Los tres sondeos a pie de urna, publicados tras el cierre de los colegios electorales en Israel, dieron una clara victoria de los partidos afines al primer ministro Benjamín Netanyahu, que se quedó incluso a puertas de la mayoría absoluta.
Los sondeos a boca de urna divulgados tras el cierre de los colegios electorales, dieron al Likud, el partido de Netanyahu, 36 o 37 escaños de los 120 del Parlamento, mientras que la formación "Azul-blanco" de Benny Gantz recabó entre 32 o 33 escaños.
"Se trata de una gran victoria para Israel", tuiteó el primer ministro, quien también expresó su agradecimiento con los votantes. Con sus aliados de la derecha y de los partidos ultraortodoxos, Netanyahu podría conseguir unos 60 escaños, rondando el umbral de la mayoría de la Knéset (el Parlamento) fijado en 61.
Por lo tanto, se encuentra en una posición sólida para formar el próximo gobierno y poner fin a la crisis política más larga de la historia del país. En otro orden de ideas, el miedo al coronavirus no pareció haber afectado la participación, según la Comisión Electoral, que dio cuenta de una tasa de participación de 71%. Esto representa una subida de dos puntos respecto a las últimas elecciones, en septiembre.
Con la votación, se trataba de poner fin a la crisis política desatada tras los comicios de abril y de septiembre de 2019, en los que el Likud de Netanyahu (70 años) y "Azul-blanco" de Gantz (60 años) quedaron muy igualados.
Voto árabe
El Likud y "Azul-blanco" necesitan el apoyo de otros partidos. Los aliados de Netanyahu, las formaciones ultraortodoxas del Shass, del Judaísmo Unificado de la Torá y de la Lista Yamina (derecha radical) sacaron buenos resultados, según las cifras.
"Blanco-azul" cuenta con el apoyo de los partidos de izquierdas, cuyos primeros resultados parecían bastante decepcionantes (6 o 7 escaños en total). El líder de la izquierda, Amir Peretz, acusó a Gantz de haber llevado a cabo "una campaña irresponsable" que ha "socavado" todo su bloque.
Gantz había endurecido el tono contra la "Lista unida" de los partidos árabes israelíes, unos aliados potenciales que en septiembre causaron una gran sorpresa al quedar en tercer puesto con 13 escaños. El objetivo de la "Lista unida" es cortarle el paso a Netanyahu, al que consideran el "padrino" del plan del presidente estadounidense Donald Trump para solucionar el conflicto israelo-palestino. Las miradas podrían acabar dirigiéndose hacia Avigdor Lieberman, jefe de la formación nacionalista laica Israel Beitenu, que de momento no se alineó con ningún bando.