la oposición, Guaidó ha llamado en los últimos días a la unidad, advirtiendo de que la desunión “solo beneficia al régimen”.
Estos acontecimientos hacen evidente que se resquebraja la unidad con la que las fuerzas opositoras se habían enfrentado al chavismo.
Como se recordará, a la fecha, siete partidos han sido intervenidos, por lo que expertos consideran que se podría estar buscando concretar una hegemonía dentro del oficialismo y cumplir el sueño de Chávez de tener un Partido Único.
La arremetida no solo ha sido contra los partidos de oposición más votados, sino más recientemente, también contra miembros del Gran Polo Patriótico, coalición política que apoya a la llamada “revolución bolivariana”.