El escepticismo ronda las negociaciones en Barbados, ya que el régimen chavista y la oposición no se muestran dispuestos a ceder, parecido a lo que ocurrió en Oslo
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DELEGADOS DEL opositor Juan Guaidó y del mandatario Nicolás Maduro retomarán negociaciones esta semana en Barbados, en una nueva tentativa promovida por Noruega, signada por el escepticismo ante el agravamiento de la crisis en Venezuela.
El jefe parlamentario Juan Guaidó, al confirmar los encuentros en Barbados con el "régimen usurpador", dijo que buscan "establecer una negociación de salida a la dictadura", como se refiere al gobierno del mandatario socialista Nicolás Maduro.
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Reconocido como presidente interino por más de 50 países, el líder opositor señaló que las conversaciones buscan "el cese de la usurpación" de Maduro y un gobierno de transición que convoque "elecciones libres".
Las primeras reuniones organizadas en Oslo en mayo entre delegados de Guaidó y de Maduro no dieron resultados tangibles para resolver la crisis.
Esos acercamientos habían quedado congelados después de que Guaidó denunciara el "asesinato" -el pasado 29 de junio- del capitán de corbeta Rafael Acosta Arévalo, arrestado tras ser vinculado en un supuesto plan de magnicidio.
Noruega confirmó la reanudación de las conversaciones en Barbados.
"Las partes se reunirán esta semana en Barbados para avanzar en la búsqueda de una solución acordada y constitucional para el país", informó el país europeo en un texto difundido el pasado domingo.
La contraparte
Coincidiendo con denuncias de complot expuestas por su ministro de Comunicación, Jorge Rodríguez, delegado suyo en las citas con la oposición, Maduro aseguró el pasado 27 de junio que el diálogo "va a continuar" y prometió avanzar "en acuerdos verificables" por "la paz de Venezuela".
Durante el tradicional desfile del 5 de julio para celebrar la Independencia de Venezuela, Maduro dijo, al anunciar maniobras militares en la frontera con Colombia el 24 de julio, que habrá "buenas noticias" sobre las negociaciones.
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El domingo, durante la graduación de 966 nuevos oficiales, el mandatario venezolano afirmó que la Fuerza Armada, considerada su principal sostén, "goza de buena salud revolucionaria" y "lealtad".
"Ahora es que hay Fuerza Armada para defender a Venezuela, que nadie se equivoque", exclamó Maduro.
En sus esfuerzos para sacarlo del poder, Guaidó, que se autoproclamó presidente el 23 enero, hace constantes llamados a los militares a retirar su apoyo al líder socialista. El 30 de abril lideró una fallida rebelión de un grupo de uniformados.
Más temprano, Guaidó dijo que el Legislativo, único poder en manos de la oposición, aprobará en una segunda discusión el reingreso de Venezuela al Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), un acuerdo regional de defensa militar mutua que brinda un marco legal a una posible intervención extranjera.
Venezuela abandonó el mecanismo hace seis años.
Críticas al diálogo
Sectores de la oposición son críticos con el diálogo por considerar que el mandatario busca "ganar tiempo" mientras se sigue profundizando una crisis económica y social. Por ejemplo, siete millones de venezolanos, según la ONU, requieren ayuda humanitaria urgente.
Sin embargo, Guaidó pidió a sus seguidores no ceder a "intrigas" al asegurar que la principal motivación de los acercamientos es "ponerle fin al sufrimiento de los venezolanos".
El líder opositor sostuvo además que recibirán en Caracas al representante especial de la Unión Europea para Venezuela, Enrique Iglesias, "como parte de la ofensiva internacional" contra Maduro.
"Es evidente que la oposición no logra vencer al gobierno, ni sola ni con la ayuda del gobierno de los Estados Unidos. Eso la obliga a buscar otros mecanismos para llegar a acuerdos a favor de unas elecciones", dijo el politólogo Jesús Castillo-Molleda.
El gobierno "sigue buscando ganar tiempo, pues ha mostrado que carece de voluntad para resolver los problemas", añadió.
Sin embargo, "estudios de opinión coinciden en que los venezolanos desean soluciones pacíficas. Por esta razón el diálogo es una opción" para evitar escenarios de mayor conflicto, remarca el analista.
Para Gendrik Parra, comerciante de 40 años "ha quedado demostrado que el diálogo no ha servido para resolver los graves problemas de los venezolanos".
Esas expresiones son alimentadas por fallidas negociaciones emprendidas en el pasado, como en República Dominicana, que naufragaron entre acusaciones mutuas de incumplimiento de acuerdos.
"La solución de Venezuela pasa por la salida de Maduro", dijo Parra.
Pieza clave en esas otras tentativas, el ministro Jorge Rodríguez, sostuvo que Maduro hace "votos" por la "consolidación de la paz y el entendimiento".
Al denunciar la "erosión del Estado de derecho" tras su viaje a Venezuela del 19 al 21 de junio, la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, abogó por el diálogo.